Patologías

La «carga de la enfermedad» en la piscicultura: más allá de la mortalidad y los costos directos

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By Milthon Lujan

Tilapia del Nilo alimentada con nanopartículas de vitamina E (VENP). Signos clínicos: coloración corporal normal sin alteraciones, post mortem. Fuente: Farag et al., (2024); BMC Vet Res 20, 561.
Tilapia del Nilo alimentada con nanopartículas de vitamina E (VENP). Signos clínicos: coloración corporal normal sin alteraciones, post mortem. Fuente: Farag et al., (2024); BMC Vet Res 20, 561.

Cuando pensamos en enfermedades en una granja de peces, la primera imagen que suele venir a la mente es la mortalidad. Sin embargo, el impacto real es mucho más profundo y complejo. Un reciente artículo de revisión científica publicado en Reviews in Aquaculture profundiza en el concepto de «carga de la enfermedad», ofreciendo una visión integral que abarca desde las pérdidas económicas directas hasta las consecuencias sociales, ambientales y reputacionales para la industria acuícola europea.

El estudio, liderado por Francesc Padrós de la Universitat Autònoma de Barcelona, argumenta que para gestionar la salud en la piscicultura de manera sostenible, es crucial entender que las enfermedades son un desequilibrio entre los peces, el ambiente de cultivo, los patógenos y el propio manejo de la granja.

¿Qué es exactamente la «carga de la enfermedad»?

El término «carga de la enfermedad» se refiere a una evaluación global de todos los impactos relacionados con un problema de salud. No se trata solo de contar los peces muertos, sino de cuantificar y comprender una red de consecuencias que afectan la viabilidad del negocio.

Esta carga incluye:

  • Costos directos: Pérdidas por mortalidad y morbilidad (peces que enferman, pero no mueren).
  • Costos indirectos: Gastos en manejo, como tratamientos, medidas preventivas, bioseguridad, vigilancia sanitaria y seguros.
  • Impactos sociales y políticos: Efectos sobre el bienestar del personal de la granja, la percepción pública, la aceptación social del sector e incluso la reputación de la empresa o de toda una industria nacional.

Los múltiples frentes del impacto económico

El documento detalla cómo las enfermedades interfieren directamente en la productividad y rentabilidad de una piscifactoría.

Mortalidad y morbilidad: dos caras de la misma moneda

La mortalidad es el indicador más evidente y utilizado en las granjas. La pérdida de un pez no es solo la pérdida de un «activo vivo», sino también de la inversión realizada en él (alimento, tiempo, cuidados) y una reducción de la capacidad productiva de la instalación. Además, la gestión de los cadáveres (retiro, transporte, eliminación) supone un costo extra y un riesgo sanitario si no se maneja adecuadamente.

La morbilidad, o el impacto en los peces que enferman pero sobreviven, es más sutil pero a menudo más costosa. Un pez enfermo presenta un rendimiento zootécnico inferior:

  • Reduce su ingesta de alimento y empeora su tasa de conversión.
  • Puede presentar lesiones externas (úlceras, hemorragias) o problemas de calidad en la carne (melanosis) que disminuyen su valor comercial o provocan su rechazo en la planta de proceso.
  • Se vuelve más susceptible a otras enfermedades secundarias.

Enfermedades crónicas como las parasitosis por piojos de mar, o patologías que afectan al sistema digestivo, pueden tener un impacto económico devastador a largo plazo.

Costos de manejo: una inversión necesaria pero compleja

Una parte significativa de la carga de la enfermedad proviene de los costos asociados a su gestión.

  • Vigilancia y diagnóstico: Implementar programas de vigilancia sanitaria, realizar muestreos periódicos y pagar por análisis de laboratorio son costos necesarios para una detección temprana. La planificación eficiente de los muestreos es clave para optimizar estos gastos.
  • Tratamientos: La decisión de tratar a un lote de peces requiere un análisis costo-beneficio. En acuicultura, los tratamientos (orales o por baño) se aplican de forma colectiva, lo que implica grandes volúmenes de productos terapéuticos y mano de obra.
    • Los tratamientos orales con piensos medicados son complejos, costosos y a menudo tardan en llegar a la granja, disminuyendo su eficacia si los peces ya han perdido el apetito.
    • Los tratamientos por baño, aunque efectivos para parásitos externos, implican un manejo estresante para los peces y una logística compleja, especialmente en jaulas marinas.
  • Prevención y bioseguridad: La profilaxis es la estrategia más eficiente a largo plazo. Medidas como la vacunación, la desinfección, el vacío sanitario o la implementación de barreras físicas son fundamentales, aunque suponen una inversión inicial importante. El estudio destaca que, a diferencia de otras medidas, la eficacia de las vacunas es más cuantificable, lo que facilita el cálculo de su rentabilidad.

Más allá de la piscigranja: el impacto global y social

La carga de la enfermedad no se limita a las puertas de la piscifactoría. A nivel macroeconómico, brotes severos como los de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISA) en Chile y Escocia han demostrado poder afectar los precios del mercado global y poner en jaque la viabilidad de toda una industria nacional, con graves consecuencias sociales por el desempleo.

El documento también aborda el enfoque «Una Sola Salud» (One Health), destacando dos áreas clave:

  1. Riesgo zoonótico: Aunque el riesgo de transmisión de enfermedades de peces de cultivo a humanos es significativamente menor en comparación con los animales terrestres, existe. Sin embargo, la mayoría de los casos reportados se asocian más a la contaminación del agua o a una mala manipulación del producto que a una verdadera zoonosis.
  2. Impacto ambiental: La transferencia de patógenos entre poblaciones de cultivo y silvestres es una preocupación importante, especialmente en sistemas abiertos como las jaulas. El ejemplo más conocido es el piojo de mar (Lepeophtheirus salmonis), cuyo control representa un costo enorme para la salmonicultura y ha demostrado afectar a las poblaciones de salmones salvajes.

Finalmente, no se debe subestimar el impacto social y reputacional. Una mala gestión sanitaria, altas mortalidades o el uso controvertido de tratamientos pueden generar una percepción pública negativa, afectar la confianza del consumidor y dañar la reputación de una empresa, un activo intangible pero de inmenso valor.

Conclusiones para el sector

El estudio concluye que para reducir la carga de la enfermedad de manera efectiva, la industria acuícola necesita adoptar un enfoque integral y proactivo. Esto implica no solo reaccionar ante los brotes, sino invertir estratégicamente en prevención, bioseguridad y bienestar animal.

La visualización completa de todos estos factores permitirá a las empresas y a las autoridades evaluar el impacto real de las enfermedades, tomar decisiones más informadas y, en última instancia, fortalecer la sostenibilidad y resiliencia del sector piscícola europeo.

Contacto
Francesc Padros
Fish Disease Diagnostic Service. Veterinary School. Departament de Biologia Animal, de Biologia Vegetal i Ecología, Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
Barcelona, Spain
Email: francesc.padros@uab.cat

Referencia (acceso abierto)
Padros, F., Rodger, H., Constenla, M., Herrero, A., Glucksman, M., Allepuz, A., & Zarza, C. (2025). The Disease Burden in Fish Farm Management: An Integrative View and a Specific Vision in Europe. Reviews in Aquaculture, 17(4), e70055. https://doi.org/10.1111/raq.70055