Impacto Ambiental

¿Qué puede enseñar el COVID-19 a los acuicultores?

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By Milthon Lujan

Investigadores realizaron encuesta a acuicultores de todo el mundo para conocer los impactos que ha tenido el COVID-19 en la cadena de valor de la acuicultura.

Cuando se trata del negocio de los productos del mar, el COVID-19 no ha sido tan dañino como los estragos ecológicos causados por los humanos, según descubrió una encuesta mundial realizada a los piscicultores.

Un equipo internacional de investigadores liderados por representantes de la Sicily Marine Centre (Italia), de la University of Palermo Viale delle (Italia), National Institute of Oceanography and Applied Geophysics – OGS, National Institute of Marine Science and Technology (Túnez), Instituto de Investigaciones Marinas IIM-CSIC (España), entre otros, presentan una evaluación rápida a escala mundial, que fue diseñada para evaluar los efectos de la pandemia del COVID-19 y las medidas de control relacionadas con la cadena de suministro de la acuicultura.

Los investigadores preguntaron sobre las percepciones de los diferentes actores, incluidos los dueños y administradores de granjas acuícolas en sistemas continentales y marinos, y estrategias de cultivo intensivas y extensivas. 

Más del 80% de las 585 piscifactorías encuestadas en todo el mundo informaron que las pérdidas económicas por problemas causados por el hombre, como el cambio climático, la contaminación y las inundaciones, superan con creces las pérdidas por contratiempos en la cadena de suministro o la pérdida de compradores causada por la pandemia.

Los hallazgos de la encuesta ofrecen una mirada cruda al impacto devastador que el calentamiento global está teniendo en los océanos, lagos y ríos de todo el planeta.

“Estas empresas tienen que generar resiliencia a estos eventos en su planificación, porque solo empeorará con el tiempo”, dice Brian Helmuth, procesos de ciencias marinas y ambientales en la Northeastern University.

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Las pérdidas económicas adicionales provocadas desde el comienzo de la pandemia en 2020 deberían servir como una llamada de atención para los piscicultores de todo el mundo, destacó Helmuth, porque enfrentarán obstáculos adicionales en medio de una crisis climática cada vez mayor.

“Vamos a tener más pandemias. Vamos a tener impactos cada vez mayores del cambio climático. Nueva Inglaterra es la zona cero de muchos de estos cambios, por lo que realmente tenemos que actuar juntos ahora”, informó Helmuth.

El estudio global, publicado este mes, evaluó el impacto de COVID-19 en las piscifactorías en más de 50 países.

Las 585 piscifactorías que respondieron a la encuesta detallaron pérdidas en existencias, ventas y puestos de trabajo como resultado del COVID-19.

Casi 490 de los encuestados dijeron que los contaminantes, los peces enfermos y otros problemas climáticos causados por el hombre generaron más pérdidas que la recesión económica provocada por el COVID-19, o el estancamiento de la cadena de suministro.

El estudio se produce en medio de una creciente demanda de productos del mar, gracias en parte a una mayor conciencia de sus beneficios para la salud del corazón, así como a mejores métodos de almacenamiento y envío, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La acuicultura surgió como una forma de satisfacer la creciente demanda de productos del mar y evitar la sobrepesca en la naturaleza. Casi 60 millones de granjas acuícolas operan en todo el mundo a partir de 2018, empleando a unos 20 millones de personas, de acuerdo con FAO.

El estudio destaca que todos los participantes de la encuesta, independiente de sus estrategias de cultivo, reconocen que el distanciamiento social y el cambio de la forma de trabajo fueron las medidas internas comúnmente más adoptadas durante la pandemia del COVID-19, seguido por un incremento en la eficiencia del trabajo.

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Asimismo, los datos recolectados permitió a los investigadores describir los efectos de los brotes del COVID-19 en la acuicultura. El análisis permitió identificar los principales factores causales de la escasez de suministro y la reducción de la demanda.

Las limitadas opciones para el transporte de productos representó el enlace más débil de la cadena de valor de la acuicultura. Las restricciones de transporte y el incremento en los costos de transporte fueron identificados como las causas para la interrupción de la distribución de los productos acuícolas.

El eslabón de mercado fue el segundo eslabón más vulnerable que enfrentó severas interrupciones debido al cierre de los mercados local, nacional e internacional, además de los canales HoReCa (hoteles, restaurantes y la industria del catering).

Otro hallazgo importante de la encuesta es que destaca un método de cultivo que podría ser un modelo para la resiliencia a medida que los productos de pescados y mariscos lidian con los impactos del cambio climático en los próximos años.

“Lo que es interesante es que los enfoques más ecológicamente sostenibles fueron más resistentes, en parte porque uno de los paros en la cadena de suministro fue obtener alimentos para alimentar las cosas que intentas cultivar”, manifestó Helmuth.

El método se llama acuicultura multitrófica integrada y básicamente significa que los productores de tilapia, por ejemplo, algas y moluscos, en el mismo lugar que los peces.

“Esto significa que tienes un par de organismos diferentes que se complementan. Pero crea un enfoque autosuficiente y significa que las piscigranjas son mucho más estables contra el COVID-19 o cualquier otro evento global que puede interrumpir la cadena de suministro”, finalizó Helmuth.

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Referencia (acceso libre)
M.C. Mangano et al, The aquaculture supply chain in the time of covid-19 pandemic: Vulnerability, resilience, solutions and priorities at the global scale, Environmental Science & Policy (2021). DOI: 10.1016/j.envsci.2021.10.014 

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