EEUU.- Científicos demostraron que los peces, expuestos a una mezcla de polietileno con contaminantes químicos absorbidos del ambiente marino, bioacumulan estos contaminantes químicos y sufren de toxicidad en el hígado.
Los pequeños restos de plástico se encuentran en los ambientes acuáticos, contaminando los hábitats costeros, profundos, cerca a la costa y en mar abierto. Las tendencias mundiales sugieren que las acumulaciones se vienen incrementando en los hábitats acuáticos, consistentemente con las tendencias en la producción de plásticos.
Los peligros asociados con los restos de plásticos incluyen los componente físicos del material, los ingredientes químicos y los químicos absorbidos del ambiente. Mediante la ingestión, los fragmentos de plásticos microscópicos pueden terminar en los tejidos d ellos mejillones y causar el incremento de los granulocitomas y disminuir la estabilidad de la membrana lisosomal. Los restos de plásticos se bioacumulan en las cadenas alimentarias y están relacionadas con varios efectos adversos, incluido los trastornos endocrinos, disminución de las poblaciones de peces y reducción de la riquezas de las especies.
Los científicos de la School of Veterinary Medicine de la University of California, de la San Diego State University, liderados por Chelsea M. Rochman, elaboraron una línea de base de información con respecto a la bioacumulación de PBT y los efectos asociados con la salud en los peces vía la exposición crónica a polietileno de baja densidad.
Los peces alimentados con fragmentos de polietileno virgen también mostraron signos de estrés, aunque menos severos que los peces alimentados con fragmentos de polietileno marino.
Los científicos proveen una línea base de información con respecto a la bioacumulación de los químicos y efectos asociados con la salud de la ingestión del plástico en los peces y demuestran que las evaluaciones en el futuro podrían considera una mezcla compleja del material plástico y sus contaminantes químicos asociados.