Suecia.- Muchos salmones de cultivo exhiben comportamientos y química del cerebro idéntica a las personas estresadas y deprimidas, según un nuevo estudio con implicaciones para el bienestar animal.
{mprestriction ids=»*»}La investigación podría ayudar a explicar por qué muchos peces de granja dejan de crecer y flotan en la superficie de los tanques, aparentando esperar la muerte.
“No podría decir que se están suicidando, pero fisiológicamente hablando, ellos están en el límite de lo que pueden tolerar, y debido a que permanecen en este ambiente, ellos acaban muriendo a causa de su condición” explicó Marco Vindas, de la University of Gothenburg a Discovery News.
Vindas y su equipo llegaron a las conclusiones después de estudiar peces sanos y con retraso en el crecimiento en una granja comercial de salmón del Atlántico en Langenuen Straight de Noruega occidental. Todos los peces fueron criados de acuerdo a los estándares de producción, sacrificados y luego analizados con un enfoque en la química del cerebro y los niveles de la hormona cortisol del estrés.
Los científicos encontraron que los peces con retraso en el crecimiento tienen cantidades muy altas de cortisol, además de una mayor activación de lo que se conoce como el sistema serotoninérgico. Este sistema neural principal regula el neurotransmisor serotonina en los cuerpos de los peces, así como de otros animales, incluido los humanos. Esta interviene en la respiración, el sueño, el hambre, la respuesta al estrés, estado de ánimo y más. Problemas con este sistema han sido asociados con varias enfermedades mentales, incluido la depresión.
Los científicos encontraron que los peces parecen tener un umbral en términos de cuanto estrés ellos son capaces de tolerar. Después de cierto punto, algunos experimentan problemas de salud, incluido el retraso en el crecimiento, y entran en un estado letárgico. Esto podría ser una medida de protección contra los depredadores y los peces dominantes.
“Los peces de cultivo viven en un ambiente muy estresante, debido a que las condiciones en las granjas acuícolas son extremadamente diferentes a las naturales” destacó Vindas.
El científico explicó que los peces deben soportar la densidad en las jaulas de mar, el aumento de las interacciones sociales no deseadas con otros peces agresivos, la manipulación por los seres humanos, lucha por obtener alimento, vacunación, y cambios abruptos en la iluminación, profundidad del agua, corrientes y más.
Referencia (abierto):
Marco A. Vindas, Ida B. Johansen, Ole Folkedal, Erik Höglund, Marnix Gorissen, Gert Flik, Tore S. Kristiansen, Øyvind Øverli. 2016. Brain serotonergic activation in growth-stunted farmed salmon: adaption versus pathology. Royal Society Open Science. DOI: 10.1098/rsos.160030
http://rsos.royalsocietypublishing.org/content/3/5/160030
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