Nelson, Nueva Zelanda – Los científicos del Cawthron Institute han descubierto una nueva pista que podría ayudar a identificar la fuente de una toxina mortal, la tetrodotoxina, que se encuentra en los pescados y mariscos de todo el mundo.
La tetrodotoxina (TTX) es una de las neurotoxinas naturales más potentes en el mundo. Esta toxina solo se presenta en los climas tropicales y subtropicales, pero viene siendo reportada en los climas templados en el Pacífico y Mediterráneo. En la actualidad, la TTX ha sido reportada en 10 especies de bivalvos de siete países. La detección de TTX en bivalvos comestibles cosechados ha incrementado las preocupaciones sobre los riesgos para la salud humana.
La tetrodotoxina es más famosa por ser la toxina del pez globo que se consume como manjar (fugu) en Japón y Corea. TTX es un misterio científico mundial debido a que nadie sabe de dónde viene. Sin embargo, un nuevo artículo publicado ha encontrado un vínculo potencial entre las cianobacterias y TTX en pipi, una especie común de almeja en Nueva Zelanda con un significativo valor cultural para tangata whenua.
En respuesta a la creciente preocupación mundial por la presencia de TTX en los mariscos, Cawthron Institute realizó un monitoreo de varias especies de mariscos no comerciales en lugares alrededor de Nueva Zelanda, entre 2016-2018. El objetivo del monitoreo fue obtener una mayor comprensión de la presencia de TTX en los ecosistemas marinos de Nueva Zelanda e incluyó 776 muestras de 8 especies diferentes. Aunque se encontraron niveles bajos de TTX en algunas especies de mariscos, la mayor parte parte se encontró en las almejas pipis (Paphies australis). La mayoría de los pipis contenían niveles detectables pero no altos de TTX, pero las almejas de un lugar en el puerto de Hokianga tenían los niveles más altos. Aunque no a un nivel que pudieran causar serios problemas de salud, este fue un resultado sorprendente que justificó una mayor investigación.
Cawthron lidera la Seafood Safety Research Platform, financiada por el Gobierno de Nueva Zelanda, y a través de la Plataforma, La científica de Cawthron, Laura Biessy comenzó a investigar este tema como parte de su tesis doctoral. Su objetivo era utilizar una técnica molecular llamada “metabarcoding” para analizar la comunidad microbiana, incluido las bacterias, presentes en los órganos de los pipis tóxicos y no tóxicos de Nueva Zelanda. La intención de la investigación fue identificar un posible productor potencial de TTX, debido a que las bacterias y cianobacterias son productores conocidos de toxinas en todos los ecosistemas.
Tetrodotoxina en almejas
Biessy tomó muestras del sifón y las glándulas digestivas de las almejas pipis. Las comunidades bacterianas fueron caracterizadas empleando metabarcoding de un gen RNA en P. australia provenientes del puerto Hokianga.
El hallazgo central del estudio fue un vínculo potencial entre las cianobacterias marinas y TTX, debido a que se encontraron cianobacterias en las glándulas digestivas y otros órganos de las almejas pipis tóxicos, pero no en los pipis no tóxicos.
“Los resultados de los estudios espacial y temporal corroboran las hipótesis previas de que Vibrio y Bacillus pueden ser las responsables de TTX en bivalvos” reporta la investigadora. Sus resultados también indican que las cianobacterias marinas, en particular picocianobacterias (Cyanobium, Synechococcus, Pleurocapsa, y Prochlorococcus) deben ser investigadas como productores potenciales de TTX.
Hasta ahora, las cianobacterias no se han considerado como una fuente posible de TTX porque la mayoría de los estudios se han centrado en otras bacterias (principalmente especies de Vibrio) como productores potenciales, aunque nunca se ha probado definitivamente. Si bien se requiere más investigación para confirmar este vínculo, es un paso hacia adelante y prometedor en la búsqueda de la fuente elusiva de esta toxina.
Biessy dijo que el objetivo de la investigación es comprender mejor los riesgos a la seguridad alimentaria que plantea la toxina.
“Aunque nadie se ha enfermado todavía en Nueva Zelanda por consumir la toxina, a medida que aumentan las temperaturas del océano debido al cambio climático, puede volverse más problemático. Entender qué produce la toxina nos ayudará a desarrollar mejores programas de monitoreo y evaluaciones de riesgo” destacó Biessy.
“La investigación de Cawthron sobre TTX refleja nuestro papel como líderes de la Seafood Safety Platform en Nueva Zelanda y líderes mundiales en el desarrollo de tecnologías innovadoras de seguridad de los pescados y mariscos.
“Estamos comprometidos con el desarrollo de metodologías de mejores prácticas para la industria y el público que reflejan nuestro conocimiento avanzado de los riesgos de seguridad de los productos del mar conocidos y emergentes”.
“El próximo paso en mi investigación sobre la fuente de TTX es confirmar si el vínculo entre las cianobacterias y TTX es compatible. Ahora que hay una nueva pista, sería genial observar la presencia de las mismas cianobacterias en otras especies tóxicas en Nueva Zelanda y globalmente, por ejemplo en mejillones y ostras en Japón o Europa. Luego, podríamos intentar cultivar estas cianobacterias para ver si producen TTX”.
Laura culminará su doctorado a fin de año y tiene la intención de solicitar fondos para financiar esta emocionante investigación.
Referencia (acceso abierto):
Laura Biessy, John K. Pearman, Kirsty F. Smith, Ian Hawes and Susanna A. Wood. Seasonal and Spatial Variations in Bacterial Communities From Tetrodotoxin-Bearing and Non-tetrodotoxin-Bearing Clams. Front. Microbiol., 05 August 2020 | https://doi.org/10.3389/fmicb.2020.01860