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Consumo de pescados y mariscos protegen y mejoran la función cognitiva

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By Milthon Lujan

Una molécula que se encuentra en grandes cantidades en el pescado y mariscos podría desempeñar un papel importante en la protección y mejora de la función cognitiva del cerebro, sugiere un estudio.

La comunicación entre la microbiota del intestino y el cerebro es principalmente mediada por metabolitos derivados de los microbios, pero los detalles de esta vía son pobremente definidos.

Una investigación en la Nottingham Trent University y la Queen Mary University of London investigó el rol del N-óxido de trimetilamina (TMAO), una molécula que está presente en la dieta de las personas y es producida por el cuerpo durante la digestión del pescado.

Alzheimer’s Research UK financió el estudio, que se suma a un creciente grupo de estudios destinados a comprender y demostrar cómo las bacterias en el intestino y las moléculas con las que interactúan influyen en la salud y las enfermedades humanas.

Importancia de TMAO

A medida que se ingieren alimentos que contienen TMAO, las bacterias del intestino descomponen la molécula.

El producto de la descomposición se absorbe en el torrente sanguíneo y se convierte nuevamente en TMAO, que interactúan con los órganos de todo el cuerpo.

Es importante destacar que el sistema circulatorio y vascular del cerebro está expuesto a TMAO, que interactúa directamente con la “barrera hematoencefálica”. Esta barrera actúa para evitar que las toxinas potencialmente dañinas del cuerpo lleguen al cerebro.

A medida que las personas envejecen, la barrera hematoencefálica se vuelve “permeable”, y estas toxinas penetran más fácilmente.

Sin embargo, los investigadores encontraron que TMAO hace que la barrera hematoencefálica tenga menos “fugas”.

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Ellos descubrieron que la presencia por un tiempo prolongado de TMAO en la dieta influía positivamente, tanto en la integridad de la barrera hematoencefálica como en la cognición en ratones, lo que evita los deterioros de la memoria de reconocimiento, en comparación con la ausencia de la molécula.

Los investigadores destacan que es la primera demostración de este tipo de una interacción directa de los metabolitos derivados de microbios con la barrera hematoencefálica y su función protectora.

Ellos argumentan que el trabajo tiene implicaciones para las intervenciones en las dietas de los humanos que están orientadas a la vinculación intestino-cerebro, para mejorar potencialmente la función cognitiva.

“Este trabajo es un gran paso hacia adelante para comprender mejor cómo nuestra dieta podría influir positivamente en la función cognitiva y el envejecimiento saludable”, destacó la investigadora, Lesley Hoyles, microbióloga de la School of Science and Technology en la Nottingham Trent University.

Ella manifestó: “Los metabolitos producidos por la microbiota provienen de las bacterias intestinales y tienen numerosos efectos en nuestros cuerpos. Hemos demostrado que TMAO, un metabolito bacteriano asociado con el microbioma del intestino humano y que se encuentra en grandes cantidades en pescado y mariscos, tiene una interacción directa y beneficiosa con la barrera hematoencefálica e influye en la función cognitiva.

La importancia del pescado en la dieta

“Esto abre una gama de nuevos trabajos que exploran las intervenciones dietéticas que conectan el intestino y el cerebro”.

El autor principal del estudio, el Dr. Simon McArthur, del Institute of Dentistry, Queen Mary University of London, dijo: “Sabemos que el daño a los vasos sanguíneos del cerebro es una característica de muchas enfermedades neurológicas, incluidos los accidentes cerebrovasculares y la demencia. Al identificar las bacterias intestinales como capaces de modificar la integridad de los vasos sanguíneos del cerebro, nuestros hallazgos abren nuevas y emocionantes vías para la intervención protectora mediante la manipulación de la dieta.

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“Sabemos desde hace mucho tiempo que comer pescado es bueno para el cerebro: ahora podemos agregar a las bacterias intestinales como un aspecto nuevo a este viejo adagio”.

La Dra. Rosa Sancho, jefa de investigación de Alzheimer’s Research UK, indicó: “La barrera hematoencefálica es una importante línea de defensa contra el daño y la infección. Durante enfermedades como el Alzheimer, la barrera hematoencefálica puede romperse, dejando al cerebro susceptible a sufrir daños.

“En esta investigación, los científicos destacaron que una molécula que se encuentra en grandes cantidades en el pescado y que se produce en el intestino, podría afectar la filtración de la barrera hematoencefálica. Conocemos que la dieta forma una parte importante de un estilo de vida saludable y la investigación de las propiedades de las moléculas como TMAO justifica mayores investigaciones.

“Este trabajo se suma a la cantidad de descubrimientos que han hecho nuestros investigadores. Solo con una mayor inversión en la investigación de la demencia podremos investigar más a fondo hallazgos como estos y lograr los avances que las personas que viven con la afección necesitan”.

Referencia (acceso abierto):
Hoyles, L., Pontifex, M.G., Rodriguez-Ramiro, I. et al. Regulation of blood–brain barrier integrity by microbiome-associated methylamines and cognition by trimethylamine N-oxide. Microbiome 9, 235 (2021). https://doi.org/10.1186/s40168-021-01181-z

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