En la industria de la acuicultura, la búsqueda de un crecimiento y una producción eficientes ha llevado a los investigadores a explorar métodos no convencionales. Una de esas vías prometedoras es el entrenamiento físico para peces, que se ha convertido en una potente herramienta para promover el crecimiento y mejorar la eficiencia de la producción. Sin embargo, la relación matizada entre ejercicio y crecimiento, junto con la diversidad de especies y protocolos de entrenamiento, ha dificultado sacar conclusiones universales.
Un metaanálisis de 69 estudios que abarcan 31 especies de peces realizado por los científicos de la Murdoch University buscó desentrañar las complejidades del impacto del entrenamiento físico en las tasas de crecimiento y los índices de conversión alimenticia (FCR).
Los hallazgos del estudio arrojan luz sobre los regímenes de entrenamiento óptimos y brindan información valiosa para los piscicultores que buscan aprovechar el ejercicio como herramienta de gestión estratégica.
Variaciones contextuales en los efectos del ejercicio: desentrañando la complejidad
“El ejercicio de natación puede ser una herramienta prometedora para promover el crecimiento de los peces y la eficiencia general de la producción, sin aumentar las cargas ambientales y económicas. Los peces de piscifactoría pueden ejercitarse o ‘entrenarse’ aumentando la velocidad del agua para estimular a los peces a nadar contra la corriente”, destacan los investigadores.
Uno de los desafíos para comprender los efectos del ejercicio sobre el crecimiento de los peces radica en la naturaleza dependiente del contexto de estos cambios. Las respuestas específicas de cada especie, junto con variaciones en los protocolos de entrenamiento, como la duración, la intensidad y el régimen, han creado un mosaico de resultados que puede ser difícil de interpretar. El metanálisis, que abarca una amplia gama de especies, tenía como objetivo aportar claridad a esta complejidad.
Revelación metaanalítica: el ejercicio mejora las tasas de crecimiento
El metanálisis empleó herramientas sofisticadas para extraer conocimientos de la combinación de diversos estudios. La revelación general fue clara: el entrenamiento físico aumenta significativamente las tasas de crecimiento en varios peces taxonómicamente diversos. Este hallazgo abre posibilidades interesantes para los acuicultores que buscan acelerar el logro de tamaños comercializables.
Según los investigadores: “El crecimiento mejorado por el ejercicio es evidente tanto en salmónidos como en no salmónidos, con fuertes efectos observados en una amplia diversidad de especies. Además, el ejercicio ofreció el beneficio adicional de reducir la variación en las tasas de crecimiento, lo que sugiere que el ejercicio puede ser una intervención eficaz para criar peces que no sólo son más grandes, sino también de un tamaño más uniforme”.
Identificación de regímenes de entrenamiento óptimos
Fundamentalmente, el metanálisis identificó regímenes de entrenamiento óptimos para obtener máximos beneficios de crecimiento. Los efectos fueron más pronunciados cuando los peces se sometieron a ejercicio continuo en lugar de sesiones intermitentes.
Además, los investigadores descubrieron que el punto ideal para las velocidades de natación objetivo era igual o inferior a 2 longitudes corporales por segundo, y las duraciones más largas del ejercicio produjeron resultados superiores. Sin embargo, ellos advierten que velocidades de natación superiores a 5 longitudes corporales por segundo tienen un costo energético tan alto que la energía debe desviarse del crecimiento para satisfacer esta demanda.
“Descubrimos que las ganancias de crecimiento fueron mayores en los peces que se ejercitaron de forma continua en lugar de intermitente. El entrenamiento intermitente, en el que los peces se ejercitan durante períodos cortos cada día (p. ej., 6 h d-1), parece ser insuficiente para estimular mayores tasas de crecimiento”, destacaron.
Estos conocimientos proporcionan una guía práctica para implementar regímenes de ejercicio en operaciones de acuicultura.
Peces juveniles: los principales beneficiarios
Los análisis revelaron que los efectos positivos del entrenamiento físico fueron particularmente relevantes para los peces juveniles, con una longitud media de 16 cm en los estudios analizados. Esto subraya el potencial de incorporar el ejercicio en las primeras etapas de la vida para capitalizar los beneficios que promueven el crecimiento.
Uniformidad en el crecimiento: un resultado deseable
Más allá de las tasas de crecimiento, el entrenamiento físico demostró una ventaja adicional: reducir la variabilidad en el crecimiento. Esto implica que los peces ejercitados exhiben tamaños más uniformes, una característica valiosa para agilizar los procesos de captura y comercialización.
El estudio reporta que el uso de ejercicio para aumentar la uniformidad del tamaño de los peces también ofrece ventajas prácticas, debido a que se reduce la competencia entre los peces y se reduce la necesidad de clasificarlos.
Proporciones de conversión alimenticia: la eficiencia no se ve afectada
Curiosamente, el entrenamiento físico no tuvo un impacto perceptible en los índices de conversión alimenticia (FCR). Tanto el grupo ejercitado como el de control demostraron igual eficiencia en la conversión de alimentos en masa corporal. Este hallazgo sugiere que si bien el ejercicio acelera el crecimiento, no compromete la eficiencia fundamental de la utilización del alimento.
Sin embargo, los autores del estudio destacan que “dado que los peces ejercitados crecen más rápido, un FCR igual al de los peces no ejercitados aún puede ser beneficioso porque los peces podrían alcanzar tamaños comercializables más rápidamente, mejorando así potencialmente la eficiencia de las operaciones de acuicultura”.
Conclusión: El ejercicio como poderosa herramienta de gestión
En resumen, el metanálisis de 69 estudios proporciona evidencia convincente de que el ejercicio es una potente herramienta de gestión en la acuicultura de peces. Al promover un crecimiento rápido y uniforme sin comprometer la eficiencia alimenticia, el entrenamiento físico surge como un enfoque estratégico para los productores que buscan acelerar el viaje desde las etapas juveniles hasta los tamaños comercializables.
Utilizando modelos metanalíticos, el estudio muestra que, en general, el entrenamiento físico aumenta significativamente las tasas de crecimiento tanto en salmónidos como en no salmónidos, con fuertes efectos observados en una amplia diversidad de peces.
“Los regímenes de entrenamiento óptimos implican natación continua (en lugar de intermitente) a velocidades moderadas en el agua (≤2 longitudes corporales s-1) para peces de una longitud promedio de 16 cm”, concluyen los investigadores.
A medida que la industria de la acuicultura continúa evolucionando, la incorporación de estos hallazgos en estrategias operativas podría marcar el comienzo de una nueva era de producción sostenible y eficiente de peces.
El estudio contó con financiamiento del L’Oréal-UNESCO for Women in Science Fellowship y de una subvención de Challenge Research Fellowship del Harry Butler Institute en la Murdoch University.
Contacto
Essie M. Rodgers
School of Environmental and Conservation Sciences
Murdoch University
90 South Street, Murdoch, WA 6150, Australia.
Email: essie.rodgers@murdoch.edu.au
Referencia (acceso abierto)
Rodgers, EM, Gomez Isaza, DF. The growth-promoting effects of exercise in finfish: A systematic review and meta-analysis. Rev Aquac. 2023; 1-12. doi:10.1111/raq.12879