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Mercurio en aumento: ¿Los pescados que comemos son tóxicos?

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By Milthon Lujan

Canadá.- La cantidad de mercurio extraído del mar por la pesca industrial ha crecido constantemente desde la década de los años 50, lo que podría aumentar la exposición al mercurio entre las poblaciones de varias naciones costeras e insulares a niveles que no son seguros para el desarrollo del feto.

Estos hallazgos de un estudio realizado por los científicos del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Montreal fue publicado esta semana en Scientific Reports.

El estudio combinó datos sobre la cantidad de mercurio extraído de los océanos y mares desde 1950 al 2014, y el consumo semanal de pescados y mariscos por las poblaciones de 175 países entre 1961 y 2011.

Mediante la comparación de estos datos, los cuales fueron publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el becario postdoctoral Raphaël Lavoie fue capaz de estimar el consumo per capita del metilmercurio (MeHg) de estas poblaciones, una forma altamente tóxica de mercurio.

Trabajando bajo la dirección del profesor Marc Amyot, Lavoie estimó que las personas del 38% (66 de 175) de los países examinados por el estudio podrían estar expuestos a niveles de metilmercurio superiores al nivel máximo considerado como seguro para el desarrollo fetal. Los países de mayor riesgo incluyen las Maldivas, Islandia, Malasia, Lituania, Japón, Barbados y Corea del Sur.

Cuando los humanos ingieren niveles excesivamente altos de metilmercurio, las moléculas de las toxina pueden penetrar la barrera hematoencefálica e impactar el desarrollo cerebral, especialmente en niños y fetos. {mprestriction ids=»*»}

La demanda por mariscos se ha disparado

La industrialización ha liberado vastas cantidades de mercurio en la atmósfera, que se ha asentado en los océanos y las vías fluviales. Este mercurio es absorbido por las criaturas marinas, muchas de las cuales son consumidas por los humanos.

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Desde 1950, la demanda por pescados y mariscos se ha disparado mientras que los avances tecnológicos han permitido formas más intensivas de pesca industrial. Desde los años 90, cuando la sobrepesca redujo drásticamente las poblaciones, la pesca industrial ha migrado gradualmente a aguas profundas e internacionales.

“La captura marina global alcanza las 80 millones de toneladas de pescado por año, lo que significa que también estamos retirando cantidades cada vez mayores de mercurio” dijo Amyot.

De las áreas de pesca industrial listada por FAO, el Pacífico Noroccidental actualmente exporta la mayor cantidad de pescado y el mayor contenido de metilmercurio. El Pacífico central occidental ocupa el segundo lugar, mientras que el océano Índico ocupa el tercer lugar.

“Juntos, estas tres áreas de pesca exportaron el 60% del mercurio resultante de la producción mundial de alimentos de origen acuático en el año 2014” reporta Lavoie.

Las personas en estas regiones son algunos de los principales consumidores de mariscos del mundo. Las especies que se encuentran en la parte más alta de la cadena trófica, contienen las concentraciones más altas de mercurio. Desde 1950 al 2014, los peces grandes representaron aproximadamente el 60% de la captura global (en peso) y cerca del 90% del mercurio ingerido por los consumidores de pescado.

Alto riesgo de exposición

Para garantizar el desarrollo fetal, el umbral para el consumo de metilmercurio es de 1.6 microgramos por cada kilogramo del peso corporal de una persona por semana (1.6 μg / kg / semana).

“Mediante la comparación de los datos de FAO sobre el consumo mundial de pescados y mariscos, nosotros observamos que desde el año 2001 al 2011 las poblaciones del 38% de los 175 países que analizamos podrían haber estado expuestos a dosis semanales de metilmercurio por encima del nivel máximo seguro del consumo para el desarrollo fetal” manifestó Lavoie.

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Formas de reducir el riesgo

Los científicos consideran que estas estimaciones podrían ayudar a las autoridades a encontrar formas de reducir el riesgo de exposición al mercurio, especialmente entre las poblaciones de alto riesgo como niños y mujeres embarazadas.

Algunos métodos de preparación y consumo de pescado parecen reducir el riesgo de contaminación del metilmercurio, puntualizan. En un reciente estudio, ellos encontraron que el cocinado del pescado o en consumo del pescado en combinación con ciertos polifenoles contenidos en productos alimenticios como el té podría reducir la biodisponibilidad del metilmercurio en el cuerpo humano.

Referencia (abierto):
Raphael A. Lavoie, Ariane Bouffard, Roxane Maranger & Marc Amyot. Mercury transport and human exposure from global marine fisheries. Scientific Reports, volume 8, Article number: 6705 (2018). doi:10.1038/s41598-018-24938-3 https://www.nature.com/articles/s41598-018-24938-3 {/mprestriction}

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