Genética, Peces, Reproducción

Desarrollan tambaquis triploides que crecen más rápido

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By Milthon Lujan

A la izquierda, animales convencionales y, a la derecha, peces sometidos al proceso de inducción de poliploidía. Ambos procedentes del mismo desove y de idénticas edades. Fuente: Jefferson Christofoletti/Embrapa
A la izquierda, animales convencionales y, a la derecha, peces sometidos al proceso de inducción de poliploidía. Ambos procedentes del mismo desove y de idénticas edades. Fuente: Jefferson Christofoletti/Embrapa

Los científicos de Embrapa Pesca e Aquicultura (TO) estudian una técnica capaz de hacer que el tambaqui (Colossoma macropomum) crezca aproximadamente un 20% más grande y pesado. El tambaqui es el segundo pez más producido en Brasil.

La técnica consiste en generar, aplicando presión sobre huevos fecundados, peces con tres juegos de cromosomas (triploides) para dejar al pez infértil. Como resultado, crece y gana peso más rápido que en condiciones normales.

La investigación forma parte de la tesis doctoral de Aldessandro Costa do Amaral, de la Universidad Federal de Amazonas (Ufam), bajo la dirección de la investigadora Fernanda Loureiro de Almeida O´Sullivan.

Menor impacto en el caso de fugas de los peces

Además de un crecimiento más rápido, la esterilidad provocada por la técnica de producción de peces triploides es una ventaja para la expansión de la piscicultura nativa.

“Cuando se tiene un pez estéril se abre la posibilidad de regularizar su cultivo en una región donde es exótico”, destaca el investigador. Esto se debe a que, en caso de fuga a la naturaleza, los animales estériles no presentarían riesgo de reproducirse en regiones de las que no forman parte, como, por ejemplo, la Cuenca del Prata, en el Pantanal. “De esta manera se amplían los lugares donde se puede cultivar la especie, al regularizarse la actividad”, destaca el científico.

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Tecnología conocida

La tecnología ya se utiliza en el extranjero en peces como el salmón y la trucha, y el mayor desafío fue adaptarla al tambaqui, la segunda especie más producida en Brasil.

“En las piscifactorías de truchas en Escocia, los peces cultivados deben ser triploides para no desovar. Como estas especies se crían en jaulas en el mar, necesitan ser esterilizadas para evitar reproducirse, lo que provocaría una contaminación genética en la población natural. Por tanto, es obligatorio que todos los peces sean triploides”, explica el investigador, añadiendo que la técnica en sí no es nueva; la novedad es su aplicación a peces nativos brasileños. “Es una tecnología antigua, relativamente sencilla y con un gran efecto en la acuicultura, que estamos adaptando al tambaqui”.

Equipo importado

La investigación se enmarca en el proyecto Aquavitae, el mayor consorcio científico jamás realizado para estudiar la acuicultura en el Atlántico y en el interior de los continentes bañados por este océano.

A través de Aquavitae, Embrapa utilizó desde 2019 hasta 2023, para las primeras pruebas de esta técnica, equipos de presión aptos para inducir poliploidía cromosómica en peces. La empresa noruega Nofima proporcionó los equipos para los experimentos de la Embrapa Pesca e Aquicultura.

Es un dispositivo de gran tamaño que funciona automáticamente, simplemente ajustando la presión y el tiempo deseados. La máquina no tiene precedentes en Brasil. “El dispositivo que más se parece es de la Universidad de Santa Catarina, sin embargo, la presión se aplica manualmente”, dice el investigador.

Como es la técnica de triploidía

O’Sullivan explica que la investigación buscaba definir tres parámetros cruciales para inducir la triploidía. En primer lugar, el momento después de la fecundación del óvulo en el que debe comenzar el choque de presión. Luego, fue necesario definir la intensidad de la presión a aplicar al tambaqui y, finalmente, el equipo tuvo que descubrir la duración ideal de la presión. “Tuvimos que identificar estos tres parámetros para el tambaqui durante todo el proyecto”, explica el científico.

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Para realizar la técnica se utilizan un millón de óvulos recién fecundados, que entran en la máquina de presión. Tras el choque de presión, los huevos pasan a incubadoras de uso común y el manejo es el mismo que el de larvicultura y fritura tradicional. La cantidad de alimento también es la misma por biomasa; sólo los peces comienzan a crecer. El investigador cuenta que el protocolo para obtener 100% triploides tardó cinco años en lograrse, luego de varias pruebas piloto.

Un mayor crecimiento

Durante la investigación, que evaluó el ciclo de crecimiento y engorde del tambaqui triploide durante seis meses, se observó que el pez se volvió un 20% más grande y pesado que sus hermanos que no habían pasado por el choque de presión (utilizado como control). El siguiente paso de la investigación es realizar una evaluación durante el ciclo completo de crecimiento de la especie, que dura 12 meses.

“Produjimos un nuevo lote de triploides que dejaremos crecer hasta alcanzar el kilogramo. Si el resultado es el mismo que obtuvimos con los peces de seis meses, alcanzarán el kilo en menos de 12 meses”, calcula el investigador, añadiendo que también se está evaluando la supervivencia de las larvas y la aparición de deformidades en estos peces.

Efectos negativos de la triploidía

Otra característica que preocupa a los investigadores son las consecuencias de la triploidía sobre el sistema inmunológico de estos peces.

Los resultados preliminares indican que el tambaqui triploide puede tener una resistencia reducida a condiciones desafiantes, como los cambios de temperatura del agua. Por ello, según el investigador, antes de pasar la tecnología al sector productivo, se realizarán estudios para validar plenamente la técnica de producción de tambaquíes triploides.

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“El primer paso fue obtener un protocolo que nos diera 100% de triploidía en tambaqui. Estamos muy contentos y esperanzados de haber conseguido este objetivo. Ahora, otros estudios evaluarán las ventajas y posibles desventajas de esta técnica en la producción de la especie”, concluye Fernanda O’Sullivan.