Brasil.- Los investigadores del sector productivo se integraron al Aquavitae, el mayor consorcio de científicos para estudiar la acuicultura en el Atlántico y en Europa, África y América. Con un financiamiento de ocho millones de euros proveniente del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, el proyecto reúne a 29 instituciones de 16 países, con el objetivo de aumentar la producción acuícola por medio de investigaciones que serán desarrolladas en los próximos años.
“Esto se lograra, principalmente, por el desarrollo de nuevas especies del nivel trófico bajo, como las algas y moluscos, por ejemplo” explicó el investigador de Embrapa Pesca e Aquicultura, Lucas Torati, uno de los coordinadores de Aquavitae en Brasil. Con esto, los científicos pretenden trabajar en sistemas en los cuales se reduzcan los residuos de cada nivel trófico.
“Por ejemplo, al colocar en un mismo sistema de producción un pez carnívoro con otro filtrador, el residuo de la ración dejado por el carnívoro va a ser nutrientes para las algas, que a su vez serán consumidos por los peces filtradores. Un sistema de producción diferente, llamado multitrófico” ilustra Torati.
En Brasil, las principales investigaciones incluirán a pirarucu (Arapaima gigas), tambaqui (Colossoma macropomum) y camarón (Litopenaeus vannamei), además de otras especies de interés para el país, como las ostras y las macroalgas. Además de Embrapa Pesca e Aquicultura, se desarrollaran los trabajos de investigación en Embrapa Meio-Norte, la Embrapa Amazônia Ocidental (AM) y la Embrapa Tabuleiros Costeiros (SE). También participaran instituciones de enseñanza reconocidas en la investigación acuícola como la Universidade Federal de Santa Catarina (UFSC), la Universidade Federal do Rio Grande (FURG) y la Universidade Estadual Paulista (Unesp).
Embrapa pretende perfeccionar los protocolos para la reproducción de pirarucu (paiche), en convenio con la UNESP y el Nofima, el instituto noruego de investigación en acuicultura y alimentos que coordinará Aquavitae. Los científicos brasileños también quieren contribuir con el desarrollo de políticas públicas y la gobernanza en la acuicultura, estudiar el desarrollo de protocolos de producción de tambaqui y pirarucu, además de realizar investigaciones sobre la cadena de valor de esos peces.
“En el caso del pirarucu, vamos ha realizar un estudio para intentar avanzar en el control de la reproducción utilizando estímulos hormonales y ambientales. Es un trabajo ambicioso y necesario que utilizará todo el conocimiento y tecnologías existentes en esa área” detalló Torati.
Convenios con los sectores productivos
Una de las principales características de Aquavitae es la participación del sector productivo en todos los países en que se ejecuta el proyecto. En Brasil, hay siete socios de la industria, como Primar Aquacultura, la primera granja de acuicultura orgánica certificada en Brasil, y la Associação Brasileira de Piscicultura (Peixe BR). “Las investigaciones se realizarán en coordinación con las demandas del sector productivo” afirmó Torati.
Además de los estudios de caso, los trabajos enfocados en una especie, proceso o producto, Aquavitae también incluirá trabajos tipo “workpackages”, que son temas transversales que engloban varios estudios de caso. El proyecto incluye 11 estudio de caso y nueve workpackages.
“Entre los workpackages existen investigaciones con la utilización de sensores, integración de datos, internet de las cosas, seguridad alimentaria, nutrición, monitoreo ambiental, sustentabilidad, análisis socioeconómico, gobernanza y políticas en acuicultura, entre otros” enumera Torati.
El tambaqui
El tambaqui es el pez de origen brasileño más cultivado, y tiene mucho que crecer en producción y en tamaño. Esto lo acredita la investigadora Fernanda Almeida, de Embrapa Amazônia Ocidental. Ella fue una de las responsables de la identificación de la fase en donde ocurre la diferenciación sexual del pez. Ese descubrimiento debe contribuir al desarrollo de tecnologías que van a mejorar la producción.
Ella explica en Aquavitae también empleará ingeniería genética para establecer protocolos eficientes de producción del tambaqui y para mejorar los importantes índices productivos como el crecimiento y la calidad de la carne.
Los sistemas productivos del tambaqui en estanques también deben ser mejorados, de acuerdo con la especialista. A pesar de presentar un buen desempeño en producciones intensivas, el tambaqui esta expuesto continuamente a varios factores de estrés, como la alteración de la química del agua, altas densidades de siembra, manipulación excesiva y uso indiscriminado de medicamentos para el tratamiento de enfermedades. “Los estudios son necesarios para mejorar la crianza y causar menos impacto al medio ambiente” recomienda la investigadora.
Camarones, algas y ostras en el mismo espacio
Un sistema de crianza intensiva de alta productividad que permite el uso de menor cantidad de agua, además de requerir menos tiempo y presentar menor conversión del alimentos. Estos son los bioflocs, el sistema que los investigadores brasileños van a desarrollar el cultivo de camar+on, macroalgas y ostras en el ámbito del “Estudo de Caso 5: Biofloco em sistema integrado multitrófico e Sistema integrado multitrófico em viveiro”, se realizará en convenio entre UFSC, Unesp y Embrapa Meio-Norte.
“En tanto, aún existen algunos cuellos de botella tecnológicos para permitir la aplicación de la tecnología a escala industrial en el Brasil” reveló la investigadora de Embrapa Janaina Kimpara, informando que la UFSC será la responsable por ese desafío y que los equipo de Embrapa y de la Unesp diseñarán un sistema de producción integrada de camarones con organismos de bajo nivel trófico, como las macroalgas y ostras, en convenio con la empresa Primar Aquicultura.
La científica cuenta que los camarones, que son carnívoros, se alimentan de los organismos bentónicos en los estanques; las macroalgas son autotróficas y asimilan los nutrientes inorgánicos; y las ostras, filtradoras, se nutren de las partículas orgánica en la columna de agua. “De esta forma, en un mismo espacio se pueden producir tres especies diferentes, lo que, además de las ganancias ecológicas citadas, se permite una mayor diversificación de productos y mercados para el productor, además del aumento de la resiliencia de la granja” resalta la investigadora.