El Acuicultor

9 razones por las que deberíamos comer microalgas: Más proteínas y bueno para el planeta

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By Milthon Lujan

Por Martina Doblin, Donna Sutherland and Peter Ralph, The Conversation.
A medida que el clima se calienta, la tierra que utilizamos para los cultivos intensivos en demanda de energía, como el trigo y el maíz, se está volviendo menos productiva. Necesitamos encontrar formas para alimentar a la creciente población del planeta que no sean tan onerosas para el medio ambiente.

Una solución potencial es el cultivo de microalgas, organismos acuáticos microscópicos repletos de nutrientes. Las microalgas son organismos unicelulares que parecen pequeñas píldoras y tienen un sabor a hierba.

Las microalgas son fáciles de cultivar y tienen varias ventajas sobre las proteínas animales y vegetales.

1. Menor impacto ambiental

Las algas no requieren de pesticidas para mantener su productividad. Las algas también se pueden cultivar en aguas residuales (agua que se ha utilizado en el hogar o en algún proceso industrial), absorbiendo nutrientes y otras sustancias disueltas en su biomasa. Esto da como resultado que se liberen menos contaminantes al medio ambiente y menos contaminación en nuestras vías fluviales.

2. Se pueden cultivar durante todo el año

Las altas tasas de crecimiento y reproducción hacen que las microalgas pueden duplicar su biomasa en tan solo uno o tres días, dependiendo de la época del año. Si bien su tasa de crecimiento es más lenta en invierno, no se limita a una estación de crecimiento, como las plantas, o un largo período de maduración, como los animales.

Esto significa que las microalgas producen más biomasa en un área determinada de tierra por año, que los animales o las plantas terrestres.

Las altas tasas de crecimiento también significan cosechas frecuentes. Esto hace que los cultivos de microalgas sean más resistentes a eventos climáticos repentinos o extremos, donde las pérdidas de producción pueden ser solo de varios días de crecimiento, en lugar de la cosecha anual completa.

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3. Las microalgas tienen más proteínas

Las algas producen más proteínas que los alimentos de las plantas terrestres, como la soja y las legumbres. Mientras que las algas producen 3.5-13 toneladas de proteína por hectárea por año, la soja y la legumbres producen 0.5 y 1.8 toneladas de proteína por hectárea por año, respectivamente.

La mayor tasa de crecimiento de las microalgas y la capacidad de producir su propio alimentos desde el sol, significa que los rendimientos de proteínas de microalgas son más de 100 veces mayor que las proteínas de origen animal, incluida la carne de res, los huevos y los lácteos (0.01 a 0.23 toneladas por hectárea por año).

4. Las granjas de pueden construir en cualquier lugar

Los sistemas de producción de algas no requieren terrenos cultivables. Los sistemas comprenden de estanques abiertos o recipientes cerrados con una fuente de luz, conocidos como fotobiorreactores. Los sistemas se pueden construir en casi cualquier lugar, incluido los terrenos no productivos o en el mar.

Los estanques abiertos son poco profundos (entre 10 y 50 cm de profundidad), y el cultivo de algas circula suavemente por una rueda de paletas. Los fotobiorreactores cerrados consisten en una serie de tubos o paneles planos, a través de los cuales circulan las algas. Ambos tipos de sistemas de producción pueden modificarse para adaptarse al entorno.

5. No requiere agua dulce

Miles de especies de microalgas marinas y estuarinas crecen mejor en agua de mar en lugar de agua dulce. Esto reduciría nuestra dependencia del agua dulce para la producción de alimentos.

6. Son nutritivas

Las algas han sido reconocidas durante mucho tiempo por sus propiedades nutricionales, constituyéndose en una fuente vital de alimento en las dietas humanas desde hace 14,000 AC. En las últimas décadas, las microalgas se han utilizado en suplementos vitamínicos y productos alimenticios saludables, como barras y polvos de proteínas, batidos verdes y cápsulas de Omega-3.

Las microalgas contienen proteínas, grasas, carbohidratos y otros componentes nutricionales que tienen una gran aplicación potencial en la industria alimentaria. Por ejemplo, las algas tienen una amplia gama de aminoácidos que sostienen el crecimiento y desarrollo humano; algunos son comparables con los niveles de proteína de huevo, soja y trigo.

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A la fecha, las microalgas han sido incorporadas con éxito en una gama de productos comestibles para aumentar su valor nutricional, incluido yogures, galletas, pan y pasta. Los fabricantes han podido cambiar los vegetales terrestres por proteínas de microalgas, simplemente introduciéndolas como polvos en los procesos de producción.

Además de agregar nutrientes, las microalgas tienen otras propiedades que facilitan su incorporación a los alimentos, como la emulsión, espumados, gelificación y la absorción de grasas y agua.

El uso de las microalgas en emulsiones permite una disminución en el porcentaje de aceite, lo que promete un uso potencial en productos bajos en grasas. Cuando se agrega a los postres como agentes colorantes, la estructura celular en las microalgas protege a los pigmentos de la degradación térmica durante el procesamiento, permitiendo que los alimentos mantengan su vitalidad.

7. No tiene crueldad

Las algas pueden ser cosechadas por sedimentación, flotación o filtración, sin la necesidad de un matadero y sin necesidad de exportarlas vivas.

8. Se puede utilizar en productos sostenibles

Las microalgas se utilizan cada vez más como componentes sostenibles de otros productos, incluidos cosméticos, nutracéuticos, enzimas industriales y bioplásticos, y como biocombustibles para reemplazar los combustibles fósiles en nichos de mercado.

Muchas microalgas tienen altos niveles de ácido palmítico. Este ácido también es el componente principal del aceite de palma, un aceite ampliamente utilizado en la producción de alimentos que impulsa la deforestación masiva y la pérdida de hábitat animal. Reemplazar el aceite de palma con microalgas reduciría la dependencia de esta industria sostenible.

9. Una oportunidad para las regiones en desarrollo

La infraestructura básica de baja tecnología necesaria para el cultivo de microalgas podría proveer oportunidades económicas para las regiones en desarrollo. Por ejemplo, la investigación muestra que varias naciones africanas tienen condiciones adecuadas de tierra, trabajo y clima para cultivar microalgas como fuente de bioenergía.

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¿Hacia dónde vamos ahora?

Las microalgas vienen siendo producidas comercialmente en Australia, incluso en Hutt Lagoon en Australia Occidental, la planta de producción de microalgas más grande del mundo. Allí, la alga Dunaliella salina se cultiva para producir betacaroteno, un pigmento alimentario y fuente de vitamina A.

En otras partes de Australia, se cultivan microalgas para producir Spirulina (espirulina), que se comercializa como un alimento saludable. Los investigadores están desarrollando aún más el uso de microalgas, incluso como suplemento alimenticio para el ganado vacuno.

Pero la gama actual de productos de microalgas cultivadas en Australia es limitada. La nación tiene un clima adecuado y la tecnología; ahora necesita los productores y fabricantes.

Se requiere el apoyo del gobierno para permitir que los sectores agrícolas y manufacturero creen productos a base de algas; el actual gasto de estímulo brinda esa oportunidad. Esto no solo crearía nuevos empleos, sino que también permitiría a las empresas australianas ser más resilientes en el futuro.

Traducción: AquaHoy

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