Chile.- Hasta ahora 2 mil 200 toneladas de salmones muertos provenientes de la región de los lagos, han arribado al Biobío, a través de tres Pesqueros de Alta Mar (PAM). La planta Camanchaca del sector Rocuant en Talcahuano es la única, por el momento, que está procesando dicha mortalidad para hacer harina o aceite de pescado.
Hoy (ayer) se encuentra en operación en San Vicente, el PAM Bucanero, que está en proceso de descarga, una maniobra que dura aproximadamente 14 horas. Se contempla además que otros pesqueros arriben en los próximos días con nuevo tonelaje de esos salmones que murieron asfixiados al ser afectados por una floración de alga en la décima región.
Además de la pesquera Camanchaca de Talcahuano, Sernapesca ha autorizado movimiento a la pesquera Fiordo Austral del sector Escuadrón de Coronel para procesar salmones.
Rodrigo Valencia, Director regional del organismo, explicó que hay un trabajo conjunto con autoridades sanitarias, de Medio Ambiente y la Armada: “Estamos coordinados con otros organismos pertinentes pues acá lo importantes es el resguardo medioambiental, es decir, que las plantas que voluntariamente accedieron a recibir esta carga, cumplan con toda la normativa”.
De acuerdo a las fiscalizaciones de Sernapesca, tanto en la descarga como en el procesamiento de las plantas, se han desarrollado en completa normalidad de acuerdo a los protocolos establecidos.
Por su parte, el Director Nacional del organismo, José Miguel Burgos, indicó que para el caso de aquellas mortalidades cuyo nivel avanzado de descomposición no permita su reducción para harina, se está evaluando con la Armada de Chile la eliminación en el océano fuera de las 60 millas para evitar cualquier riesgo a la salud humana, según lo indicado en el Protocolo de Londres que regula el vertimiento de desechos en el mar a nivel internacional.
«Están colaborando 12 barcos pesqueros industriales, 52 wellboats y una parte importante de la flota artesanal de Calbuco, y se ha retirado cerca de un 65% de las mortalidades de salmones desde los centros de cultivo afectados, siendo llevados a plantas de harina de la X, XI y VIII, de manera que sólo aquello que efectivamente no tengamos otra alternativa de reducción, sea destinado a la eliminación en el océano respetando las estrictas condiciones que establece el Protocolo de Londres del que Chile es parte», indicó Burgos.