Francia.- Un reciente informe de investigación publicado en la revista de la Society for Applied Microbiology (SfAM), Letters in Applied Microbiology, mostró que en un área contaminado por la cepa de Penicillium fungus, los moluscos bivalvos (almejas, ostras, mejillones, ostiones, etc) podrían contener toxinas a niveles mucho más altos que los encontrados en el ambiente que los rodea.
El profesor Yves François Pouchus, de la University of Nantes en Francia, líder de la investigación, indicó: “Un alto nivel de toxinas en los mariscos nos indica que debemos tener cuidado para no subestimar el impacto de ciertas cepas de Penicillium en el agua donde los mariscos son cosechados para el consumo humano”.
El equipo del profesor Pouchus encontró que el hongo produce más toxinas cuando crecen dentro de los mejillones o en un medio que contienen extractos de mejillones. Los extractos obtenidos de la Penicillia derivados de los mariscos exhiben la más alta citotoxicidad que los otros.
Pouchus y su equipo detectaron las micotoxina patulin en algunos extractos de P. antarcticum, y su presencia, de acuerdo con los resultados de los científicos, parece estar relacionado a su citotoxicidad.
Aunque las toxinas de Penicillium no causa un envenenamiento agudo por alimentos, ellos pueden tener un impacto negativo sobre las células y ADN. En teoría, estas micotoxinas puede causar problemas de salud a largo plazo, como el cáncer.
Pouchus concluyó: “A este punto, pensamos que puede ser pertinente iniciar el cribado de los mariscos comestibles para detectar las micotoxinas con la finalidad de proteger los consumidores”.