Algas

Hakafish: proyecto ANID permitirá avanzar en producción de sedante extraído de microalgas

Foto del autor

By Milthon Lujan

por Katerinne Pavez Marchant, Noticias UdeC
Investigadoras de la UdeC se adjudicaron financiamiento para producir y probar la formulación definitiva de un sedante natural, que permitirá mejorar las condiciones de traslado de peces, sin introducir productos perjudiciales en su organismo ni en el medio ambiente.

Cada vez más, las exigencias de los consumidores y de los mercados llevan a que las industrias desarrollen procesos más limpios y amigables con el ambiente. La industria salmonera no es la excepción, y en esta tarea trabaja un grupo de investigadoras e investigadores de la Universidad de Concepción, para mejorar la forma en que se desarrolla el cultivo de salmónidos.

En concreto, este año la académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Allison Astuya Villalón y su equipo, se adjudicaron 199 millones de pesos de un fondo Fondef-ANID, para continuar el desarrollo de un sedante natural, que permita el traslado en mejores condiciones para los salmónidos, a partir de un componente encontrado en la microalga “Heterosigma Akashiwo”. Se trata de la continuación de un trabajo que comenzó por el año 2015 y en el que se encuentran asociados diversos grupos de investigadores UdeC.

El equipo está dirigido por la profesora Astuya y lo integran el académico Nicolás Troncoso León, como director alterno, Alejandra Llanos Rivera, académica del Departamento de Oceanografía, Cristián Agurto Muñoz, director de Gibmar y Alejandra Rivera Latorre y Sandra Jara Toro, ingenieras en Biotecnología.

El proyecto, denominado “Hakafish: formulación sedante de origen microalgal para el transporte de salmónidos en condiciones operacionales reales”, busca generar una formulación que se aplique a los peces en su traslado, para que no sufran estrés, evitando además pérdidas y contaminación al ambiente, pues se trabaja en una fórmula biodegradable. El componente principal se extrae de la microalga; se trata de una molécula “que tiene un efecto en las células, en los canales de sodio que son algo así como los blancos predilectos que tienen todos los tipos de anestésicos y sedantes”, explicó la Dra. Astuya sobre sus primeros hallazgos.

READ  Científicos revelan un nuevo rol de los virus en el ciclo biogeoquímico del carbono

Este descubrimiento les llevó primero a trabajar a pequeña escala, a través de un proyecto INNBIO. Luego vino un Fondef Idea, con el que pasaron de concentraciones de 10 litros a 600 litros, la obtención de un producto casi final y pruebas en peces.

Este nuevo proyecto pretende escalar aun más la producción: con la colaboración del Grupo Interdisciplinario de Biotecnología Marina (Gibmar), que dirige el académico Nicolás Troncoso, esperan pasar a los 1.000 litros y no detener la producción.

“En este proyecto nos complementamos con Gibmar, ya habíamos empezado a trabajar en el proyecto anterior y vimos que estando ambos en la UdeC podíamos escalar y tener todo el equipamiento. Ellos tienen que ver con el bioproceso de la microalga”. Asimismo, el grupo de investigación cuenta con el apoyo de la empresa Salmones Antártica y ha despertado interés de empresas internacionales como Animal Health.

La solución

Existen al menos dos momentos relevantes en los que los peces de cultivo son trasladados, explicó la académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Alejandra Llanos Rivera, quien también ha tenido una participación relevante durante todo el desarrollo del proyecto. El primero es desde las pisciculturas en tierra hacia el mar y el segundo se produce cuando el animal ya está listo para cosecha y se traslada a la planta de faena.

“Sobre todo en este último punto, es importante qué anestésico se usa, porque no pueden quedar trazas. Hay algunos que pueden usarse hasta 20 días antes y no sirven para el momento de cosecha, o hay otros de origen natural que pueden hacer variar la calidad del filete», explicó Llanos.

READ  Microalgas para mitigar las emisiones de CO2

«Por ejemplo, hay plantas aromáticas con propiedades anestésicas como el clavo de olor o la albahaca. Sumado a eso, hoy existe una preocupación sobre el bienestar animal. Eso incluye minimizar sus condiciones de estrés, pero hay algunos anestésicos que incluso pueden inducirlo. Este anestésico no lo hace, según la medición de todos los parámetros fisiológicos”.

Estos resultados han despertado el interés de las empresas y pueden ampliar el uso de este sedante, aseguró Astuta. “Tener suplementos que mejoren la calidad de vida de los peces es algo requerido, pues ya están estresados porque los tienen que pesar, medir, vacunar. Todo eso es estresante y de ahí el interés de las empresas. Pero existen otras industrias que se pueden explorar. Hay tipos de peces como la Tilapia, que es mucho mas valorada si se transporta a pesca viva, más que congelada. Pero no se puede hacer porque no hay ningún sedante que permita no afectar al animal”.

Deja un comentario