Noruega.- La crianza de peces en tanques que contienen escondites y otros obstáculos puede volver más inteligentes a los peces y mejorar sus posibilidades de sobrevivir cuando son liberados en la naturaleza, según un equipo internacional de investigadores.
“Este es un problema clave, somos muy buenos en la crianza de peces, pero no en la liberación de estos animales en la naturaleza en donde tienen que sobrevivir” dijo Victoria Braithwaite, profesora de pesca y biología en la Penn State University. “Hay una falta de correspondencia entre la forma en que los criamos y el mundo real”.
Los juveniles de salmón del Atlántico criados en tanques que incluyen guijarros y rocas como escondites y plantas artificiales flotantes fueron más capaces de nadar entre los laberintos y mostraron signos de mejora en la función cerebral, comparados con los salmones criados en los tanques de hatcheries estándar, destacó Braithwaite. Esto puede ayudar a los hatcheries de peces para la conservación y liberación de peces mejor adaptados a sobrevivir en la naturaleza.
Los hatcheries orientados a la conservación de peces, crían bacalao, salmón, trucha y otros tipos de peces, y los liberan en lugares donde estas especies están amenazadas, o donde sus poblaciones están declinando. “La filosofía de la mayoría de hatcheries de peces es criar un gran número de peces y esperar que algunos sobrevivan” dijo Braithwaite. “Lo que este estudio sugiere es que puede criar pocos, pero peces más inteligentes, y todavía tendrás una mayor supervivencia una vez que los liberes”.
Los científicos, quienes acaban de publicar sus hallazgos en la Proceedings of the Royal Society B, colocaron piedras y rocas en el fondo del tanque y agregaron plantas de plástico para que flotaran en el agua. Braithwaite dijo que los objetos crearon un ecosistema más natural y tridimensional.
“En el hatchery el mudo es homogéneo, la vida es aburrida y monótona” dijo Braithwaite. “El flujo del agua es la misma, no tienen que encontrar su comida y no tienen que evitar los depredadores”.
Los investigadores movieron los objetos una vez por semana, durante el todo el estudio que duró ocho semanas.
Cuando los científicos ubicaron al salmón en un laberinto, los peces criados en tanques con obstáculos cometieron menos errores al tratar de escapar del laberinto, destacó Braithwaite. La performance de los salmones de los tanques con obstáculos continuó mejorando con cada prueba, y ellos aprendieron a resolver el laberinto mucho más rápido que los peces criados de la forma estándar.
Los cerebros de los peces de los tanques con obstáculos también fueron diferentes de los peces criados de la forma estándar, según los científicos.
Ellos observaron un aumento en la expresión de un gen en una región de cerebro de los peces que está asociado con el aprendizaje y la memoria, un indicador del incremento en la función y el crecimiento del cerebro.
Interactuar con el ambiente puede influir en la expresión génica en el cerebro, dijo Braithwaite.
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Anne Gro Vea Salvanes
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