
La harina y el aceite de pescado son pilares estratégicos en la nutrición acuícola, pero su mercado es un ecosistema complejo, influenciado por factores que van desde fenómenos climáticos en Sudamérica hasta las políticas de gestión pesquera en Europa. Un reciente informe del Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y de la Acuicultura (EUMOFA) ofrece una radiografía detallada de este sector, revelando tendencias clave en la producción, el comercio y el uso de estos ingredientes marinos.
Este artículo desglosa los hallazgos más importantes de dicho estudio, enfocándose en la situación de la Unión Europea (UE) dentro del contexto global y las implicaciones para el futuro de la acuicultura.
Panorama global: un mercado estable impulsado por la acuicultura
- 1 Panorama global: un mercado estable impulsado por la acuicultura
- 2 El rol de la Unión Europea: un productor clave pero no autosuficiente
- 3 El auge de los subproductos: un pilar para la economía circular
- 4 ¿Quién consume la harina y el aceite de pescado?
- 5 Flujos comerciales: la UE cambia de socios
- 6 Perspectivas y futuro: sostenibilidad y nuevas fuentes
- 7 Conclusión
La producción mundial de harina y aceite de pescado se ha mantenido relativamente estable durante la última década, con un promedio de 5,1 millones de toneladas de harina y 1,2 millones de toneladas de aceite anuales. Sin embargo, esta estabilidad oculta dinámicas importantes.
Las fluctuaciones anuales dependen en gran medida de las pesquerías de peces forrajeros, especialmente de la anchoveta peruana, la pesquería de una sola especie más grande del mundo. Fenómenos climáticos como El Niño pueden causar estragos en estas capturas, generando una volatilidad de precios que repercute a nivel mundial. Por ejemplo, el evento de El Niño de 2023-2024 provocó un aumento drástico en los precios, con el aceite de pescado peruano alcanzando un pico de 6.138 EUR/tonelada en noviembre de 2023, en comparación con los 2.780 EUR/tonelada de junio de 2022.
El rol de la Unión Europea: un productor clave pero no autosuficiente
La Unión Europea es un actor relevante en el mapa mundial, aportando entre el 8% y el 12% de la producción global de harina y aceite de pescado. La producción se basa en especies pequeñas, oleaginosas y de vida corta como la bacaladilla (lirio), el capelán, el lanzón y el espadín, así como en un uso creciente de recortes de la industria procesadora.
- Dinamarca a la cabeza: Este país es, con diferencia, el mayor productor de la UE, representando entre el 35% y el 50% del total. Su industria se nutre de importantes cuotas de especies pelágicas clave. En 2023, Dinamarca fue responsable del 83% de los desembarques de la UE para usos no alimentarios.
- España, segundo productor: España se consolida como el segundo productor de la UE, con un 22% del total de harina de pescado en 2023. A diferencia de Dinamarca, su producción se basa principalmente en el aprovechamiento de subproductos y recortes de su potente industria de procesamiento de pescado.
- Dependencia de las importaciones: A pesar de su producción, la UE no es autosuficiente y sigue siendo un importador neto de harina de pescado para satisfacer su demanda interna.
El auge de los subproductos: un pilar para la economía circular
Quizás la tendencia más significativa de los últimos años es el cambio en la materia prima. Históricamente, la producción dependía casi por completo de la pesca de captura de peces enteros. Hoy, la utilización de subproductos (cabezas, pieles, espinas y vísceras) es fundamental para mantener la estabilidad de la oferta global.
Según el informe, en 2023, los subproductos representaron:
- El 39% de la producción mundial de harina de pescado.
- El 54% de la producción mundial de aceite de pescado.
Este cambio no solo reduce los residuos y mejora la valorización de los recursos, sino que es una respuesta a la gestión pesquera más estricta y a las cuotas reducidas sobre peces forrajeros. Es importante destacar que la harina de pescado de subproductos tiene un perfil nutricional diferente, siendo generalmente más baja en proteínas pero más rica en minerales que la obtenida de pescado entero.
¿Quién consume la harina y el aceite de pescado?
La acuicultura es, sin duda, el principal motor de la demanda de ingredientes marinos.
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- Harina de pescado: En 2023, el sector acuícola consumió un asombroso 92% de la harina de pescado mundial. Los principales subsectores fueron los crustáceos (23%), los peces marinos (20%), las especies de agua dulce (18%) y los salmónidos (16%). Geográficamente, Asia es el mayor consumidor, con China a la cabeza (43% del total). El uso en piensos para cerdos, que en 2009 representaba el 25%, se ha desplomado a solo el 3% en 2023.
- Aceite de pescado: La acuicultura también lidera el consumo de aceite de pescado con un 63% del total en 2023, aunque este porcentaje ha disminuido desde el 81% en 2009. Los salmónidos (salmón y trucha) son los mayores consumidores, utilizando el 54% del aceite de pescado destinado a la acuicultura, debido a su necesidad de altos niveles de ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA). El segundo uso más importante, y en rápido crecimiento, es el consumo humano directo (cápsulas y nutracéuticos).
Flujos comerciales: la UE cambia de socios
La balanza comercial de la UE revela una tendencia clara: una menor dependencia de sus socios tradicionales. El cambio más drástico se observa en las importaciones de harina de pescado desde Perú, que era el principal proveedor en 2014 con un 41% de la cuota de importación de la UE. En 2024, esa cifra se había desplomado a solo el 5%.
Hoy, los principales proveedores de harina de pescado para la UE son Marruecos, Noruega y Sudáfrica. En cuanto a las exportaciones, los principales destinos de la harina y el aceite de pescado de la UE son Noruega y el Reino Unido.
Perspectivas y futuro: sostenibilidad y nuevas fuentes
El futuro de la harina y el aceite de pescado estará marcado por varios factores. El estudio proyecta un crecimiento moderado en la producción, impulsado principalmente por una mayor utilización de los subproductos de una industria acuícola en expansión. Si se utilizaran todos los subproductos pesqueros generados a nivel mundial, la producción de harina de pescado podría aumentar entre 1,44 y 2 millones de toneladas.
Sin embargo, persisten desafíos significativos como el cambio climático, que afecta la distribución y abundancia de las poblaciones de peces. Para mitigar la dependencia de las pesquerías tradicionales, la industria explora activamente fuentes alternativas de proteínas y aceites, como las microalgas, los insectos (por ejemplo, la larva de la mosca soldado negra) y el krill.
Conclusión
El informe de EUMOFA confirma que el mercado de la harina y el aceite de pescado, aunque maduro, está en plena transformación. La creciente demanda de una acuicultura en expansión se sostiene gracias a la eficiencia y a un giro decisivo hacia la economía circular, con los subproductos como protagonistas. Para la Unión Europea, esto implica un escenario de producción interna especializada y una reconfiguración de sus socios comerciales. La innovación en ingredientes alternativos y una gestión pesquera sostenible serán cruciales para garantizar que estos valiosos recursos sigan nutriendo al sector acuícola del futuro.
Referencia (acceso abierto):
EUMOFA. (2025, Julio). Fishmeal and fish oil: Production and trade flows in the EU. European Market Observatory for Fisheries and Aquaculture Products. 35 p.

Editor de la revista digital AquaHoy. Biólogo Acuicultor titulado por la Universidad Nacional del Santa (UNS) y Máster en Gestión de la Ciencia y la Innovación por la Universidad Politécnica de Valencia, con diplomados en Innovación Empresarial y Gestión de la Innovación. Posee amplia experiencia en el sector acuícola y pesquero, habiendo liderado la Unidad de Innovación en Pesca del Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA). Ha sido consultor senior en vigilancia tecnológica, formulador y asesor de proyectos de innovación, y docente en la UNS. Es miembro del Colegio de Biólogos del Perú y ha sido reconocido por la World Aquaculture Society (WAS) en 2016 por su aporte a la acuicultura.