EEUU.- Un estudio realizado por Woods Hole Sea Grant, Cape Cod Cooperative Extension, and the Mashpee Department of Natural Resources provee la primera medición detallada de la remoción de nitrógeno por los bivalvos cosechados frente a las costas de Cape Cod.
“Hicimos este proyecto como un servicio a las municipalidades locales, para ellas tengan datos exactos para utilizar, si toman el enfoque de sembrar y cultivar bivalvos como parte de sus planes de gestión de la calidad del agua” dijo Joshua Reitsma, agente de Woods Hole Sea Grant Extension , y autor principal del informe científico publicado en la revista Marine Pollution Bulletin.
El programa Woods Hole Sea Grant, financiado por NOAA y con sede en Woods Hole Oceanographic Institution, apoya la investigación, educación y proyectos de extensión para fortalecer la administración ambiental, el desarrollo económico a largo plazo y el uso responsable de los recursos costeros y oceánicos de la nación.
Durante el trabajo de campo en el año 2012, el equipo de investigación tomó muestras de ostras silvestres y de cultivo (Crassostrea virginica) y almejas (Mercenaria mercenaria) de varios cuerpos de agua en la región Cape Cod. Luego las muestras fueron analizados para determinar el nitrógeno almacenado en las conchas y los tejidos, lo que representa la cantidad de nitrógeno que ha sido removido del agua cuando han sido cosechados.
En promedio, los científicos encontraron que cada ostra contenía 0.28 gramos de nitrógeno, superior al promedio de las almejas de 0.22 gramos. Las ostras silvestres y aquellas que crecieron en los fondos de los estanques contenían en promedio 0.32 gramos de nitrógeno, más que aquellas que crecieron en jaulas flotantes.
“Las ostras silvestres y las que crecen en el fondo, debido a que tienen que enfrentar a los depredadores, tienen que desarrollar conchas más duras para su protección” explicó Reitsma.
Los valores de nitrógeno también variaron por la estación, los bivalvos cosechados en otoño tomaron más nitrógeno, lo cual no fue una sorpresa para Reitsma debido a que las ostras y almejas tienden a “engordar” en el otoño como preparación para la estación de invierno.
“Teóricamente, puedes maximizar la cantidad de nitrógeno removido mediante la cosecha durante el otoño en vez que en primavera, cuando los bivalvos tienden a ‘adelgazar’” agregó el investigador.
Con la asimilación del exceso de nitrógeno, algunos podrían preguntarse si las ostras y las almejas utilizados para la limpieza son seguras para consumir. En general, la respuesta es si, dijo la co-autor Diane Murphy, especialista pesquera y acuícola en la Woods Hole Sea Grant and Cape Cod Cooperative Extension.
“Los bivalvos que terminan en nuestras mesas y en las pescaderías provienen de fuentes aprobadas y son adecuadas para consumir” destacó Murphy.
La investigación puede ayudar a las municipalidades a alcanzar sus objetivos de reducción del nitrógeno, dijo Reitsma, debido a que son una alternativa más barata que los sistemas de tratamiento de aguas servidas, y pueden obtenerse resultados más rápidos. Una ostra adulta puede filtrar hasta 50 galones por día, mientras que las almejas grandes pueden limpiar cerca de 24 galones de agua en la misma cantidad de tiempo.
Referencia (libre): {mprestriction ids=»*»}
Joshua Reitsma, Diane C. Murphy, Abigail F. Archer, Richard H. York. Nitrogen extraction potential of wild and cultured bivalves harvested from nearshore waters of Cape Cod, USA. Marine Pollution Bulletin, Available online 6 January 2017. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.marpolbul.2016.12.072
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0025326X16310761
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