Informe

Manejo de Pequeños Embalses en los Cultivos Semintensivos de Cuba

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By Milthon Lujan

Por: Luis Remedios Hernández*

Introducción:

La acuicultura en Cuba ha sostenido sus producciones en las capturas de pescado realizadas en los medianos y grandes embalses distribuidos a todo lo largo de la isla. Desde el mismo surgimiento de la acuicultura, como rama económica del país, la estrategia seguida en la siembra de alevines en los principales embalses y la creación de una estructura e infraestructura dirigida a su captura, propició un sostenido incremento de las producciones de pescado, llegando a alcanzar niveles sobre las 20 mil toneladas anuales a escasos 10 años de su iniciación. Ello determinó la colocación de Cuba entre los 10 primeros productores de pescado de agua dulce de Latinoamérica y el Caribe. (FAO, 2016).

La aparente estabilización productiva alcanzada en los medianos y grandes embalses (mayores de 100 Ha), así como el propio acontecer en el desarrollo y expansión de la acuicultura en el país, comenzó a inclinar la atención hacia aquellos acuatorios menores y que en gran número se encuentran diseminados en los campos cubanos con finalidades diversas.

La explotación de pequeños embalses bajo cultivo semintensivo se inicia en Cuba, de forma oficial, en los primeros años de la década del 80. Es precisamente en este año cuando se lleva cabo un reordenamiento estructural de la acuicultura cubana, creándose La Empresa Nacional de Acuicultura, independizándose de las otras actividades pesqueras. De esta forma se imprimía un impulso a su desarrollo con cierta autonomía de gestión.

El propio desarrollo científico-técnico y práctico alcanzado en el manejo de estos acuatorios, fue condicionando un método de explotación que permitió el continuo aumento de los rendimientos pesqueros. Los pequeños embalses proporcionaban la ventaja de un mayor control de las características de sus aguas, un aprovechamiento mayor de la siembra de alevines y un rendimiento productivo por unidad de área, superior a los obtenidos en los medianos y grandes embalses.

En algunas provincias como Pinar del Río, pionera en este tipo de cultivo, se obtienen rendimientos que superan las 2 Tm/Ha en los años 1982 –1984, en numerosos acuatorios de estas dimensiones. A partir de 1988 ya la acuicultura en los pequeños embalses se presenta como una generalización nacional. En el año 1990 se obtienen resultados significativos en el contexto nacional promediándose 500 Kg/Ha.

En los términos de la acuicultura actual, el concepto de pequeños embalses no está totalmente claro y depende su interpretación del contexto territorial en que se analiza (continental o insular). Existen numerosas definiciones sobre el concepto de pequeño cuerpo de agua (Song, 1980; Anderson, 1987; Palm, 1987). Algunos países de la región latinoamericana no cuentan con una clasificación de sus embalses por clases de tamaño (FAO, 1996). Otras consideraciones contemplan como pequeños embalses los canales, canales de irrigación, etc., (Marshall, 1994). Vallet (1992) y Quirós (1994) consideran el tamaño físico del embalse como un criterio de distinción insuficiente y prefieren definirlos en dependencia de la entrada de nutrientes.

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En el ámbito de la acuicultura cubana, el término de pequeños embalses define aquellos cuerpos de agua menores de 100 Ha de superficie en su nivel de aguas normales (NAN), (Fonticiella et al, 1995).

Un aspecto que determinó la reafirmación de los pequeños embalses como un método de acuicultura atrayente, fue el caso de la introducción de los ciprínidos (carpas chinas) en la acuicultura de Cuba. La no-propagación natural de estos peces en las condiciones lacustres cubanas, así como las incipientes producciones en estaciones de alevinaje especializadas en la reproducción artificial de estas especies, condicionó que su siembra se realizará en aquellos embalses cuya garantía de captura fuera mayor. Además de ello, el carácter planctófago de estas especies y relativa alta densidad de siembra, obligaba al enriquecimiento de la base alimentaria de las aguas mediante una fertilización dirigida, cuestión muy difícil en los embalses considerados medianos y mayores en Cuba.

Por lo anterior, los pequeños embalses se mostraban como los reservorios adecuados para llevar a efecto un nuevo paso en el desarrollo de la acuicultura nacional: El policultivo semintensivo de peces.

Con la intención de poner en explotación todo reservorio con condiciones para la acuicultura y presionados por una coyuntura económica desfavorable, luego del descalabro del campo socialista, se vinculan al cultivo de peces todos los organismos del estado que fueran propietarios de pequeños embalses. Entre ellos se destacan el Ministerio de la Agricultura, el Ministerio del Azúcar, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Educación. También se vinculan a este tipo de acuicultura, Cooperativas Agropecuarias, pequeños agricultores, etc. dando inicio así a una acuicultura que ha recibido, de acuerdo al ámbito en que se aplica, Acuicultura de Organismos, Acuicultura Popular, Acuicultura Comunitaria, etc. Todas ellas soportadas en la explotación de los pequeños cuerpos de agua.

En resumen, pueden señalarse como los fundamentales precedentes que permitieron el surgimiento y posterior desarrollo de este tipo de cultivo en Cuba, los siguientes:

1. Condiciones socioeconómicas y políticas favorables y la comprensión de ver la Acuicultura como una rama pesquera de expectativas positivas en la producción de alimento.

2. Desarrollo de los sistemas de riego en la agricultura con la rápida construcción de grandes, medianos y pequeños embalses.

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3. Crecimiento en las producciones de alevines, fundamentalmente carpas chinas (Tencas, amura y carpa común).

4. Factibilidad en el uso de residuales orgánicos como fertilizantes, provenientes de centros porcinos y granjas avícolas.

El manejo de los pequeños embalse desde el ángulo acuícola fue perfeccionando los métodos estableciéndose hoy en día como un hecho más del desarrollo de la rama.

Actualmente, el cultivo de peces en embalses pequeños está despertando gran interés en muchos países en desarrollo y constituye punto focal de la FAO en sus propósitos de incrementar las posibilidades alimentarias de los llamados más pobres. Este interés se debe a la apremiante necesidad de alimento y a la existencia de un número considerable de embalses de este tipo, (Según Quirós op. cit, existen en América Latina entre 1 500 000 y 2 200 000 Ha en pequeños embalses), los que permanecen improductivos desde el ángulo pesquero en su mayoría, básicamente por la imposibilidad de llevar adelante una política de desarrollo en esta actividad y el despliegue de una explotación acuícola consecuente.

En varios foros internacionales se ha discutido como punto fundamental, la forma de enfrentar el desarrollo de una acuicultura rural de pequeña escala. Según se ha planteado, en algunos países se ha logrado muy discretos adelantos, no obstante los esfuerzos no han sido siempre exitosos por razones asociadas a lo técnico, lo socio-económico, a la política y a aspectos institucionales de la acuicultura (FAO/NORAD/UNDP 1984; Harrison et al 1994). Según Quirós (op. cit) los éxitos o fracasos de la explotación de los pequeños embalses parecerían no estar relacionados con el sistema de gestión aplicado como los presupuestos del mismo. Se plantea por este autor que en la región latinoamericana existen casos de éxitos y fracasos para todos los sistemas de gestión implementados, quizás con excepción de la gestión por pequeños acuicultores. Pero aun en este caso, los fracasos serían más adjudicables a las limitantes comúnmente aceptadas para la acuicultura de tipo rural, que a la gestión individual en sí misma, cuestión también abordada por Loria y Martínez, (1990), Martínez, (1989) y Wijsktrom, (1989).

Política cubana

En el contexto cubano, un elemento determinante en el desarrollo de una política dirigida a la explotación de los pequeños embalses, ha sido la estructura de gobierno. Cuba establece su dirección gubernamental a partir de una organización de la sociedad que parte de la llamada circunscripción, esta reúne un conglomerado de aproximadamente 300 electores (se define como elector a la población mayor de 16 años apta para el sufragio). Un número determinado de circunscripciones, las que pueden oscilar entre 7 a 8, constituye el Consejo Popular, por lo general un Consejo Popular agrupa a más de 2 000 electores. Un municipio incluye varios Consejos Populares, cuyo número está en dependencia de los habitantes del mismo.

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El llamado Delegado del Consejo Popular, el que ha sido elegido por la voluntad popular por un período de dos años, es miembro de la Asamblea Municipal donde se discuten aspectos relacionados con la problemática socio-económica del municipio en cuestión. Existe además al nivel de municipio, un consejo de la administración, el que está compuesto por el presidente del Poder Popular Municipal y un grupo de funcionarios que se ocupan de diferentes esferas de la economía y los servicios del municipio. Esta misma estructura se homologa a escala provincial y nacional con muy pocas variantes.

Paralelamente existen organizaciones no gubernamentales como la Unión Nacional de Agricultores pequeños (ANAP), que agrupan a campesinos, ya bien sean trabajadores del estado, pertenecientes a Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA), o Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) o campesinos independientes. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que agrupa a todos los vecinos de una cuadra, edificio o grupos de casas.

Al plantearse como política de gobierno el desarrollo de la acuicultura de los pequeños embalses como una alternativa alimentaria de la población, esta se acoge como una tarea a cumplimentar recibiendo el apoyo de la organización del gobierno al nivel de Consejo Popular, y de las organizaciones no gubernamentales, de tal manera que la tarea se establece como una estrategia a conseguir por el Consejo Popular y las Organizaciones no Gubernamentales de forma colegiada. La Acuicultura estatal juega entonces un papel orientador desde el ángulo técnico, promocionando y divulgando las técnicas de cultivo mediante diversos métodos, los cuales incluyen folletos, videos, conferencias, etc. entre los propietarios de los pequeños embalses.

La venta de los alevines de diferentes especies sigue después de realizarse un levantamiento de los cuerpos de aguas aptos para el cultivo de peces.

El manejo de los pequeños embalses ya bien sea de forma estatal o popular, proporciona un método de explotación racional de todas sus posibilidades. Lo importante radica en establecer un diseño encaminado al cumplimiento de premisas, que marquen una estrategia adecuada y en estricta correspondencia con las exigencias biológicas que establecen las especies en cultivo.

Nota de redacción:
El artículo corresponde a un resumen del estudio publicado por el autor con el mismo título.

*Presidente de la Sociedad de Acuicultura y Pesca Industrial de Plataforma.
Sociedad de Medicina Veterinaria. Cuba
Filial Pinar del Río.
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