Berlín, Alemania.- Los peces no sienten dolor de la misma forma que los humanos. Esta es la conclusión de un equipo internacional de investigadores que incluyó a neurobiológos, ecologistas del comportamiento y científicos pesqueros. Uno de los participantes del estudio fue el Prof. Dr. Robert Arlinghaus del Leibniz Institute of Freshwater Ecology and Inland Fisheries y de la Humboldt University.
El 13 de julio un acta de protección animal revisada entro en efecto en Alemania. Pero quienes esperaban encontrar un pronunciamiento concreto con respecto a la manipulación de los peces se desanimarán. Los legisladores al parecer ya habían encontrado la respuesta al problema de los peces. Por consiguiente, los peces son vertebrados sensibles que deben protegerse de actos crueles realizados por los seres humanos. Cualquier persona en Alemania que, sin causa alguna, mata a los vertebrados o inflija severas heridas o sufrimiento, afrontará consecuencias penales y multas severas o incuso pena de prisión.
Ahora la pregunta es si los peces son capaces de sentir dolor. La decisión final tendría consecuencias de gran alcance para millones de pescadores, acuaristas, piscicultores y científicos pesqueros. Para este fin, un equipo de investigación ha examinado todos los estudios significativos sobre el tema del dolor de los peces.
Durante su investigación, los científicos de Europa, Canadá, Australia y EEUU han descubierto muchas deficiencias. Los principales puntos de crítica de los científicos son: los peces no tienen la capacidad neuro-fisiológica de percepción consciente del dolor. Además, las reacciones de comportamiento de los peces al parecer fueron evaluados de acuerdo a los criterios humanos y por lo tanto fueron mal interpretados. Todavía no existe la prueba definitiva de que los peces pueden sentir dolor.
Los peces no son comparables a los humanos en términos de anatomía y fisiología
A diferencia de los humanos, los peces no poseen un neocórtex, que es el primer indicio de duda respecto a la conciencia del dolor en los peces. Además, ciertas fibras nerviosas en los mamíferos (conocidos como c-nociceptores) están implicados en la sensación de experiencias intensas de dolor. Todos los peces cartilaginosos primitivos objetivo de estudio, como los tiburones y rayas, muestran una falta total de estas fibras, y todos los peces óseos (como truchas y carpas) raramente las tienen. Al respecto, los prerequisitos fisiológicos para una experiencia consciente de dolor apenas está desarrollado en los peces. Sin embargo, los peces óseos sin duda poseen nociceptores simples y ellos, de hecho, muestra reacciones a la lesiones y otras intervenciones. Pero no se sabe si esto es percibido como dolor.
A menudo falta una distinción entre el dolor consciente e inconsciente
El estudio resalta el problema de que la mayoría de estudios publicados evaluaron las reacciones de los peces a un impulso aparentemente doloroso como un indicio de dolor. Sin embargo, esta metodología no prueba de forma verificable si la reacción se debió a una sensación consciente del dolor o a un impulso inconsciente por medio de la nociception, o una combinación de los dos. Básicamente, es muy difícil deducir los estados emocionales basados en respuestas de comportamiento. Además, los peces frecuentemente muestran sólo reacciones menores o ninguna para todas las intervenciones, lo que podría ser extremadamente doloroso para nosotros y otros mamíferos. Los analgésicos como la morfina que son efectivos para los humanos, son inefectivos en los peces o se requiere de dosis muy altas que, para mamíferos pequeños, podría ser mortal.
Los hallazgos sugieren que los peces no sienten dolor en términos humanos o ellos reaccionan completamente diferente al dolor. En general, no es aconsejable interpretar el comportamiento de los peces desde una perspectiva humana.