La acuicultura no opera en un vacío ecológico. Las granjas marinas de bivalvos y peces de aleta, con sus redes, boyas y plataformas, se entrelazan con el entorno formando una serie compleja de interacciones.
La comida sobrante y las estructuras mismas de las granjas acuícolas, que actúan como arrecifes artificiales, atraen a peces, calamares, cangrejos y otros organismos acuáticos. Esta convivencia puede tener efectos positivos: mayor biodiversidad, protección de juveniles y hasta oportunidades de alimentación. Pero como en toda historia, también hay un lado B: potenciales enfermedades transmitidas, competencia por recursos y alteraciones en el delicado equilibrio del ecosistema.
Comprender las interacciones entre la acuicultura y el ecosistema en general es crucial para garantizar prácticas sostenibles. Aquí es donde entra en juego el seguimiento o monitoreo. Los investigadores han empleado una variedad de técnicas para evaluar el impacto de la acuicultura en las especies silvestres, cada una con sus propias fortalezas y limitaciones.
Los científicos de Fisheries and Oceans Canada publicaron una revisión científica del estado actual del conocimiento sobre los enfoques metodológicos utilizados para cuantificar los impactos de las granjas acuícolas en la diversidad de especies y los patrones de abundancia de la macrofauna.
Técnicas de monitoreo
¿Cómo medimos entonces las vinculaciones entre las granjas acuícolas y las especies silvestres? Ahí entran en juego los diferentes métodos de monitoreo, donde los científicos se transforman en “detectives” del impacto ambiental. Existen diversas técnicas, cada una con sus fortalezas y debilidades, a continuación te ofrecemos una agrupación de ellas:
- Estudios visuales: Los buzos y las cámaras submarinas proporcionan instantáneas de las inmediaciones de la granja, lo que ofrece información valiosa sobre la composición y abundancia de las especies. Sin embargo, su alcance limitado y el potencial sesgo del observador pueden mostrar un panorama incompleto.
- Técnicas acústicas: Sonares y ecosondas escanean áreas más grandes, revelando la presencia de peces e invertebrados que podrían eludir la observación visual. Si bien son poderosos, estos métodos tienen dificultades para identificar especies específicas y pueden verse afectados por factores ambientales.
- Técnicas de captura: Los artes de pesca como trampas y redes toman muestras directamente de la comunidad circundante, proporcionando datos concretos sobre la composición de especies y la distribución de tamaños. Sin embargo, estos métodos pueden ser invasivos y perjudiciales para el ecosistema.
- Análisis de ácidos grasos y isótopos estables: Según citan los investigadores Los métodos de trazadores bioquímicos, incluidos los análisis de isótopos estables (SI) y de ácidos grasos (FA), se pueden utilizar para distinguir los matices de la estructura de la red alimentaria en muchos sistemas bentónicos, especialmente cuando se usan juntos.
- Análisis genético: El análisis de ADN, o el ARN, de muestras ambientales como agua o sedimentos puede revelar la presencia de especies específicas, incluso aquellas que no son fácilmente visibles. Esta técnica es particularmente útil para criaturas crípticas o esquivas, pero requiere experiencia e interpretación especializadas.
Ninguna técnica es perfecta, cada una tiene sus limitaciones. Las redes capturan solo a los que se acercan más, las cámaras tienen un campo de visión reducido, los marcadores pueden ser costosos y los modelos, complejos. En el estudio puedes encontrar mayores detalles de técnicas aquí citadas.
¿Cuál es la mejor solución?
“Existen varias limitaciones asociadas con el uso de técnicas de encuesta única para evaluar las interacciones entre especies silvestres y acuicultura. El desarrollo de un marco para evaluar los impactos ambientales de la expansión de la acuicultura puede ser una herramienta útil para la planificación espacial marina y el equilibrio entre la necesidad de conservación y producción de alimentos”, reportan los científicos.
En este sentido, la clave está en la colaboración. Combinar diferentes técnicas, aprovechando las fortalezas de cada una, nos brinda una imagen más completa y precisa de las interacciones.
Imagine por ejemplo, utilizar cámaras para observar comportamientos, redes para cuantificar abundancia y marcadores genéticos para rastrear el origen de los individuos.
Asimismo, los científicos indican que “para evaluar eficazmente los entornos marinos, se deben elegir los enfoques más apropiados. El énfasis en un enfoque multifacético, la evaluación de las interacciones acuicultura-ecosistema utilizando varias técnicas de muestreo es importante para comprender mejor la función que un sitio de acuicultura puede desempeñar en el medio ambiente acuático y el potencial de efectos de campo lejano”,
Conclusión
“El diseño de estudios con enfoques complementarios puede ayudar a obtener datos sólidos que puedan usarse para comprender mejor las interacciones entre la acuicultura y los ecosistemas y los mecanismos inmediatos subyacentes”, concluyen los científicos.
Este monitoreo constante no solo nos permite cuidar de la salud de nuestros océanos, sino también garantiza la continuidad de la propia acuicultura. Al comprender las interacciones, podemos mitigar los impactos negativos y aprovechar las oportunidades que brinda la convivencia, asegurando un futuro donde la acuicultura y el ecosistema bailen al mismo son.
El estudio fue financiado por Competitive Science Research Fund Program en el Fisheries and Oceans Canada.
Contacto
Greg English
St Andrews Biological Station, Fisheries and Oceans Canada
St Andrews, New Brunswick, Canada.
Email: gregory.english@dfo-mpo.gc.ca
Referencia (acceso abierto)
English G, Lawrence MJ, McKindsey CW, et al. A review of data collection methods used to monitor the associations of wild species with marine aquaculture sites. Rev Aquac. 2024; 1-26. doi:10.1111/raq.12890