Por: Pedro Trillo*
La venta de Copeinca tiene una importante cita este 14 de mayo, fecha en la que el parlamento noruego tomará la decisión de aprobar la operación, debido a que el Estado del país escandinavo es propietario del 43,5% de las acciones de Cermaq, empresa salmonicultora también propietaria de Ewos productora de alimento para peces.
El 30 de abril, Marine Harvest reveló la opción pública de adquisición de acciones (OPA) sobre Cermaq por US$1.690 millones (M), condicionada al abandono de la compra de Copeinca. De tener éxito, en un giro de 180 grados, pondría nuevamente a la empresa peruana a merced de China Fishery.
La OPA de Marine Harvest fue rechazada el 2 de mayo por el directorio de Cermaq. Sin embargo, el 6 de mayo Ole-Eirik Lerøy, presidente de Marine Harvest, en una carta dirigida a los accionistas prepara el terreno para alborotar la Junta de Accionistas convocada para el 21 de mayo.
Leroy insta a los accionistas privados de Cermaq a plantear un conflicto de equidad con un argumento retórico: elegir entre el surgimiento de una empresa noruega líder mundial en el negocio de la venta de productos del mar o la compra de Copeinca.
Sin embargo, sus argumentos no convencen a los analistas noruegos. Anders Gjendemsjo de Norne Securities, se pregunta: «Si con la adquisición Marine Harvest se va a iniciar en el negocio de alimentos, ¿porqué no es razonable garantizarse el suministro de la materia prima para Ewos?»
Tanto Cermaq como Marine Harvest en sus últimos reportes han anotado que el problema es la escasez de harina y aceite de pescado para la alimentación de salmones, que se ve reflejada en la dificultad para acceder al suministro y los altos precios, señaló Gjendemsjo. Y sentenció: «No creo en los argumentos que Marine Harvest ha expuesto».
Geir Kristiansen del Sparebank, Kristiansen and Maarten Bakker del ABN Amro, y Henning Steffenrud del Swedbank First Securities, igualmente exponen sus reservas. En general, existe un consenso entre los analistas de que las reales razones de la OPA hostil de Marine Harvest no son las declaradas, entonces cabría preguntarse: ¿cuáles son las razones ocultas?
Marine Harvest es la más importante empresa salmonicultora noruega controlada por el magnate naviero John Fredriksen. Aunque nacido en Noruega, el rey de los supertanques -como lo llama el portal especializado en transporte marítimo TradeWinds-, adquirió la nacionalidad chipriota en 1996, donde no se paga impuestos a los ingresos por dividendos. Hace poco, el Sunday Times lo calificó como el sexto hombre más rico del Reino Unido y, según Bloomberg, posee una fortuna valorada en US$14.100 M.
Cada vez más, esta OPA se desnuda cómo un deseo de obstaculizar la compra de Copeinca que el real interés por los activos de Cermaq. Uno de los bancos que figura oficialmente como asesor en la estrategia de Fredriksen es el Rabobank, el mismo que sindicó el financiamiento para China Fishery, y tiene comprometidos, en esta, de momento fallida operación la cantidad de US$295 M, según Undercurrent News.
Los argumentos para el precipitado anuncio de la OPA de Marine Harvest no han convencido a los expertos. Decir que «la proporción de harina y aceite de pescado en la alimentación de peces ha disminuido en los últimos años», es una verdad de Perogrullo. Fredriksen no ignora que la harina y el aceite de pescado es al cultivo del salmón lo que el combustible al del transporte marítimo; se podrá ser más eficiente en su consumo, pero hoy en día, no se puede prescindir de su uso.
Veamos qué intereses cuida Fredriksen con esta OPA. Marine Harvest es un negocio pequeño para él, su principal fuente de ingresos es el transporte marítimo y los barcos plataforma. Sus empresas emblemáticas son Frontline, Ltd, Ocean Group Ltd, Golar LNG Ltd. de supertanques petroleros y de gas y Seadrill Ltd. de barcos plataforma de explotación petrolífera en alta mar.
Sus naves de carga cruzan raudas todos los océanos en medio de la actual crisis por exceso de oferta. Su principal naviera, Frontline, según Reuters, anunció el pasado abril una reducción de capital para asumir las pérdidas de US$94 M del 2012, derivadas de este ciclo de la actividad.
El analista de mercados, Tim Plahen, ve nubes oscuras en el horizonte de Frontline y llama la atención sobre el reporte financiero del cuarto trimestre del 2012 que menciona: «El consenso es que el mercado petrolero no experimentará una recuperación sostenida hasta que se elimine el exceso de capacidad.» Y anuncia: «Si el mercado petrolero no se recupera antes de 2015 y no hay un aumento de capital o venta de bienes, existe el riesgo de que Frontline no tenga dinero suficiente para pagar $ 225 millones del préstamo de bonos convertibles a su vencimiento en abril de 2015. Tal situación podría obligar a una reestructuración de la empresa».
Su otro negocio, Seadrill (SDRL) con una capitalización bursátil de US$18.100 M, opera plataformas de exploración y extracción petrolífera en el mar. Sin embargo, según un analista de Seeking Alpha, su rápido crecimiento se ha basado en acumular una gran deuda, a diciembre del 2012 la compañía tenía una deuda total de US$11.827 M contra un patrimonio neto de US$6,077 millones.
En los últimos años, por una sobrecapacidad, junto con el precio de los fletes, el precio de la construcción de naves también se desplomó. Donde todos han visto riesgo, bajos ingresos y sobreoferta, Fredriksen vio una oportunidad, y en un gesto de audacia que lo caracteriza, según informa Bloomberg, ha apostado invertir US$2.600 M en la construcción de nuevos y más competitivos navíos que le permitirán ahorrar hasta un 30% de combustible; este representa el 75% del costo de operación del transporte marítimo.
A la fecha, casi ha duplicado los pedidos de construcción de 28 a 53 nuevos buques tanque y ha declarado que llegará a ordenar hasta 100 navíos nuevos, y estos se están construyendo principalmente en astilleros de China, lo que lo convertirá en el hombre que posee la mayor oferta de arqueo bruto de carga en el mundo. Su estrategia es emerger de esta crisis con una posición dominante en el mercado global del transporte marítimo.
Pero toda posición dominante de mercado está sujeta al escrutinio de los nuevos actores de la economía mundial. Fredriksen ha ordenado barcos para llevar crudo, productos refinados, gas licuado de petróleo, carbón y mineral de hierro, y está claro que sus mayores clientes serán los más importantes consumidores de estos recursos naturales que hoy en día se encuentran en Oriente y entre ellos destaca la China.
China es el país que hace poco, para aprobar su fusión, obligó a Glencore-Xstrata a vender -a empresas chinas- Las Bambas, uno de los mayores yacimientos de cobre del Perú y del mundo, y privilegia a través de sus empresas el control de los recursos naturales que existan en el planeta considerados estratégicos para su desarrollo, la harina y el aceite de pescado no son una excepción.
El astuto Fredriksen, no da puntada sin nudo, con la OPA hostil sobre Cermaq intenta entregar en bandeja de plata la cabeza de Copeinca y de este modo ganar indulgencias para sus negocios navieros, con avemarías ajenas. Al igual que los peces, la OPA de Marine Harvest se pudre por la cabeza. Como dijo el filósofo Hans-Georg Gadamer: «hay mucho acontecer en el comprender».
* Email: pedrotrillo@yahoo.es