En un experimento realizado en Palmas (TO), Embrapa consiguió dos importantes avances para el sistema de crianza de cachama o gamitana (Colossoma macropomum) en jaulas.
La investigación culminó el ciclo de cultivo de la gamitana en 9 meses, comparado con el tiempo promedio requerido de 12 meses. La conversión del alimento fue de 1.74, cuando normalmente es mayor a 2.0. Estos números hacen referencia a peces con un peso final de 1.0 kg.
Las mejoras en ambos índices destacan la optimización en el cultivo de la especie, que es la nativa más producida en Brasil y la segunda en general (solo superada por la tilapia), en un sistema aún poco utilizado en la acuicultura brasileña, las jaulas.
Los especialistas de Embrapa destacan el enorme potencial de Brasil en este sistema de cultivo, principalmente por los embalses hidroeléctricos construidos en ríos de la Unión.
Además de las mejoras en los llamados índices zootécnicos, que demostró que la cachama creció de manera más eficiente y en menos tiempo, la parte económica fue favorable. Cuando se logra vender la producción directamente al consumidor, incluso en el escenario con el precio más bajo, el piscicultor no sufre pérdidas financieras. Así lo demostró la investigación realizada en colaboración con la Associação Bom Peixe, que agrupa a los piscicultores de Palmas.
La investigadora Flávia Tavares de Matos, que trabaja en Embrapa Pesca e Aquicultura (TO) con sistemas de producción acuícola, explica los ajustes en la gestión que el piscicultor necesita hacer para obtener también los mismos resultados del experimento.
“Primero, tiene que adoptar la densidad de siembra que Embrapa recomienda en las tres diferentes fases. Para ello, el piscicultor debe planificar un cultivo en tres fases”, detalla.
Protocolo de cultivo en jaulas
El protocolo elaborado por Embrapa detalla las tres fases:
- Primera fase: corresponde a alevines de 50 a 200 g, con una densidad de cultivo de 24 kg/m3.
- Segunda fase: corresponde a alevines que pesan entre 200 y 500 g, con una densidad de cultivo de 32 kg/m3.
- Tercera fase: peces de 500 g a 1.0 kg, con una densidad de cultivo de 40 kg/m3.
La orientación en cuanto al cultivo es utilizar jaulas de 48 m3 (con medida de 4m x 4m x 3m).
Tavares recomienda que en cada cambio de fase, el productor clasifique los peces en pequeños, medianos y grandes, y adopte la densidad de siembra que Embrapa recomienda para cada fase.
Esta separación por tallas, y los resultados de la biometría mensual, es fundamental para ajustar la densidad de población y evitar la competencia entre los animales a la hora de alimentarse. La consecuencia es que los lotes se vuelven más homogéneos y, por lo tanto, comercialmente más atractivos.
Venta directa con valor agregado
La recomendación de Embrapa, en este sistema, es que la venta del pescado sea directamente al consumidor.
El investigador en el área de economía acuícola de Embrapa Pesca e Acuicultura, Manoel Pedrozahttps://www.embrapa.br/equipe/-/empregado/350404/manoel-xavier-pedroza-filho explica que el costo de producción en jaula es un poco más elevado que un estanque excavado.
“El valor que alcanzamos es en torno de R$9.80 por kilogramos de cachama en jaulas. Ese valor es aproximadamente el mismo que las industrias están pagando por la cachama”, declaró.
En este contexto, el investigador ve la necesidad de agregar valor a la cachama. “En la venta directa, con agregación de valor, es posible que el productor tenga éxito”, destacó Tavares.
Para él, la agregación de valor también está relacionada a un pescado en donde se puedan realizar diferentes tipos de corte, como banda de tambaqui, filete deshuesado, costillas y lomo deshuesado.
“Otra ventaja es que, en lugares con alta renovación de agua, como la jaula, la probabilidad de tener mal sabor, o sabor a arcilla, es menor que en el estanques excavado” dijo el investigador.
También recuerda que la cachama es una especie nativa; por lo tanto, existe un atractivo natural para el consumidor, especialmente en las regiones del norte y centro-oeste del Brasil.
Cadena de valor de la cachama
En una cadena de valor productiva que aún es incipiente y en formación, como es el caso de la cachama, faltan tecnologías que incluyan la gestión del ciclo productivo.
Las investigaciones que generan recomendaciones para el sistema de producción en jaulas son escasas y, por tanto, necesarias para cambiar el escenario. Desde esta perspectiva, encontrar nichos de mercado es una alternativa para el piscicultor.
Producción de cachama en Brasil
En la actualidad, la mayor parte de la producción de cachama en Brasil tiene lugar en represas y estanques excavados. Este escenario se debe a la falta de protocolos de producción de las especies destinadas al sistema de jaulas.
Los investigadores consideran que este escenario es una contradicción, pues precisamente en este último sistema de producción radica el mayor potencial de Brasil, debido principalmente a los diversos embalses formados con la construcción de centrales hidroeléctricas en ríos de la Unión, los que están presentes en más de un estado de Brasil.
Las investigaciones de Embrapa están comenzando a ocupar ese espacio de falta de resultados validados en condiciones productivas reales, como es el caso del sistema de crianza de cachama en jaulas a pequeña escala.
Con la evolución de la investigación, en Embrapa y otras instituciones, la expectativa es que la producción de tambaqui pueda ser cada vez más intensiva y generar más oportunidades para los piscicultores brasileños.
La perspectiva de los investigadores es que la cachama es complementaria a la producción de tilapia, que ya cuenta con todo un paquete tecnológico para una producción eficiente.