Patologías

Nuevo fármaco contra acantocefalosis de la cachama

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By Milthon Lujan

La evaluación del potencial terapéutico y el efecto de bioacumulación del Albendazol y sus metabolitos en el músculo de cachama (gamitana, tambaqui) fue realizada por científicos de la Unicamp y de Embrapa en peces naturalmente infectados por el gusano Neoechinorhynchus buttnerae.

intestino de cachama con acantocéfalos
Intestino de cachama con infección por acantocéfalos (A). Trompa de acantocéfalo (B). Foto: V. L. Matos y Rafaelle Cordeiro

El nuevo fármaco fue administrado mediante el pienso y tuvo una eficacia terapéutica superior al 50%.

La incorporación del fármaco en el alimento para las cachamas se realizó mediante el recubrimiento con el polímero etilcelulosa, importante para minimizar su lixiviación al medio acuático.

Debido a la falta de tratamientos efectivos, la incidencia de la infección por acantocéfalos en tambaqui ha generado una considerable pérdida de productividad en la región norte de Brasil, que es el mayor productor de cachamas.

Acantocefalosis

La infección por el acantocéfalo Neoechinorhynchus buttnerae promueve una caída importante en el rendimiento productivo de los animales, lo que puede ocasionar pérdida de peso, de tejido adiposo y músculo óseo, la llamada caquexia, en casos más severos, escenario que ha tenido un impacto económico importante en la piscicultura de la gamitana.

Según Rafaelle Cordeiro, estudiante de posdoctorado de la Unicamp, la reducción del rendimiento de las cachamas infectadas ocurre debido a la competencia por los nutrientes en el alimento y la disminución del área funcional responsable de la absorción intestinal.

El parásito Neoechinorhynchus buttnerae penetra las capas del intestino con sus espinas de fijación, lo que genera un proceso inflamatorio y provoca el desgarro de la mucosa intestinal de los peces.

“La evaluación de la eficacia fue realizada los días 7, 14, 28 y 35 después del inicio del tratamiento, tras comprobar la reducción del número de parásitos en los peces a las 24 horas de la administración del pienso. También realizamos la determinación de Albendazol en el pienso y la cuantificación del residuo total en el músculo de los tambaquis”, explicó Cordeiro.

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“Las diferentes dosis probadas fueron bien toleradas por los peces”, destacó la investigadora.

“Encontramos que la eficacia terapéutica fue superior al 50% y no se encontró una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos tratados. Es decir, las dosis estudiadas (10, 20 y 30 mg de Albendazol/kg del peso corporal de pez) generaron la misma reducción parasitaria al final del tratamiento, sin embargo, observamos que, en estado estacionario, el tratamiento con 30 mg/kg de peces generó una cantidad estadísticamente mayor de residuos total de fármaco en el músculo de los tambaquis. Además, la dosis de 10 mg/kg de peces en el tanque es recomendada debido a que genera la misma eficacia terapéutica y menor bioacumulación”.

De acuerdo con el investigador Claudio Jonsson, de Embrapa Meio Ambiente, fueron calculados los factores de biomagnificación (fenómeno que ocurre cuando hay una acumulación progresivamente mayor de una sustancia tóxica de un nivel trófico a otro a lo largo de la cadena alimentaria de residuos totales), resultando en valores extremadamente bajos (menores de 0,01).

Esos valores representan estimaciones de cuántas veces el total del fármaco estuvo concentrado en el tejido de las cachamas, en relación a la concentración del fármaco en el alimento medicado administrado.

Así, explica Jonsson, “se comprobó que no existe riesgo de persistencia o bioacumulación en el filete de pescado, cuando estos animales son alimentados con una dieta conteniendo este fármaco en las dosis evaluadas en este estudio. Entretanto, los filetes solo podrían consumirse después de un período de gracia de al menos 4 días, en peces expuestos a una temperatura de 28 oC, según los estudios del equipo”.

Regulación

“Considerando este límite máximo para el músculo de pescado, los resultados mostraron que el filete de tambaqui tratado con el alimento medicado durante 34 días solo podía consumirse después de un período de retiro de 4 días, ya que, en el estado estacionario (cuando la concentración del fármaco en el músculo permanece constante de un intervalo a otro durante el tratamiento), el residuo total en el filete estaba cerca o por encima del valor máximo permitido”.

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“Es imperativo considerar que nuestro estudió adoptó la estrategia de incorporar el fármaco en el alimento comercial recubriéndolo con etilcelulosa, según las evaluaciones que mostraron que recubrir el alimento con una cantidad tan pequeña como 0,75% p/p de etilcelulosa resultó en lotes homogéneos de pienso medicado y muy baja lixiviación del albendazol del pienso al agua, inferior al 1%”, destacó Cordeiro.

Así, explica la posdoctorado de la Unicamp Patrícia Braga, “nuestras pruebas experimentales fueron realizadas con el objetivo de posibilitar un tratamiento seguro a gran escala para peces, asegurando que recibieran la dosis terapéutica prevista”.

Es importante resaltar que, si bien los tratamientos evaluados no generaron la eliminación total de los parásitos, los datos aportan información relevante para el uso seguro y la regulación de este fármaco en el tratamiento de la acantocefalosis.

Importancia económica

Dadas las dificultades actuales que enfrenta el tratamiento de la acantocefalosis en la cachama, este estudio es un paso importante para futuros trabajos relacionados, por ejemplo, con la evaluación del efecto terapéutico de otras dosis, así como su asociación con productos antihelmínticos naturales.

Además, destaca Braga, “hemos visto el potencial del uso de etilcelulosa para generar un alimento medicado adecuado y una distribución homogénea del fármaco en los gránulos del alimento y baja lixiviación del fármaco en el agua, para ser administrado en el tratamiento de enfermedades de los peces a gran escala”.

Es importante señalar que la acuicultura es el sector de producción de alimentos de más rápido crecimiento en el mundo, representado principalmente por la piscicultura y que en Brasil representa más del 80% de la acuicultura nacional, con énfasis en la crianza de peces redondos, cuya producción tiene como mayor representante al tambaqui, especie que representa un producto de valor económico atractivo y con gran potencial de exportación.

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Brasil tiene un gran potencial para satisfacer la demanda mundial de pescado, no obstante, hay muchos desafíos por resolver en la piscicultura brasileña, en la que las enfermedades parasitarias representan una gran preocupación.

La administración oral de fármacos a partir del alimento medicado es la forma preferida de los piscicultores para el tratamiento de enfermedades, debido a su practicidad y menor costo.

No obstante, es fundamental considerar que la literatura científica ha informado que los problemas relacionados con este método pueden estar contribuyendo a la falta de éxito de los tratamientos terapéuticos en las piscifactorías, debido a la heterogeneidad en la distribución del fármaco en los gránulos de alimentación y la lixiviación del medicamento de la ración hacia el agua, comprometiendo la dosis que los peces deben ingerir.

Por ello, es fundamental desarrollar estrategias seguras de incorporación del fármaco al pienso para minimizar su lixiviación al agua y conseguir que los peces reciban la dosis terapéutica prevista, permitiendo así evaluar la eficacia real del tratamiento.

Los autores del estudio son Rafaelle Cordeiro y Patrícia Campos Braga, Unicamp, Claudio Jonsson, Embrapa Meio Ambiente, Franmir Rodrigues Brandão y Edsandra Campos Chagas, Embrapa Amazônia Ocidental y Felix Guillermo Reyes, de la Unicamp.

Referencia
Cordeiro, R. P., Braga, P. A. D. C., Jonsson, C. M., Brandão, F. R., Chagas, E. C., & Reyes, F. G. R. (2022). Therapeutic efficacy and bioaccumulation of albendazole in the treatment of tambaqui (Colossoma macropomum) parasitized by acanthocephalan (Neoechinorhynchus buttnerae). Aquaculture Research, 53, 1446– 1455. https://doi.org/10.1111/are.15677

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