La acuicultura se ha convertido en una importante actividad económica en el ámbito mundial y alimenta a más de la mitad de la población mundial que consume pescados y mariscos. Pero su rápido crecimiento no está exento de desafíos. Mientras la industria se esfuerza por lograr una mayor eficiencia e innovación, las preocupaciones ambientales y las demandas de recursos plantean la pregunta: ¿es la acuicultura realmente sostenible?
La respuesta está en mirar más allá de los métodos acuícolas tradicionales, como los antibióticos, y adoptar soluciones innovadoras y ecológicas.
Científicos de la Gorgan University of Agricultural Sciences and Natural Resources, de la Polytechnic University of Marche y de la University of Sannio publicaron una revisión científica donde presentan varias alternativas para reemplazar las terapias con antibióticos y hacer la industria acuícola, en particular la europea, más sostenible.
Una bendición y una carga
Por un lado, la acuicultura ofrece una fuente crucial de proteínas, lo que reduce la presión sobre las poblaciones de peces silvestres. Crea empleos, fomenta el desarrollo económico e incluso puede mejorar la seguridad alimentaria en determinadas regiones. Sin embargo, no se pueden ignorar sus impactos sobre el medio ambiente.
Preocupaciones medioambientales: un arma de doble filo
Si bien ofrece seguridad alimentaria, la acuicultura plantea preocupaciones ambientales. Las prácticas tradicionales, como el uso desenfrenado de antibióticos, pueden dañar el medio ambiente y contribuir a la resistencia a los antibióticos.
He aquí algunas cuestiones clave que debe superar la industria acuícola:
- Escape de peces de piscifactoría: Estos escapes pueden alterar las poblaciones silvestres mediante mezcla genética, competencia y transmisión de enfermedades.
- Enriquecimiento de nutrientes: El exceso de nutrientes provenientes de los desechos de los peces puede desencadenar floraciones de algas, agotamiento del oxígeno y degradación del hábitat.
- Liberación de productos químicos: Los antibióticos, antiincrustantes y otros productos químicos utilizados en la acuicultura pueden dañar el ecosistema y contribuir a la resistencia a los antimicrobianos.
- Agotamiento de las poblaciones de peces silvestres: Algunos alimentos para la acuicultura dependen de peces capturados en la naturaleza, lo que impacta indirectamente a los depredadores marinos.
- Alteración del hábitat: La infraestructura acuícola puede perturbar ecosistemas sensibles.
Buscando un futuro sostenible: soluciones prometedoras
La buena noticia es que la industria acuícola está abordando activamente estos desafíos. Aquí hay algunas soluciones prometedoras que identificaron los científicos:
- Vacunas recombinantes: Estos refuerzos de inmunidad hechos a medida se dirigen a patógenos específicos, protegiendo a los peces de brotes de enfermedades y reduciendo la necesidad de antibióticos. Piensa en ellos como un escudo personalizado para cada especie de pez.
- Compuestos bioactivos: Las dietas ricas en moléculas naturales presentes, por ejemplo, en las harinas de insectos, pueden actuar como refuerzo del sistema inmunológico e incluso beneficiar a otras especies cultivadas. Imagine a los peces comiendo alimentos que no sólo los nutren sino que también fortalecen sus defensas.
- Probióticos, prebióticos y simbióticos: Estos aliados beneficiosos para el intestino modulan el microbiota (conocido como el segundo cerebro) de los peces y promueven la digestión, el crecimiento y el bienestar general.
Asimismo, los investigadores identificaron que adoptar protocolos sostenibles es primordial para el éxito de esta revolución azul. Esto incluye:
- Sistemas de circuito cerrado: Estas ingeniosas configuraciones reciclan agua y desechos, minimizando el impacto ambiental y creando un ecosistema autosostenible para los peces.
- Regulaciones más estrictas: La implementación y aplicación de regulaciones ambientales sólidas garantiza prácticas responsables y protege el delicado equilibrio de nuestros ecosistemas acuáticos.
El camino a seguir: un enfoque equilibrado
“Hemos reportado una serie de estudios que resaltan el efecto beneficioso del uso de harina de insectos, vacunas recombinantes y bacterias beneficiosas individualmente o en mezcla con sustancias naturales que pueden actuar como sustratos para las bacterias presentes en el intestino o el uso de simbiontes en el cultivo de las especies más representativas de la industria acuícola europea”, concluyen los científicos.
El futuro de la acuicultura depende de un enfoque equilibrado. Necesitamos impulsar la producción para satisfacer la creciente demanda de alimentos y al mismo tiempo minimizar el impacto ambiental. Al adoptar prácticas sostenibles, avances tecnológicos y regulaciones responsables, podemos desbloquear el verdadero potencial de la acuicultura como fuente de alimento vital y sostenible para las generaciones venideras.
Referencia (acceso abierto)
Hoseinifar, Seyed Hossein, Ghasem Ashouri, Luca Marisaldi, Michela Candelma, Danilo Basili, Andrea Zimbelli, Valentina Notarstefano, Lucrezia Salvini, Basilio Randazzo, Matheo Zarantoniello, and et al. 2024. «Reducing the Use of Antibiotics in European Aquaculture with Vaccines, Functional Feed Additives and Optimization of the Gut Microbiota» Journal of Marine Science and Engineering 12, no. 2: 204. https://doi.org/10.3390/jmse12020204