Valparaíso, Chile – Un grupo de académicos estimó que un escenario de cambio climático fuerte se reduciría en 39% la pesquería de anchoveta en el norte de Chile para el año 2100.
Los profesores Eleuterio Yáñez, Claudio Silva y María Ángela Barbieri, académicos de la Escuela de Ciencias del Mar e integrantes del Laboratorio de Oceanografía Satelital de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), han estudiado recientemente el impacto del cambio climático en las principales pesquerías pelágicas en Chile, precisamente en anchovetas, sardinas, jurel y pez espada.
Los investigadores analizaron la variabilidad ambiental con las fluctuaciones de dichas especies tanto temporal como espacio-temporalmente. Dichas pesquerías se relacionan con los eventos de El Niño que afectan la distribución y abundancia de los recursos y con variaciones interdécadales del ambiente que producen cambios de regímenes.
Con el escenario del cambio climático en una matriz A2, desarrollada por los expertos, se estima que en la zona norte de Chile la temperatura superficial del mar aumentaría cerca de 1,5°C a 2 °C hasta el 2065 y al respecto no se modificaría mayormente las capturas de anchoveta; mientras que las capturas de sardina aumentarían alrededor del 21%.
Sin embargo, se estima una disminución de captura de anchoveta en la zona norte de Chile de 33% a 39% entre el 2010 y el 2100, para escenarios moderado y fuerte respectivamente; aunque también se estiman aumentos de captura al 2080, si las condiciones fueran de enfriamiento.
En tanto que para el centro-sur de Chile, con los escenarios del cambio climático A2 (método Delta) y 4×CO2 (modelo ROM) se pronostica que en la zona de pesca costera de anchoveta y sardina común y en la zona de pesca más oceánica de jurel, la temperatura superficial del mar aumentaría en 0,58°C – 1,59 °C y en 0,62 °C – 2,51 °C hasta el 2065, respectivamente.
Con la proyección del cambio climático A2, los desembarques de anchoveta y sardina común disminuirían, y los de jurel aumentarían, aunque levemente. En tanto que con el escenario 4×CO2 del cambio climático se estiman considerables aumentos en los desembarcos de jurel. “El aumento de las capturas de jurel se debería a una distribución más al sur y más cerca de la costa, aumentando la disponibilidad y no necesariamente la abundancia. Este mismo cambio en distribución se estima para el pez espada, al mismo tiempo que una notable disminución de la abundancia de sardina común al 2050”, explicó el profesor Eleuterio Yáñez.
A modo de conclusión, los expertos advierten que en Chile no se ha avanzado coordinadamente en investigación y todavía queda mucho por hacer para comprender los mecanismos que entran en juego entre los recursos pesqueros, el efecto antrópico, la variabilidad ambiental y el cambio climático.
En esta misma línea, proponen que se deben considerar otras variables del ambiente, particularmente satelitales, pues el cambio climático no solo es temperatura, sino también acidificación, aumento del nivel del mar, estratificación, desoxigenación, aumento de la intensidad de la surgencia y de la frecuencia de eventos de El Niño, entre otros.
“También se deben tomar otros parámetros biológicos, particularmente relacionados con la reproducción, la alimentación y la sobrevivencia, a diferentes edades. Así como también incluir los aspectos socio-económicos y de gobernanza, considerando que éste es un problema de todos y todos tenemos que pasar del temor a la acción”, agregó el profesor Yáñez.
Desde el punto de vista metodológico, el acoplamiento de modelos con fines de predicción es muy necesario y representa un aporte al desafío de manejar los recursos pesqueros en forma adaptativa con un enfoque ecosistémico y precautorio, tal como se establece en la Ley de Pesca y Acuicultura. Desde el punto de vista de la investigación científica, esto requiere del diseño de programas de mediano y largo plazo, advierten los investigadores.
Fuente: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV)