Por Yureli Cacho Carranza
Ciudad de México (Agencia Informativa Conacyt).- Son 46 planteles ubicados en casi todos los estados de la República Mexicana los que ofrecen el bachillerato tecnológico en ciencia y tecnología del mar, donde los egresados desarrollan y aprovechan racionalmente los recursos acuícolas y marítimo-pesqueros; además de aquellos relacionados con el sector turístico, informó en entrevista el titular de la Dirección General de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar (Dgecytm), Ramón Zamanillo Pérez.
A través de 22 especialidades, la formación técnica media superior competitiva, crítica e innovadora que reciben los alumnos, los compromete no solo con el sector educativo, social, turístico, acuícola y marítimo-pesquero de México sino también con el medio ambiente, manifestó el director técnico de la Dgecytm, Víctor Manuel Rojas Reynosa.
La Dgecytm es una institución educativa adscrita a la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS) desde hace 42 años.
“Actualmente se está trabajando para que, posterior a los tres años de secundaria, se estudie un año más para egresar como técnico superior porque la proyección nacional es que en 2021 haya cobertura universal de nivel preparatoria o bachillerato”, anunció el director general de la Dgecytm, Ramón Zamanillo Pérez.
Su método y disciplina
Las principales áreas de conocimiento que ofrece la Dgecytm a través de las 22 carreras técnicas que proporciona son: biotecnología, que comprende ciencia de los alimentos, acuacultura y salud; ciencia y tecnología del mar, considera la pesca y el procesamiento de productos marinos. En materia de navegación destaca la enseñanza sobre protección civil y oceanografía. Con relación al cuidado del medio ambiente se imparten aspectos relacionados con el agua, manejo de residuos sólidos, cambio climático, bioética e industria. En cuanto a energía se aborda información sobre petróleo, electricidad y energías renovables. En Turismo se abarca hotelería, gastronomía y servicios turísticos.
Cada carrera tiene una duración de seis semestres cuya instrucción básica, propedéutica y profesional se divide en cinco módulos. El equipamiento utilizado en talleres y laboratorios se actualiza cada tres o cinco años, a fin de ajustarse al avance tecnológico de cada profesión, explicó Rojas Reynosa.
Las competencias genéricas que se imparten en los centros de estudio son autorregulación, comunicación, pensamiento crítico, aprendizaje autónomo, trabajo en equipo, competencias éticas y civiles, además de mecanismos de apoyo. Estas atribuciones refuerzan la capacidad de los estudiantes para que adquieran otro tipo de aptitudes encaminadas a sus intereses y les proveen un adiestramiento fundamental para el trabajo.
Cerca de 35 mil jóvenes a nivel nacional forman parte de este sistema educativo, cuyo egreso anual es de seis mil 500 graduados en promedio y donde los estudiantes adquieren habilidades y conocimientos suficientes para que al término de su carrera se incorporen al mercado laboral o, si lo desean, continúen con la educación superior al ser una excelente aproximación para los jóvenes cuya meta sea aspirar a una ingeniería o ciencias a nivel de maestría o doctorado, añadió el oceanólogo Rojas Reynosa.
Cetmar y Cetac
Las especialidades relacionadas con áreas del mar y marítimo-pesqueras se ofrecen en los Centros de Estudios Tecnológicos del Mar (Cetmar), ubicados en las zonas costeras del país. En tanto, las carreras relativas a la acuacultura en aguas continentales y otras disciplinas relacionadas con el agua y el entorno se imparten en los Centros de Estudios Tecnológicos en Aguas Continentales (Cetac), los cuales se ubican en el interior de la república o tierra adentro, proporcionando así una destacable cobertura geográfica a nivel nacional, indicó Zamanillo Pérez.
“En los centros de aguas continentales se ven materias relacionadas con recursos hídricos como aguas de riego, presas y aprovechamiento humano. Ambos tipos de planteles se conforman de espacios educativos y ambientes de aprendizaje diversos en donde los alumnos pueden aprovechar las tecnologías de la información y comunicación (TIC), así como el uso creativo de materiales didácticos”, apuntó Rojas Reynosa.
Formación de investigadores
El modelo pedagógico de la Dgecytm articula la docencia con la investigación, siendo la única institución de nivel medio superior que anualmente y desde hace 22 años ofrece un Congreso Nacional sobre Ciencia y Tecnología del Mar, en donde el debate de ideas y proyectos que se presentan año con año han servido para elaborar mejores propuestas de desarrollo para el sector marítimo-pesquero, acuícola y ambiental, señalaron los entrevistados.
En el Congreso Juvenil de Ciencia y Tecnología en la Educación Media Superior, próximo a su cuarta edición, “los estudiantes presentan los resultados de investigaciones que realizan e intercambian experiencias con docentes e investigadores nacionales, e incluso internacionales, de alto nivel, experiencia que les permite transitar al nivel superior con las bases y especialización que demanda la universidad”, argumentó Zamanillo Pérez.
Cada año se presenta una convocatoria en los planteles para propiciar mayor participación de alumnos de educación media superior en el desarrollo de proyectos de investigación que realizan profesores y alumnos. Los proyectos los financia la SEMS.
Este año, tanto el Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología del Mar como el Juvenil de Ciencia y Tecnología en la Educación Media Superior se realizarán del 8 al 11 de noviembre en Tapachula, Chiapas. La fecha límite para que los participantes entreguen sus trabajos es el 30 de junio de 2016.
Adicional a la celebración de ambos congresos, también se tiene un proyecto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para hacer ocho incubadoras de centros de investigación porque “habrá quien nazca con la vocación de investigador y cuenta con características que le son inherentes para ello, pero también hay quien se hace, y con el Conacyt queremos fomentar la investigación en México a través de enseñar a la totalidad de los alumnos a ser investigadores”, expresó el director de la Dgecytm.
Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED)
En 29 de los 46 planteles adscritos a la Dgecytm existe un aula para personas con discapacidad. “La meta es que en cada plantel haya un aula CAED, para cuyo ingreso no se requiere hacer examen de admisión”, afirmó el director.
La modalidad educativa de este sistema no es escolarizada, los estudiantes deciden las asignaturas y el orden que su condición les permita cursar. El plan de estudios comprende 22 módulos. Según el tipo de discapacidad, se les proveen recursos didácticos como hojas para imprimir textos en braille, regletas, punzones, materiales educativos termoformados para alto y bajo relieve, recursos multimedia sobre diversos temas y software especializado.
Cada módulo está a cargo de un asesor académico quien, además de dominar los contenidos de su área de conocimiento, está facultado en lectoescritura braille, lengua de señas mexicana (LSM), sensibilización a la discapacidad, entre otros temas que le permiten apoyar de mejor forma a este grupo de estudiantes.
Cuando los alumnos con discapacidad consideran tener la preparación suficiente en determinada asignatura o módulo, pueden presentar el examen en los centros correspondientes, y al completar todos los módulos se les otorga su certificado de terminación de estudios de bachillerato regular.
Comprometidos con el medio ambiente
La Dgecytm es firmante de La Carta de la Tierra promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en Inglés).
“Si bien la formación ambiental y el cuidado de la naturaleza siempre han estado presentes en nuestros planes de estudio, porque al estar asociados al mar el vínculo es indiscutible, la articulación a nivel internacional a través de La Carta de la Tierra permite mantener un eje en la continuidad de nuestras acciones y transitar a la actualización de fenómenos como el cambio climático por ejemplo. Además de dar cuenta de nuestras actividades de reforestación, restauración de mangles y limpieza de playas”, declaró el oceanólogo Rojas Reynosa.
Existen carreras como la de técnico laboratorista ambiental que está muy relacionada con la evaluación y el impacto de la contaminación. De acuerdo con el oceanólogo, en planteles como el de Puerto Vicente Guerrero, en Guerrero, se vela por el cuidado de los campos tortugueros. Asimismo en Acapulco, Tampico y Mazatlán se trabaja en el cuidado de playas; la industria de aprovechamiento de los recursos en Guaymas y la Bahía de San Carlos, en Sonora, además de la preservación de manglares.
En este mismo tenor de protección al medio ambiente, tienen “una campaña para obsequiar 50 mil árboles por generación en todos los planteles para que los planten”, dijo el ingeniero bioquímico Ramón Zamanillo Pérez.
Contacto:
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