Noruega.- Los virus se diseminan a través del océano y los fiordos matando a muchos salmones de cultivo. ¿Dónde deben ubicarse las granjas? Ahora los investigadores conocen más sobre cómo restringir el problema de los virus.
La infección por el virus de la enfermedad pancreática en el salmón de cultivo causa importantes pérdidas económicas debido a la reducción del crecimiento y el aumento de la mortalidad. Cuando el salmón de cultivo se debilita, también es más susceptible a otras enfermedades.
Además de un pobre bienestar de los peces, la enfermedad causa grandes pérdidas cada año a los productores de salmón noruegos. Un simple brote puede costar a un pequeño productor 10 millones de coronas.
Una de las vías más importantes para la diseminación de la enfermedad son las corrientes oceánicas, que transportan el virus de una granja a otra. La planificación de dónde se deben ubicar las granjas, y el conocimiento de las medidas a usar para combatir las enfermedades, puede prevenir la propagación de la enfermedad, según las investigaciones de NTNU.
La enfermedad sigue las corrientes oceánicas
Los científicos en el proyecto “Strategier for å begrense spredning av PD” monitorearon las corrientes en Romsdalsfjorden y Nord-Trøndelag en el año 2014. Los datos del monitoreo fueron transferidos a un modelo digital, en donde los científicos incluyeron partículas de virus virtuales.
La tecnología permitió monitorear cómo la enfermedad se puede propagar de una granja a otra.
“El virus sobrevive en las aguas costeras noruegas. Sin embargo, el tiempo de vida es limitado, por lo que también los hemos eliminado después de un tiempo en el modelo de datos para simular una situación natural, explicó el profesor asociado en NTNU Lars Gansel.
Los investigadores también probaron con un virus real en el laboratorio. Ellos descubrieron la cantidad de virus que se necesita para infectar a un salmón.
Diferentes modelos
Los modelos desarrollados muestran que granjas son más susceptibles a la infección y cuáles son más importantes en la transmisión a otras. Utilizando los modelos, los científicos pueden, por ejemplo, predecir cómo se mueve el virus cuando cambia el flujo y cómo las temperaturas se ven afectadas por la temperatura y las diferentes estaciones.
Ellos compararon cuatro modelos de transporte de agua para comprender la propagación de la enfermedad pancreática.
“Con este métodos, podemos calcular la cantidad de virus que pasan de una granja a otra. Si el resultado es el mismo cada vez, entonces sabremos que los cálculos son correctos. Cuando monitoreamos el océano durante más de un año con este método, logramos capturar los posibles cambios en las corrientes oceánicas y predecir mejor cómo se propagan los virus” dijo Gansel.
Mayor información sobre zonas de producción
Las áreas marítimas se dividen en zonas de producción, donde las autoridades han decidido el cultivo del salmón. Además, existen grandes áreas costeras sin granjas de peces, que actúan como “amortiguadores” para evitar la propagación de la infección.
“En general, necesitamos mayor información sobre dónde deben ubicarse las áreas de producción a los largo de toda la costa de Noruega, cuáles son buenas zona de ‘amortiguamiento’ y como podemos incrementar la utilidad de estas” dijo Gansel.
Granjas coordinan el sacrificio
El proyecto de investigación también analizará las consecuencias económicas de regular el uso de las granjas durante los brotes de las enfermedades.
“Si las corrientes oceánicas van en una dirección que hace que una piscifactoría propague el virus a otros, una posibilidad es sacrificar a los peces. También es aconsejable no utilizar más granjas al mismo tiempo para crear pequeños ‘amortiguadores’ en un área de producción. En este caso, la investigación puede proporcionar información sobre qué son buenas medidas y qué puede ser rentable a largo plazo” manifestó Gansel.
Cuando surja el brote del virus, los productores matarán a todos los peces en las jaulas y se suspende la producción en un área donde se combatirá la enfermedad pancreática.
“En áreas con granjas grandes y pequeñas, podrían estar en desacuerdo sobre cuantos peces se van a sacrificar y en qué instalaciones son necesarias. Los productores prefieren mantener los peces hasta que crezcan para disminuir las pérdidas financieras. Con un mayor conocimiento de cómo las corrientes propagan el virus, es más fácil identificar dónde se deben sacrificar primero los salmones para evitar que se propague a los demás” destacó Gansel.
Contacto:
Lars Gansel
ars.gansel@ntnu.no, 46456281