Cuando Dong-Fang Deng y sus estudiantes preparan alimento para los peces que crían en la School of Freshwater Sciences de la University of Wisconsin – Milwaukee (UWM), a menudo usan harina de pescado como fuente de proteínas.
Es posible encontrar microplásticos en los alimentos comerciales para peces, dijo la investigadora, porque los peces silvestres que terminan en la harina de pescado consumen algunos de los microplásticos que ensucian las aguas en donde viven.
Pero después de que Deng realmente vio diminutas perlas de plástico en la harina de pescado previamente molida, surgió una pregunta.
“Nos preguntamos: si los peces comen los microplásticos ¿podrían las partículas acumularse dentro de sus cuerpos?”, dijo Deng, profesor de ciencia del agua dulce, quien investiga el papel de la dieta en la acuicultura.
A pesar de la creciente cantidad de microplásticos en lagos y océanos, se sabe muy poco acerca de cómo los peces se ven afectados internamente por estas diminutas partículas, que varían en tamaño desde aproximadamente una hojuela de café molido hasta el ancho de un cabello humano.
Los microplásticos pasan
Los microplásticos son definidos como partículas de plástico con tamaños menores a los 5 mm en una dimensión, y estos plásticos se están volviendo un problema ambiental mundial.
El equipo de investigación realizó un experimento de nueve semanas para ver si podían encontrar algunas respuestas.
“Elegimos la perca amarilla porque es el pez favorito de las personas que viven en la región de los Grandes Lagos, y la oferta reducida de perca silvestre ha impulsado la acuicultura comercial”, manifestó Deng.
Los juveniles de perca amarilla fueron alimentados con cuatro comidas diarias con pienso contaminado con concentraciones medias y altas de micropartículas de polietileno de alta densidad (HDPE), un plástico común. Un grupo control de peces comió alimentos sin plástico.
Al final del período de exposición, ninguno de los peces que comieron alimentos contaminados había muerto y los microplásticos habían salido de sus cuerpos y aparecido en sus heces.
Esa es una buena noticia ¿verdad?
No tan rápido, destacó Deng.
Menos proteína y minerales
Después de que se excretaron los microplásticos, los peces expuestos contenían cantidades más bajas de proteínas y minerales que los peces alimentados con la dieta sin HDPE.
Esto podría ser evidencia de que los cuerpos de los peces no pudieron descomponer los microplásticos y necesitaron más nutrientes de lo normal para expulsarlos, o los microplásticos podrían haber reducido la absorción de estos nutrientes de sus dietas.
Los investigadores también encontraron evidencia de una función hepática alterada en los peces expuestos y un cambio en su comunidad de microorganismos intestinales.
Al igual que en los humanos, la comunidad microbiana del intestino de los peces realiza tareas esenciales como la digestión de los alimentos y la protección del sistema inmunitario.
“Entonces, aunque no se ‘atascaron’ en el cuerpo”, dijo Deng, “eso no significa que la exposición a los microplásticos no fuera dañina”.
Ryan Newton investigó el impacto de los microplásticos en la microbiota intestinal de la perca y dijo que el estudio planteó más preguntas de las que respondió. Las diferencias que observaron los investigadores ocurrieron en concentraciones medias y altas de contaminación, destacó Newton, profesor asistente de ciencias del agua dulce y coautor del artículo.
“No estoy seguro de qué hacer con eso”, dijo. “Vemos una buena cantidad de variabilidad de intestino a intestino en los mismos peces”.
Lo que comen los peces puede cambiar la microbiota que se encuentra en sus sistemas digestivos, tal como lo hace en las personas, manifestó.
Pero es difícil determinar, en el marco del tiempo del estudio, si los cambios estaban relacionados con los microplásticos.
Implicaciones para los peces silvestres
Si se observan cambios biológicos en la perca amarilla criada en piscigranjas que consumen microplásticos, destacó Deng, entonces los microplásticos pueden tener efectos similares en la perca amarilla silvestre y potencialmente en otros peces que ingieren microplásticos presentes en sus entornos.
“Hemos limitado las variables a una pregunta muy, muy pequeña en este estudio”, dijo.
“Es posible que los plásticos en diferentes tamaños o con una exposición a largo plazo puedan tener resultados diferentes. O que la exposición a microplásticos puede tener efectos diferentes en otros tipos de peces”.
En términos de consumo humano, puede ser que la perca amarilla que ingiere microplásticos simplemente tenga un valor nutricional un poco más bajo.
“Mi enfoque en la acuicultura es la calidad y seguridad de alimentos y mariscos”, destacó Deng. “Entonces, la pregunta sobre cualquier contaminante, no solo los microplásticos, es si los peces criados son saludables, y esto está relacionado con el consumo humano”.
Referencia (acceso abierto)
Xing Lu et al, Chronic exposure to high-density polyethylene microplastic through feeding alters the nutrient metabolism of juvenile yellow perch (Perca flavescens), Animal Nutrition (2022). DOI: 10.1016/j.aninu.2022.01.007