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Las primeras directrices de buenas prácticas de investigación con cefalópodos

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By Milthon Lujan

España.- El CSIC ha colaborado en su elaboración, junto a entidades de siete países. Creadas para dar respuesta a los requisitos de la Directiva 2010/63/EU sobre bienestar y protección de animales utilizados para fines científicos y que incluye por vez primera a un grupo de invertebrados.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Investigaciones Marinas (Vigo) y el Institut de Ciències del Mar (Barcelona), ha colaborado en la elaboración de las “Directrices para el cuidado y bienestar de cefalópodos en investigación”.

Se trata de la primera publicación en la que una amplia representación de la comunidad científica internacional, que tiene entre sus líneas de investigación a los cefalópodos, ofrece pautas a seguir en los laboratorios para asegurar el bienestar de estos animales.
Las directrices se han elaborado para dar respuesta a los requisitos de la Directiva 2010/63/EU sobre protección de animales utilizados para experimentación u otros fines científicos, incluyendo la educación y docencia. Esta Directiva incluye por vez primera, entre los animales objeto de regulación, a la clase cefalópoda al completo, con sus más de 700 especies (entre las que figura el pulpo o el calamar).

Desde enero de 2013, la Directiva se ha incorporado al ordenamiento jurídico español mediante el Real Decreto, por lo que los proyectos científicos desarrollados en España que impliquen el uso de animales deben cumplirla.

CONSENSO INTERNACIONAL

El texto de las directrices está disponible en la página web de Federation of European Laboratory Animal Science Association (FELASA). En su elaboración han participado científicos de organismos públicos de investigación y universidades de siete países: Italia, Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, Israel y España.

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El CSIC es la única institución por España y lo hace a través del Grupo de Patobiología Molecular Acuática del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo, y del Departamento de Recursos Marinos Renovables del Instituto de Ciencias del Mar (ICM), de Barcelona.

Camino Gestal, científica del CSIC en el IIM, explica: “Nuestro cometido ha sido reunir, revisar y distribuir los conocimientos existentes en el bienestar de los cefalópodos, con el objetivo de mejorar los procedimientos disponibles, llenar los vacíos de conocimiento y ayudar en el desarrollo de directrices específicas de especies, más detalladas y extensas. También se busca establecer una red interdisciplinaria de profesionales para la investigación sobre el bienestar de cefalópodos de acuerdo a la ley, y ofrecer formación especializada para jóvenes investigadores”.

PRINCIPALES RECOMENDACIONES

Las directrices establecen como principio general el de las denominadas ‘tres erres’ o ‘3R’: reemplazar en lo posible el uso de estos animales en cautividad por métodos alternativos, reducir el número de ejemplares en la investigación y refinar los procedimientos para minimizar el dolor provocado.

“Hay, no obstante y sobre todo para el caso de los cefalópodos, una gran falta de conocimiento en determinadas cuestiones, y en muchos aspectos no hay una uniformidad ni consenso claro”, destacan Camino Gestal (IIM-CSIC) y Roger Villanueva (ICM-CSIC).  “Por este motivo, la comunidad científica que trabajamos en cefalópodos nos hemos agrupado, mediante una acción europea en el marco de Cooperación en Ciencia y Tecnología (acción COST), para intentar clarificar estas cuestiones”.

“Cuando se realiza una investigación en cefalópodos, además de utilizar la regla de las ‘3 R’ y de disponer de personal formado, hay que tener en cuenta muchos otros aspectos, que van desde los métodos de captura en el mar y el transporte al laboratorio de los ejemplares, hasta la aclimatación y el mantenimiento de los tanques en el laboratorio, o la alimentación de la especie en cautividad”, explican los científicos.

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Las nuevas directrices se aplican desde el momento del nacimiento del animal. “En el caso de los cefalópodos, son escasamente conocidos los requerimientos de los recién nacidos en condiciones de cultivo o sus necesidades alimentarias, por lo que es necesario su estudio”,  explica Roger Villanueva.

Así mismo, tal y como se indica en las directrices, los cefalópodos que se van a emplear en investigación deben ser capturados en su medio natural por personal autorizado. El transporte debe realizarse con métodos que no causen sufrimiento, en contenedores con agua de mar bien oxigenada y en la que se mantenga constante la temperatura. A su llegada al acuario, deben pasar un periodo de cuarentena y se les debe proporcionar una aclimatación a las nuevas condiciones. También hay que monitorizar con frecuencia distintos parámetros en el agua (cantidad de oxígeno, pH…) y evitar los ruidos.

La guía también abarca cuestiones relacionadas con los métodos de anestesia, así como los indicadores a tener en cuenta para conocer la salud y el bienestar de los cefalópodos. En este sentido, los científicos de la red europea COST están actualmente trabajando sobre la identificación de biomarcadores de bienestar y salud de cefalópodos mantenidos en acuarios.

Texto de las Directrices de buenas prácticas: http://www.felasa.eu/recommendations/guidelines/guidelines-for-the-care-and-welfare-of-cephalopods-in-research/

Accion COST: “A network for improvement of cephalopod welfare and husbandry in research, aquaculture and fisheries” (Red para mejorar el bienestar y el cultivo de los cefalópodos en investigación, acuicultura y pesca). http://www.cost.eu/COST_Actions/fa/FA1301

Instituto de Ciencias del Mar http://www.icm.csic.es

Instituto de Investigaciones Marinas: http://www.iim.csic.es

Fuente: CSIC

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