EE.UU. – Las vacas y los caballos no son los únicos fanáticos de la alfalfa. A la perca amarilla también le gusta.
Esto es lo que los científicos del Agricultural Research Service (ARS) y sus colaboradores concluyeron cuanto ellos alimentaron a los peces con pellets elaborados con concentrados de proteína de las hojas de los cultivos de leguminosas.
Ellos están experimentando con alfalfa como un esfuerzo adicional para encontrar alternativas sostenibles al uso de la harina de pescado.
La acuicultura es el sector de más rápido crecimiento en la industria alimentaria mundial, generando US$1.37 mil millones de ventas solo en EE.UU. Sin embargo, existe la preocupación de que la creciente demanda de productos de la acuicultura supere la capacidad de abastecimiento de harina de pescado.
Según Deborah Samac, quien lidera la ARS Plant Science Research Unit in St. Paul, Minnesota, la formulación de piensos acuícolas con proteínas de origen vegetal podría ayudar a disminuir la necesidad de harina de pescado en los alimentos acuícolas, reduciendo de esta forma el impacto de la acuicultura en los recursos naturales acuáticos.
El uso de alternativas nutritivas y asequibles a la harina de pescado también podría aliviar la presión sobre las poblaciones de peces pelágicos, que son miembros importantes del ecosistema marinos y sostienen la cadena alimenticia.
La harina de soja, la cebada y las algas se encuentran entre las alternativas que se vienen explorando o ya se comercializan.
Alfalfa: reina de los forrajes
Ahora, muchas de las pequeñas cualidades que hacen que la alfalfa sea la “Reina de los Forrajes” (y el tercer cultivo más grande de EE.UU) también podrían incluirla en la lista de insumos para los alimentos acuícolas.
La alfalfa tiene un contenido de proteína cruda de 15 a 22 por ciento y una rica variedad de vitaminas, incluida A, B y D, además de minerales como el magnesio y el cobre.
La alfalfa es un alimento típico, como ensilado o forraje directo, para las vacas lecheras, ganado de carne y los caballos. Pero también se puede elaborar un “jugo” para concentrar la proteína, y esa es la forma en que Samac y sus colaboradores de la University of Minnesota (UM) la emplearon en sus ensayos de alimentación de la perca amarilla.
El proceso de formulación actual incluye pasar hojas de alfalfa a través de una prensa de tornillo, exprimir los jugos y luego calentarlos y centrifugarlos para producir un concentrado de proteína, que luego se seca y procesa en pequeños gránulos junto con otros ingredientes.
Los resultados de las pruebas de alimentación mostraron que las percas que recibieron pellets que contenían concentrado de proteína de alfalfa (APC) ganaron algo menos de peso que las percas que recibieron formulación que incluían la harina de pescado.
Pero los investigadores identificaron pocas diferencias en la salud, longevidad y bienestar general. Los rendimientos, calidad, composición y el sabor de los filetes fueron similares, de acuerdo al informe enviado a la revista Aquaculture Reports.
Según Samac, la alfalfa podría ayudar a impartir una mayor sostenibilidad al mercado de los alimentos acuícolas de US$133.5 mil millones.
Por ejemplo, como leguminosa, es una “súper estrella” al convertir naturalmente el nitrógeno atmosférico en una forma en la cual el maíz y otros cultivos pueden usar para su crecimiento, aliviando de esta forma la necesidad de aplicar fertilizantes químicos.
El crecimiento robusto de la alfalfa la convierte en un cultivo de cobertura ideal, anclando el suelo, reteniendo su humedad, ayudándolo a almacenar carbono y controlando las malezas. Las flores de alfalfa también son una importante fuente de alimento para las abejas silvestres y domesticadas, y contribuyen a la producción de miel, cera y otros productos.
Samac dijo que se están realizando estudios adicionales para ajustar las concentraciones de APC utilizadas en las formulaciones de los alimentos acuícolas, evaluar diferentes métodos de procesamiento y ampliar las pruebas de alimentación, que incluyen a la trucha arcoiris.
Sus colaboradores en la realización de los estudios son Jessica Coburn, Scott Wells, Craig Sheaffer, Roger Ruan y Nicholas Phelps—todos de UM en St. Paul— y Gibson Gaylord de la U.S. Fish and Wildlife Service’s Bozeman Fish Technology Center. Los colaboradores en las pruebas incluyen a Dong Fang Deng (University of Wisconsin-Milwaukee), Matt Digman (University of Wisconsin-Madison) y Brian Shepherd, with ARS’ Dairy Forage Research Unit en Madison, WI.