Por Equipo Bioética*
Según la Organización de Naciones Unidas la pesca resulta fundamental en el sustento y seguridad alimentaria de 200 millones de personas a lo largo del mundo; a su vez, una de cada cinco personas en el planeta depende de los recursos marinos como principal fuente de proteínas en su alimentación. Ante ello, la regulación tanto de la pesca como de la acuicultura por parte de los países y organismos internacionales resulta primordial para alcanzar la sostenibilidad que busca la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
El medio ambiente ocupa un sitio destacado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con temáticas que van desde la lucha contra el cambio climático hasta el reciclaje, pasando por el cuidado de los océanos. En efecto, el ODS N°14 trata particularmente el tema de la vida submarina con metas enfocadas a combatir la contaminación marina y la sobrepesca. No es casualidad, entonces, que durante junio se celebren el día internacional de la lucha contra la pesca ilegal, y el día internacional del océano.
Panorama actual y legislación internacional
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), la sobreexplotación y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), entre otros factores, se han convertido en una grave amenaza para los ecosistemas acuáticos, por lo que resulta necesario poder reforzar la gobernanza que garantice el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad, protección del medio ambiente y conservación de los ecosistemas y la biodiversidad.
En tal sentido, existen diferentes instrumentos internacionales que orientan a través de directrices sobre el tema a nivel mundial, desde las Conferencias Internacionales sobre el Derecho del Mar realizadas en Ginebra a finales de los años 50, hasta la Convención del Mar (CONVEMAR) y el Acuerdo de Naciones Unidas sobre Poblaciones de Peces (Acuerdo de Nueva York). La primera, señala en su preámbulo que pretende “desarrollar mediante esta Convención, los principios incorporados en la resolución 2749 (XXV), de 17 de diciembre de 1970, en la cual la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró solemnemente, entre otras cosas, que la zona de los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional, así como sus recursos, son patrimonio común de la humanidad, cuya exploración y explotación se realizarán en beneficio de toda la humanidad, independientemente de la situación geográfica de los Estados”.
Esta Convención establece un régimen comprensivo de ley y orden de los océanos y mares del mundo, instaurando y emanando reglas que rigen los usos de los océanos y sus recursos. Según la ONU, la CONVEMAR constituye un hito en la extensión del derecho internacional a los grandes recursos hídricos que compartimos en nuestro planeta, pues ha logrado hitos como:
– La creación de derechos de libertad de navegación.
– El establecimiento de los límites territoriales del mar (a 12 millas de la costa) y de las zonas económicas exclusivas (a 200 millas de la costa).
– El desarrollo de normas para la extensión de los derechos en la plataforma continental (a 350 millas de la costa).
– La creación de una Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y de mecanismos alternativos para la resolución de conflictos (por ejemplo, a través de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental).
Prácticas de pesca y la necesidad de erradicar la pesca de arrastre
Según la FAO los recursos de la pesca de captura son muy diversos y su desarrollo sostenible depende de decisiones de gestión y prácticas responsables, puesto que una de las mayores amenazas para la sostenibilidad de los recursos pesqueros mundiales lo constituye la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
La FAO señalaAbrir este documento utilizando el ReadSpeaker docReader que alrededor del 80% de las poblaciones de peces del mundo de las que se dispone de información, están plenamente explotadas o sobreexplotadas. En ese sentido, la “pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”, o pesca INDNR, se refiere a las actividades irresponsables, como no respetar reglamentos pesqueros, no declarar o declarar de mal modo sus capturas, entre otras. Estas actividades pesqueras indebidas socavan directamente los esfuerzos encaminados a una ordenación adecuada de la pesca.
Por otro lado otros factores que agravan la situación son el aumento del tamaño de las flotas pesqueras, la fuerte demanda de ciertos productos de la pesca y la ineficacia del seguimiento, el control y la vigilancia de la pesca.
Dentro de la extracción de peces, existen algunos métodos más cuestionados que otros, uno de estos y que se utiliza por ejemplo en la pesca de camarones, es la pesca de arrastre de fondo.
La pesca de arrastre o trawling es una técnica de extracción de peces que implica el uso de redes en forma de cono, remolcadas por uno o dos embarcaciones, las que al tener un arrastre de fondo marino no discrimina las especies objetivo, capturando otros peces y vida marina de forma accidental. Es más, el volumen y peso de dichas capturas incidentales puede ser varias veces superior al de las especies objetivo: hacia el año 2004, la FAO calculaba esto en alrededor de 7,3 millones de toneladas anuales mundiales, cifra que disminuyó desde las 27 millones de toneladas calculadas en 1994.
Esta pesca incidental puede incluir peces pequeños de poco valor económico pero altísimo valor en el ecosistema, peces juveniles de especies comerciables, así como animales altamente vulnerables como las tortugas de mar, los tiburones y las rayas. Fuera de esto, otro de los problemas que la pesca de arrastre genera es el daño de los hábitats del lecho marino como lo son, por ejemplo, los corales y también la generación de conflictos con la pesca artesanal costera.
El uso de antibióticos en la acuicultura : un peligro para la salud
En 2014, los peces recolectados de la acuicultura ascendieron a 73,8 millones de toneladas de los cuales casi el 100% se destinaron al consumo humano. Según el Banco Mundial, la FAO, y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), la acuicultura llegará en 2030 a proveer cerca de dos tercios del consumo mundial de pescado.
En este sentido, y reparando en la dimensiones sanitarias, un tema de relevancia actual es el uso excesivo de antibióticos por parte de las industrias acuicultoras en el proceso de cultivo de peces. Ello porque los antibióticos pueden producir efectos colaterales, generando resistencia. Es decir, el uso correcto de los antibióticos exige de prescripción médica, dosis adecuada y un tiempo recomendado de tratamiento.
Sin embargo, al traspasarse dichos antibióticos a la dieta humana a través del consumo de peces en cuya producción se han utilizado, no es posible regular la cantidad ingerida, lo que con el tiempo puede producir ciertas enfermedades o el desarrollo de resistencia por parte de las bacterias, lo cual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
La extracción marina en Chile
Chile cuenta con alrededor de 6.000 kilómetros de costas, las cuales contienen una gran diversidad de especies, incluso algunas que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del planeta, por ello la preservación de su territorio marino es tan importante.
Por este motivo, el país adquirió el compromiso para el año 2020 de tener al menos el 17% de las zonas terrestres y de aguas continentales, y el 10% de las zonas marinas y costeras, conservadas por medio de áreas protegidas, según señala SERNAPESCAAbrir este documento utilizando el ReadSpeaker docReader.
Actualmente Chile se encuentra adherido a una serie de convenciones y acuerdos de carácter internacional que regulan la pesca, entre ellas destacan:
– Acuerdo de Naciones Unidas relativo a la conservación y ordenación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios. (Nueva York, 1995).
– Acuerdo de la FAO sobre medidas del estado rector del puerto destinadas a prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (2009).
– Acuerdo de la FAO para promover el cumplimiento de las medidas internacionales de conservación y ordenación por los buques pesqueros que pescan en alta mar: Código de Conducta para la Pesca Responsable.
– Así también existe un proyecto de ley para crear el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Boletín N° 9404-12), ingresado en el año 2014 y que actualmente se encuentra en primer trámite legislativo en el Senado con urgencia simple.
*Fuente: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile