Stirling, Escocia.- El bacalao del Atlántico podría estar en riesgo por el ruido generado por los parques eólicos y otros desarrollos en mar abierto, según un nuevo estudio de la Universidad de Stirling.
El estudio realizado por el Instituto de Acuicultura de la universidad encontró que el bacalao del Atlántico expuesto a niveles de ruido comunes en instalaciones acuícola en tierra exhibieron una reducción significativa de las tasas de producción de huevos y fertilización.
No obstante, los científicos también creen que esto podría tener implicaciones para el bacalao del Atlántico silvestre.
El Dr. Andrew Davie, del Instituto de Acuicultura, dijo: “Necesitamos ser cautos debido a que nuestro estudio se concentra en el ruido generado en instalaciones acuícolas cerrados en tierra, mientras que en la naturaleza el bacalao tiene la oportunidad de escapar de los ruidos perturbadores”.
“Sin embargo, como el ruido generado por la ingeniería en mar abierto y el transporte aumenta. El paisaje sonoro de nuestros océanos esta, sin duda, cambiando y tienen implicaciones para las poblaciones de peces nativos que hay que investigar”.
“Teniendo en cuenta que los bancos poco profundos del Mar del Norte pobladas por el bacalao del Atlántico son también lugares de interés para los parques eólicos, y que los niveles de ruido pueden ser similares a los usados en nuestra investigación, el daño potencial que ellos poseen para el bacalao del Atlántico en la naturaleza es preocupante” destacó el científico.
“Para la acuicultura en tierra, es clave considerar las implicaciones del ruido en el diseño de instalaciones y para usar soluciones simples como las tuberías aisladas para minimizar la transferencia de ruido. Incluso medidas muy simples, como evitar los radios ruidosos en las instalaciones acuícolas, ayudará a proteger a las poblaciones de las perjudiciales perturbaciones de ruido”.
Dos pruebas fueron realizadas como parte del estudio. En el primero, el bacalao del Atlántico en tanques fueron expuestos a diferentes volúmenes de ruido de amplio espectro durante un período de tiempo corto a través de altavoces bajo el agua. Las mediciones tomadas mostraron un incremento en el corto plazo en los niveles de la “hormona del estrés” el cortisol en estos peces, como resultado de la exposición al ruido.
Más importante aun, la segunda prueba demostró que la exposición a largo plazo a ruidos aleatorios (el rango de volumen y frecuencia probablemente se encuentre en las instalaciones acuícolas o en las pesquerías) tuvo un impacto significativo en la producción de huevos y las tasas de fertilización, con un 50% de reducción en el número de embriones viables producidos por el bacalao.