Impacto Ambiental

El gobio asiático, el nuevo terror de los ríos europeos

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By Milthon Lujan

Francia.- Pequeño en tamaño, pero enorme por el desastre ecológico y económico que supone… El gobio asiático invade muchos ríos en todo el mundo, especialmente en Europa. Este pez transmite una parásito mitad animal y mitad hongo, muy probablemente presente en China desde hace millones de años, y mortal para la mayoría de las demás especies de peces. Tras descubrir este patógeno hace 10 años, los investigadores del IRD y sus colaboradores han demostrado recientemente su rápida propagación en una cuenca hidrográfica de Turquía. Tres años después de la llegada del gobio, el 80-90 % de los individuos están infectados; entre ellos la lubina de piscifactoría, una especie de gran importancia económica en el Mediterráneo.

Llegado de China hace 50 años, un pequeño pez de agua dulce de la familia de las carpas, llamado «gobio asiático», causa estragos en los ríos de Europa y el norte de África. Este tiene una estrategia reproductiva muy eficaz que le permite colonizar ambientes acuáticos. Pero, sobre todo, como ya demostró un estudio realizado por el IRD y sus colaboradores publicado en Emerging Microbes and Infections (Nature), el gobio asiático propaga una micosis terrible, prima del famoso hongo quítrido que ha diezmado las ranas y los sapos en todo el mundo en las últimas décadas.

Un parásito de otra época

El pequeño pez invasor es, de hecho, portador sano de un parásito que se encuentra en la frontera entre los animales y hongos, llamado Sphaerothecum destruens. Este microorganismo, de tipo aún desconocido hasta hace poco, apareció en el momento de la diferenciación entre los animales y los hongos hace varios millones de años. Este descubrimiento fue hecho en 2005 en el gobio asiático por el equipo de investigación. Sus efectos devastadores en otras especies de peces se observaron en el laboratorio.

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Hasta un 90 % de mortalidad

Para confirmar estos primeros resultados experimentales y validar sus modelos epidemiológicos, los científicos siguieron durante cuatro años, del 2009 al 2013, las poblaciones salvajes de peces de agua dulce en una cuenca hidrográfica en el sureste de Turquía. Tan solo tres años después de la introducción del gobio asiático y su parásito mortal en 2006, todas ellas estaban infectadas. Entre el 2009 y el 2013, el número de individuos se redujo en un 80-90 %.

Una vieja conspiración

Los científicos llevaron a cabo un análisis filogenético de diversas cepas del patógeno Sphaerothecum destruens, tomadas de los tejidos de varios linajes de gobio asiático presentes en Europa así como en el salmón infectado en Estados Unidos. Sus resultados sugieren que el patógeno y su huésped asiático han evolucionado de forma concomitante y conjunta durante milenios, lo que confirma el origen del parásito y explica por qué el gobio asiático, que ha evolucionado con él, no se ve afectado.

Peces marinos contaminados

Además de los graves problemas ambientales que causa, el gobio asiático tiene un potencial impacto económico aún más preocupante. Los investigadores encontraron su parásito en lubinas criadas en agua salobre en una piscifactoría turca —aunque pensaban que este estaba supeditado a las especies de agua dulce. Ahora bien, se trata de un pez de gran importancia económica: sus movimientos en la industria mediterránea representan 400 millones de euros al año…

El equipo de investigación dio la voz de alarma. El riesgo de emergencia mundial a causa de esta enfermedad es real. Es urgente que los organismos de salud de los animales y la protección del medio ambiente se movilicen para contener la rápida propagación de este patógeno en Europa y el resto del mundo.

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Referencia (abierto):
Ercan D., Andreou D., Sana S., Öntaş C., Baba E., Top E., Karakuş U., Tarkan A.S., Gozlan Rodolphe. Evidence of threat to European economy and biodiversity following the introduction of an alien pathogen on the fungal-animal boundary. Emerging Microbes & Infections – Nature, 2015, 4, e52; doi:10.1038/emi.2015.52
http://www.nature.com/emi/journal/v4/n9/full/emi201552a.html
Fuente: IRD

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