Por: Milthon B. Lujan Monja*.
La reciente publicación de FAO “Edible insects: Future prospects for food and feed security” viene promoviendo la idea en el mundo occidental del consumo de insectos, como se viene haciendo hace muchos años en otras partes del mundo; sin embargo, esta propuesta generará un rechazo debido a los hábitos de consumo y cultural del mundo occidental. Pero más allá de la propuesta que puede ser polémica, debemos mirar lo que hay detrás.
Una de las principales preocupaciones de FAO es la seguridad alimentaria, en términos de capacidad de producción de alimentos, como consecuencia de que el ritmo de crecimiento de la población es superior al incremento en la producción de alimentos. Si a este escenario sumamos el hecho de que los terrenos agrícolas ya no van a incrementarse significativamente, y a que la disponibilidad de agua dulce, por efectos del cambio climático, será variable, tenemos un escenario en que la producción de alimentos en el ámbito terrestre parece haber estar alcanzando su máxima capacidad de producción. Claro que adelantos tecnológicos permitirán mejorar la productividad en términos de volumen, pero en áreas de producción ya no.
Para hacer frente a un escenario de carencia de alimentos, FAO recomienda que para el año 2050 se debe duplicar la producción de alimentos. En este contexto, una de las alternativas más viables para incrementar la producción de alimentos de forma sostenida es la acuicultura.
La acuicultura puede complementarse muy bien con otras actividades económicas, incluidas la producción de alimentos, y aprovechar zonas que no son adecuadas para el desarrollo de la agricultura o ganadería, en el ámbito terrestre. Por otro lado, los cultivo marinos aun se encuentran en la etapa inicial de desarrollo y su potencial de crecimiento es mayor.
No obstante, la acuicultura tiene aun desafíos que superar, como por ejemplo el desarrollo tecnológico para cultivos en mar abiertos, la disminución de la dependencia en la harina y aceite de pescado (principalmente para especies carnívoras), identificación de especies resistentes a enfermedades, entre otros aspectos.
Creo que la acuicultura en el corto y mediano plazo debería apostar por especies del nivel más bajo de la cadena trófica (algas, moluscos o peces herbívoros) debido a que son fáciles de cultivar, menores costos de producción, y podrían orientarse a satisfacer la demanda por alimentos de una de una población con bajos ingresos económicos. Quizás aquí puede estar un nicho interesante de negocio, “los más ricos del mundo, no lo son por vender productos exclusivos, lo son por vender productos o servicios masivos”.
*Email: aquahoy@aquahoy.com