Ensenada, México (Conacyt).- Con una inversión superior a los 16 millones de pesos iniciarán las acciones para fortalecer el Laboratorio FICOTOX del CICESE, así como la consolidación del grupo de investigación regional para la atención de la problemática asociada a ficotoxinas marinas en el noroeste de México.
El CONACYT proporciona 80 % del financiamiento a través del Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (FORDECyT). El restante 20 % lo aporta el Comité Estatal de Sanidad Acuícola e Inocuidad de Baja California, la Secretaría de Pesca y Acuacultura de Baja California, así como el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), el Centro Interdisciplinario en Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional (CICIMAR), la UABC y el CICESE.
El Dr. Ernesto García Mendoza, encargado del Laboratorio de Servicios, Monitoreo e Investigación sobre Ficotoxinas Asociadas a Florecimientos Algales Nocivos -FAN- (Laboratorio FICOTOX), señaló que la transcendencia del proyecto recae en la inversión que se hará a los laboratorios de las instituciones participantes. Con ello, agregó, se podrá brindar mejor atención al sector productivo y de salud en relación a las ficotoxinas asociadas a los FAN, más conocido como marea roja.
“La inversión para tener un laboratorio es elevada. Una gran parte de los fondos es para equiparlos y con ello estar al mejor nivel. El CICESE obtendrá un cromatógrafo de líquidos con un detector de masas, CIBNOR de igual manera un cromatógrafo de líquidos, CICIMAR será equipado con microscopios especializados y la UABC con sensores para monitoreo del medio ambiente” indicó el investigador del CICESE.
El proyecto para consolidar los laboratorios y fortalecer la red de investigación acerca de los FAN se dividirá en tres etapas de un año cada una. Con esta primera etapa, próxima a iniciar, se busca tener la infraestructura necesaria, validar los protocolos y en paralelo estar haciendo monitoreo de la presencia de ficotoxinas en la región
García Mendoza indicó que uno de los primeros resultados que se esperan “es instalar y validar los protocolos de medición de ficotoxinas para poder acceder al reconocimiento por entidades regulatorias, para que podamos dar servicios de medición de estos analitos al sector productivo y al sector salud”.
Con estos protocolos validados se podrá solicitar a la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos, a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), que se reconozcan las mediciones de toxinas realizadas en el laboratorio de FICOTOX.
Actualmente –comentó García Mendoza- las pruebas rápidas para la detección de toxinas en moluscos se realizan en un laboratorio estatal en la ciudad de Mexicali. Cuando se tiene alguna incertidumbre las pruebas se mandan a la Ciudad de México. Con los nuevos equipos y una vez validadas, se podrán realizar las pruebas en la misma ciudad donde se encuentran los productores.
Aún existen muchas preguntas relacionadas a los FAN y con este tipo de financiamiento –indicó García- se podrá apoyar la investigación para generar información básica con el fin de conocer qué pasa con esta fenomenología.
Al respecto, debe recordarse que durante la primera mitad de 2015 se presentó en el Alto Golfo de California el que se considera, por sus repercusiones económicas y sociales, el más prolongado, intenso y perjudicial FAN registrado en México.
En esa ocasión, a partir del 13 de enero, personal del Laboratorio FICOTOX tuvo conocimiento de una mortandad masiva de aves y de lobos marinos cerca del muelle de San Felipe, y diseñaron un muestreo con una red de estaciones localizadas al sur de ese puerto, y recorrieron la playa entre esta localidad y Puertecitos para contabilizar la mortandad de pelícanos, patos, delfines y lobos marinos, extraer muestras y analizar la concentración de ficotoxinas.
Los primeros análisis indicaron la presencia de una saxitoxina, que es un tipo de toxina paralizante PSP. Las condiciones hidrográficas permitieron que el FAN se extendiera incluso a una localidad tan alejada como Bahía de los Ángeles, donde se documentaron los primeros casos en Baja California de personas intoxicadas por esta toxina.
Independientemente del número de aves y mamíferos marinos muertos (se estiman entre 5 mil y 17 mil aves, y entre 56 y 300 delfines, en una línea de playa de 80 kilómetros), el evento paralizó toda la cadena productiva (plantas, prestadores de servicios, proveedores de insumos), endeudó a los productores por el cierre de las exportaciones durante seis meses y se perdieron las fuentes de empleo, pues en los campos no había actividad para quienes extraen almeja generosa.
En un segundo tipo de impactos, el FAN de 2015 provocó la pérdida de los mercados para la almeja que se extrae en México y la disminución de su valor, y se perdió también la credibilidad de los productores mexicanos.