EEUU.- Las ostras inician sus vidas como pequeñas larvas, pero cuando ellas crecen necesitan asentarse sobre los arrecifes. Una nueva investigación de la North Carolina State University muestra que el sonido del arrecife puede atraer a las ostras jóvenes, ayudándolas a localizar un hogar permanente.
Las larvas de las ostras son planctónicas, por lo que no pueden nadar contra o atravesar las corrientes. Sin embargo, ellos tienen la capacidad de moverse hacia arriba y abajo dentro de la columna de agua en la cual viven. Cuando ellas maduran, necesitan desarrollar un “pie” muscular que usan para sentir el fondo del océano, ellas se adhieren y permanecen ahí durante toda su vida.
Ashlle Lillis, candidata a PhD en ciencias marinas, descubrió como las pequeñas ostras conocen cuando asentarse y empiezan a buscar un hogar. Los científicos conocer que las larvas de las ostras y otros bivalvos, como las almejas, responden a algunas señales químicas y físicas en el agua de mar, pero Lillis descubrió que el sonido del arrecife también juega un rol.
“Cuando eres pequeña como estas larvas, aun si están a 10 0 15 pies en la columna de agua, tu no tienes un sentido real en términos del fondo del mar” dijo Lillis. “Pero un arrecife tiene muchos sonidos, distintos sonidos asociados con esto. Aun cuando las ostras no tengan oídos y escuchen como nosotros, ellas podrían ser capaces de sentir a vibración de los sonidos del arrecife”.
Lillis y su asesor David Eggleston, profesor de ciencias marinas, decidieron probar la hipótesis. Con la ayuda del geofísico Del Bohnenstiehl, ellos decidieron probar a las larvas de las ostras en la naturaleza y en el laboratorio para determinar si las tasas de asentamiento se incrementan cuando ellas fueron expuestas a los sonidos del arrecife, en comparación con aquellos que no.
El equipo encontró un incremento en la tasa de asentamiento en laboratorio y en la naturaleza cuando las larvas fueron expuestas a los sonidos del arrecife.
“El océano tiene diferentes sonidos, como sobre la tierra” dijo Lillis. “Vivir en un arrecife es similar a vivir en un área urbana: hay muchos resientes, mucha actividad y muchos ruidos. En comparación, el fondo del mar es un lugar tranquilo donde vivir”.