Santa Barbara, EEUU – Una revisión sin precedentes del sector de los alimentos acuáticos ha descubierto como la pesca y la acuicultura pueden jugar un rol importante para brindar dietas saludables y más sostenibles, sistemas de alimentación equitativos y resilientes en todo el mundo.
Cinco estudios científicos publicados en la revista Nature destacan las oportunidades para aprovechar la vasta diversidad de alimentos acuáticos, o «azules», en las próximas décadas para enfrentar la desnutrición, reducir la huella ambiental del sistema alimentario, y proporcionar medios de vida.
«Las personas están tratando de hacer elecciones informadas sobre los alimentos que comen, en particular la huella ambiental de su comida», dijo Ben Halpern, un ecólogo marino en la Bren School of Environmental Science & Management, de la UC Santa Barbara, quien con sus colegas examinaron la sustentabilidad ambiental de los alimentos acuáticos, el potencial de crecimiento de los pequeños productores, y los riesgos climáticos que enfrentan los sistemas alimentarios acuáticos.
«Por primera vez reunimos datos de cientos de estudios en una amplia gama de especies de pescados y mariscos para ayudar a responder a esa pregunta. Los alimentos azules proporcionan una excelente opción para los alimentos sostenibles».
Incremento de demanda por pescado
La investigación proyecta que la demanda global por alimentos azules se duplicará aproximadamente para el 2050, y se cumplirá principalmente a través de una mayor producción de la acuacultura, en vez de la pesca de captura.
Invertir en innovación y mejorar la gestión de la pesca podría incrementar el consumo aún más y tener efectos profundos en la desnutrición.
Por ejemplo, un escenario de modelamiento de «alto crecimiento» mostró que aumentar el suministro de 15.5 millones de toneladas (8%), causa una caída en los precios, reduciendo los casos de deficiencia de nutrientes en 166 millones, especialmente entre las poblaciones de bajos ingresos.
«Los pescadores a pequeña escala, los individuos y los pequeños botes que pescan en lugares de todo el mundo, son una gran parte del sistema mundial de pescados y mariscos, y son increíblemente diversos en quienes son y cómo pescan», dijo Halpern, quien también dirige el National Center for Ecological Analysis & Synthesis at UCSB.
«Esa diversidad crea oportunidades y desafíos para administrar de manera sostenible los océanos. Nosotros desvelamos esta diversidad para ayudar a mejorar la gestión».
Beneficios nutricionales del pescado
Se encontró que los alimentos azules se clasificaban más alto que los alimentos de animales terrestres, en términos de sus beneficios nutricionales y potencial para ganancias de sostenibilidad.
Muchas especies de alimentos azules son ricos en nutrientes importantes. En comparación con el pollo, la trucha tiene aproximadamente 19 veces más ácidos grasos omega-3; las ostras y mejillones tienen 76 veces más vitamina B-12 y cinco veces más hierro; y las carpas tienen 9 veces más calcio.
«Por primera vez pudimos conocer como más producción de alimentos acuáticos puede significar para la salud humana a nivel mundial», dijo Bren School, ecólogo marino y el investigador Christopher Free, quienes con el becario el científico marino de Jacob Eurich, son autores de un estudio que examina el potencial nutricional de los alimentos azules.
«Lo que proyectamos es que al producir alimentos acuáticos más baratos para los consumidores, probablemente habrá un cambio de los alimentos producidos en tierra como el pollo, la carne de res y los productos lácteos. Creo que lo que nos ha emocionado realmente es conocer que los alimentos acuáticos pueden ser una solución útil para combatir la desnutrición, y realmente demostrar eso de manera integral por primera vez».
Los beneficios nutricionales de los alimentos azules son especialmente importantes para las mujeres, quienes se benefician más que los hombres de un incremento del consumo en cerca de tres veces el número de países estudiados.
En promedio se encontró que las principales especies producidas mediante la acuicultura, como la tilapia, salmón, bagre y carpa, tenían huellas ambientales comparables a los pollos, y menor impacto que la carne terrestre. Las especies pelágicas pequeñas como la sardinas y anchoas, bivalvos y algas marinas ofrecen menores estresores que el pollo.
Inversiones necesarias
Inversiones adicionales para mejorar la eficiencia del sector y reducir su huella ambiental puede tener amplios beneficios para el sector, incluso para especies como la lubina europea, los peces planos, las doradas y el milkfish.
La investigación encontró que los sistemas de los alimentos azules que enfrentan el mayor riesgo del cambio climático, típicamente también se localizan en aquellas regiones donde las personas dependen más de ellos y donde están menos equipadas para responder y adaptarse a los riesgos climáticos.
«El cambio climático está creando todo tipo de riesgos para la humanidad, incluido nuestro alimento», dijo Halpern.
«Los alimentos azules no son diferentes y, de hecho, se enfrentan a algunos riesgos como las aguas ácidas y calientes. Pero no todos los alimentos son igualmente vulnerables a estos riesgos, en nuestro trabajo, nosotros mostramos dónde, cómo y por qué diferentes alimentos azules enfrentan diferentes riesgos del cambio climático».
Los cinco informes científicos son los primero de una serie producida por la Blue Food Assessment (BFA), un grupo de más de 100 investigadores líderes dirigidos por el Stanford University’s Center for Ocean Solutions & Center on Food Security and the Environment, the Stockholm Resilience Centre de la Stockholm University y EAT.
«Los alimentos azules son muchos más diversos de lo que normalmente se piensa, y también son muchas las comunidades de pescadores a pequeña escala que a menudo se pasan por alto a pesar de proporcionar a la mayoría de los alimentos azules que comen las personas», dijo Beatrice Crona, copresidente de BFA y director de ciencia en el Stockholm Resilience Centre.
«Pocos, si los hay, países están desarrollando su sector de alimentos azules para proporcionar beneficios ecológicos, económicos y de salud a su máximo potencial», manifestó Rosamond Naylor, copresidente de BFA y director fundador del Center on Food Security and the Environment en la Stanford University.
«Esta evaluación tiene como objetivo proveer los fundamentos científicos para que los tomadores de decisiones evalúen las compensaciones e implementen soluciones que hagan de los alimentos azules una parte instrumental de un mejor sistema alimentario de la escala local a la global».
«La evaluación de BFA enfatiza la enorme diversidad de alimentos azules, todos los cuales tienen un importante valor nutricional, cultural, económico y ambiental», dijo Fabrice DeClerck, director de ciencia en EAT.
«Para alcanzar su potencial, los formuladores de políticas deben implementar una mejor gobernanza, incluida la participación de pequeños productores, mujeres y otros grupos marginados, una mejor administración de los recursos naturales de los cuales dependen los alimentos azules; y la inversión en la construcción de resiliencia al cambio climático».
«Estamos a nueve temporadas de la fecha límite para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, por lo que la urgencia es alta», manifestó Jim Leape, co-director del Stanford Center for Ocean Solutions.
«Esta investigación puede ayudar a los políticos, empresas, financistas, pescadores y consumidores a capitalizar el inmenso potencial de los alimentos azules para ayudar a lograr esos objetivos».
Más de 2500 especies o grupos de especies de peces, bivalvos, plantas acuáticas y algas son capturadas o cultivadas a nivel mundial como alimentos, proveyendo medios de vida e ingresos de más de 100 millones y sustento para mil millones.
La lista completa de trabajos de investigación producidos como parte de la evaluación de alimentos azules está disponible en línea. Una lista del equipo que lidera el BFA está disponible aquí.
Referencia (acceso abierto):
Golden, C.D., Koehn, J.Z., Shepon, A. et al. Aquatic foods to nourish nations. Nature (2021). https://doi.org/10.1038/s41586-021-03917-1
Gephart, J.A., Henriksson, P.J.G., Parker, R.W.R. et al. Environmental performance of blue foods. Nature 597, 360–365 (2021). https://doi.org/10.1038/s41586-021-03889-2
Short, R.E., Gelcich, S., Little, D.C. et al. Harnessing the diversity of small-scale actors is key to the future of aquatic food systems. Nat Food (2021). https://doi.org/10.1038/s43016-021-00363-0
Tigchelaar, M., Cheung, W.W.L., Mohammed, E.Y. et al. Compound climate risks threaten aquatic food system benefits. Nat Food (2021). https://doi.org/10.1038/s43016-021-00368-9
Naylor, R.L., Kishore, A., Sumaila, U.R. et al. Blue food demand across geographic and temporal scales. Nat Commun 12, 5413 (2021). https://doi.org/10.1038/s41467-021-25516-4