Quito, Ecuador.- En las estribaciones de la Cordillera del Mirador, existen grandes extensiones de bosque primario, a cuyo cuidado y preservación se dedican algunos pobladores del cantón Sucumbíos. Montaña abajo, pequeños riachuelos corren serpenteantes para regar las tierras productivas. En estos terrenos, en la Comunidad Santa Rosa, parroquia El Playón, Estuardo Guerra Ramírez emprendió la aventura de instalar uno de los pocos laboratorios de eclosión de ovas de truchas que existen en el Ecuador.
La montaña verde, llena de arbustos y árboles nativos, es el entorno ideal para el desarrollo de la actividad piscícola. El agua de manantial es generosa en estas 85 hectáreas, propiedad de Estuardo, quien cuenta con una concesión de 55 litros por segundo, cantidad que es captada por tubería desde sus vertientes y llevada hacia las piscinas de crianza de alevines de truchas y laboratorio de ovas.
Las actividades de este productor, graduado de ingeniero agroindustrial en la Universidad Técnica del Norte, se enmarcan en una filosofía de cuidado y preservación de los recursos hídricos y ambientales. El Programa Socio bosque le permite obtener rentabilidad por el cuidado del entorno, con miras a proteger las cuencas hidrográficas del sector.
En el año 2008 Guerra obtuvo un crédito de 30 mil dólares por parte del Banco Nacional de Fomento (BNF), sucursal Tulcán. Presentó el proyecto para las actividades piscícolas que las desarrolló paulatinamente con apego a sus conocimientos técnicos y científicos.
Hace dos años pudo instalar el Laboratorio de Eclosión de Ovas de Trucha, que le permite proveer de alevines a productores de Tufiño, con aproximadamente 100 mil unidades, Cuenca con un consumo promedio entre 200 y 250 mil, además Baños, Sigchos, Papallacta, la Vía Chiriboga, Urcuquí y otros sectores, que en total suman 50 productores de trucha. Este emprendedor distribuye aproximadamente 3 millones de alevines al año.
En el laboratorio, en recipientes debidamente acondicionados y en la oscuridad, circula el agua con temperaturas entre 9 y 11° C. Ahí reposan las ovas importadas desde España, que darán lugar a las truchas que van ganando aceptación en la dieta saludable de los hogares ecuatorianos.
Para atender estos requerimientos, Guerra comprende que es necesario diversificar la oferta. De acuerdo con las necesidades de sus clientes, está en capacidad de ofrecer alevines desde 2 hasta 8 cms, e incluso distribuir truchas para pesca deportiva. En cuanto a la entrega del producto, dispone de los insumos que aseguran un transporte adecuado y condiciones que garantizan el cuidado de los peces.
El tema de bioseguridad también es fundamental en este negocio, actualmente existen rigurosos controles interinstitucionales que vigilan la calidad del proceso productivo. Este emprendedor tramitó la regularización de su actividad en el Viceministerio de Acuacultura y Pesca, cuenta además con la ficha ambiental del Ministerio del Ambiente en Sucumbíos, la patente municipal y obligaciones patronales al día.
Esta labor productiva debe cumplirse en el marco de la articulación interinstitucional, donde la intervención financiera del BNF ha sido decisiva. A partir del año 2004, Guerra pudo acceder a varios créditos, entre 20 y 30 mil dólares y llegar un acumulado de 90 mil dólares, de los cuales ya ha pagado 70 mil.
Por otra parte, los alevines que se distribuyen en este laboratorio, cumplen altos estándares de calidad, establecidos en las buenas prácticas acuícolas. Se trabaja en la prevención de enfermedades, principalmente de “La Galla”, infección provocada por el Flavobacterium, cuya presencia no se trata con antibióticos, sino con baños semanales de cloruro de sodio y otros elementos orgánicos, sumados a niveles adecuados de oxígeno y densidad del agua.
Permanentemente las ovas y los alevines son vigilados y monitoreados para suministrar la cantidad y calidad del alimento balanceado, según las necesidades. La marca con que se trabaja es de origen ecuatoriano y cumple con las normas y exigencias de los organismos técnicos y de control.
Emprendimientos innovadores necesitan formación, visión y apoyo institucional. En este caso, Lenin López, gerente de la sucursal BNF en Tulcán, explicó que el financiamiento otorgado para el proyecto piscícola, genera fuentes de trabajo y fortalece nuevas líneas productivas que promueven el desarrollo local y nacional. Esta es la lógica con la que se prepara el portafolio de productos que próximamente entregará el banco público de desarrollo BanEcuador, que priorizará la atención en territorio para los ciudadanos que desarrollen las más diversas e innovadoras actividades productivas.
En el último año, se ha intensificado el cultivo de trucha y la actividad piscícola en las provincias del norte del país, especialmente Carchi y Sucumbíos. El BNF ha apoyado al sector con un monto cerca a los USD $ 3 millones en el año 2015, de los cuales 600 mil fueron destinados a la provincia de Sucumbíos y cerca de 22 mil dólares en la provincia del Carchi, beneficiando a más de 700 productores.
Fuente: BNF