Los camarones de agua dulce pueden convertirse en una arma vital contra una enfermedad tropical, además de convertirse en una importante fuente de ingresos y alimentos para los productores de bajos ingresos.
Un nuevo informe científico destaca como el camarón de río africano es un predador “voraz” de los caracoles de agua dulce, que son portadores de esquistosomiasis, una enfermedad que afecta a alrededor de 200 millones de personas cada año.
Las personas se enferman cuando entran en contacto con el agua infectado con gusanos parásitos liberados por los caracoles. La enfermedad es raramente fatal pero conduce a problemas abdominales. En el caso de las mujeres, la enfermedad puede causar infertilidad.
Los investigadores destacan que el cultivo del camarón de río Africano puede convertirse en una herramienta para combatir la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las poblaciones locales.
Los camarones no solo permiten controlar la enfermedad comiendo vastas cantidades de caracoles, ellos también proveen una importante fuente de ingresos para los productores de bajos recursos en África Sub-Sahara, donde se presentan alrededor del 90% de los casos de la enfermedad.
Los camarones también pueden ser una importante fuente de nutrición en los países donde la inseguridad alimentaria y la malnutrición son prevalentes.
El cultivo de arroz se viene convirtiendo en un importante cultivo en África, y los autores del estudio manifiestan que los camarones podrían ser cultivados en los campos de arroz sin dañar los cultivos o el delicado ecosistema.
Referencia:
Christopher M. Hoover, Susanne H. Sokolow, Jonas Kemp, James N. Sanchirico, Andrea J. Lund, Isabel J. Jones, Tyler Higginson, Gilles Riveau, Amit Savaya, Shawn Coyle, Chelsea L. Wood, Fiorenza Micheli, Renato Casagrandi, Lorenzo Mari, Marino Gatto, Andrea Rinaldo, Javier Perez-Saez, Jason R. Rohr, Amir Sagi, Justin V. Remais and Giulio A. De Leo. 2019. Modelled effects of prawn aquaculture on poverty alleviation and schistosomiasis control. NATURE SUSTAINABILITY | VOL 2 | JULY 2019 | 611–620 | https://www.nature.com/articles/s41893-019-0301-7.epdf
