Leticia, Colombia.- Con el propósito de verificar el cumplimiento de los requisitos sanitarios, funcionarios del ICA capacitaron a los expendedores de pescado de la plaza de mercado municipal de Leticia, Amazonas.
En el taller, al que también asistieron otras organizaciones acuícolas, el ICA socializó la normatividad para obtener el registro pecuario de establecimientos de acuicultura, contemplada en la resolución 0064 de 2016.
Así mismo, adelantó actividades de inspección, vigilancia y control, con el fin de verificar el manejo y/o venta de pescado en esa región del país.
Igualmente, los funcionarios del ICA explicaron la importancia de implementar las buenas prácticas en la producción acuícola, teniendo en cuenta que estas normas previenen que los productos obtenidos en las explotaciones acuícolas se vean afectados por condiciones tales como: contaminación por descargas industriales, agrícolas o de asentamientos humanos, ausencia de instalaciones de producción adecuadas, la carencia de prácticas de higiene adecuadas para el personal que labora en la explotación acuícola, e igualmente de los procesos de limpieza de los equipos e instalaciones, la utilización no controlada de productos químicos y fármacos, y el uso de alimentos contaminados.
La implementación de las buenas prácticas en la explotación acuícola, genera entre otras las siguientes ventajas:
– Mejoramiento de la calidad sanitaria y de la inocuidad de los productos obtenidos en las explotaciones.
– Contribuye a consolidar la buena imagen y la credibilidad de su empresa frente a los consumidores, a la vez que le brinda mayor competitividad frente al mercado nacional e internacional.
– Contribuye a reducir costos al disminuir significativamente la destrucción o re-procesamiento de productos, lo que contribuye al aumento de la productividad.
– Aumenta la conciencia del trabajo en grupo y la autoestima de los individuos; al considerar que la producción en la que participan se realiza con un alto margen de seguridad.
– Facilita las relaciones de los acuicultores con las autoridades sanitarias, ya que al comprometerse la empresa en la implementación y el cumplimiento de las buenas prácticas sanitarias y el control de procesos, asegura así la calidad sanitaria y la inocuidad de los productos obtenidos, que es el principal objetivo que deben poseer las políticas de alimentos de cualquier gobierno.