
Los mejillones marinos son una piedra angular de la acuicultura mundial, ya que proporcionan una fuente vital de proteínas para millones de personas, especialmente en países de ingresos medios y bajos. Sin embargo, el cambio climático está a punto de perturbar esta industria fundamental.
Un estudio reciente publicado en la revista Aquaculture revela que el aumento de las temperaturas del mar y el cambio de las condiciones oceánicas están obligando a los hábitats de los mejillones a desplazarse hacia los polos, lo que amenaza las regiones de acuicultura tradicionales y crea nuevas oportunidades en latitudes más altas. El artículo elaborado por investigadores de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), de la Universidad Bernardo O’Higgins, de la Universidade do Porto y de la Universidad Adolfo Ibáñez profundiza en los hallazgos de este estudio, explorando cómo el cambio climático está cambiando el futuro de la cría de mejillones y lo que significa para la seguridad alimentaria mundial.
La importancia de la acuicultura de mejillones
La acuicultura, en particular el cultivo de mariscos, ha sido aclamada como una alternativa sostenible a los sistemas tradicionales de producción de alimentos en tierra. Tiene una huella ambiental significativamente menor, ya que produce menos del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero en comparación con el 30% de la agricultura y la ganadería. Sin embargo, la sostenibilidad de la acuicultura de mejillones está amenazada a medida que el cambio climático altera las condiciones ambientales necesarias para el crecimiento de los mejillones.
Los mejillones se encuentran entre los mariscos más cultivados en todo el mundo, con seis especies que representan el 99% de la producción mundial. Estas especies incluyen chorito chileno (Mytilus chilensis), mejillón del Mediterráneo (Mytilus galloprovincialis), mejillón común (Mytilus edulis), mejillón coreano (Mytilus unguiculatus), mejillón del Indo Pacífico (Perna viridis) y mejillón de Nueva Zelanda (Perna canaliculus). Los mejillones no solo son una fuente de proteínas de alta calidad y de bajo costo, sino que también desempeñan un papel crucial en los ecosistemas costeros al filtrar el agua y proporcionar hábitats para otras especies marinas.
Cambio climático y cambios de hábitat
El estudio utilizó el modelado de nicho ecológico (ENM) para predecir cómo afectará el cambio climático a la distribución de hábitats adecuados para seis especies clave de mejillones. Los investigadores se centraron en el escenario de la trayectoria de concentración representativa 8,5 (RCP 8,5), que representa un futuro de altas emisiones acorde con las tendencias actuales.
Las especies marinas están cambiando los lugares donde viven en los océanos en respuesta al cambio climático, lo que provoca que se desplacen hacia los polos o bien, hacia aguas más profundas. “El problema de este fenómeno es que causa que las comunidades costeras se reorganicen en formas nuevas. Esto tiene implicancias, ya que podría afectar especies marinas cultivadas de gran importancia económica, ecológica, social y cultural, como es el caso de los choritos. A diferencia de otras especies, los choritos se cultivan directamente en el medio ambiente, en sistemas de cultivos abiertos”, contextualizó Felipe Torres, estudiante del Doctorado en Ciencias con mención en Biodiversidad y Biorecursos de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).
Los resultados indican que, para 2050, los hábitats adecuados para los mejillones se desplazarán hacia los polos, con pérdidas significativas en latitudes más bajas y ganancias en latitudes más altas. Por ejemplo, se prevé que el mejillón mediterráneo (M. galloprovincialis), una importante especie de acuicultura en Europa, pierda hábitats adecuados a lo largo de la costa mediterránea, en particular en el sur de Italia y Grecia. De manera similar, se prevé que el mejillón verde tropical (P. viridis) enfrente pérdidas sustanciales de hábitat en el sudeste asiático, una región que depende en gran medida de esta especie para la acuicultura.
Impactos y oportunidades regionales
El estudio destaca las variaciones regionales en la forma en que el cambio climático afectará los hábitats de los mejillones. En el hemisferio norte, se prevé que el mejillón azul (M. edulis) obtenga hábitats adecuados en latitudes más altas, como el golfo de San Lorenzo y el norte de Europa. Esto representa una oportunidad para la expansión de la acuicultura en estas regiones. Sin embargo, la pérdida de áreas de cultivo tradicionales en latitudes más bajas podría afectar las economías locales y el suministro de alimentos.
En el hemisferio sur, se espera que el mejillón chileno (M. chilensis) experimente hábitats relativamente estables debido a los efectos de enfriamiento de los sistemas de surgencia a lo largo de la costa chilena. Sin embargo, los niveles crecientes de salinidad, impulsados por la reducción de las precipitaciones, aún podrían plantear desafíos para esta especie.
Desafíos para la supervivencia de los mejillones
Los mejillones son muy sensibles a los cambios ambientales, en particular la temperatura y la salinidad. El estudio subraya que el aumento de las temperaturas del mar puede superar la tolerancia fisiológica de los mejillones, lo que lleva a una reducción del crecimiento, la reproducción y la supervivencia. Además, los niveles más bajos de salinidad, a menudo causados por un mayor aporte de agua dulce proveniente del derretimiento del hielo o cambios en los patrones de precipitación, pueden estresar aún más las poblaciones de mejillones.
Los efectos combinados de estos factores estresantes podrían tener impactos en cascada sobre los ecosistemas marinos. Los mejillones son ingenieros de ecosistemas, ya que proporcionan hábitats para otras especies y desempeñan un papel clave en el ciclo de nutrientes. Su declive podría alterar ecosistemas costeros enteros, afectando la biodiversidad y los servicios que estos ecosistemas proporcionan.
Pronostico para Chile
En el caso del chorito chileno, no se esperan grandes impactos climáticos, dado que el ambiente se volvería desfavorable en el límite de su distribución norte, cercano al Biobío y el Golfo de Arauco, pero no en la zona donde se cultiva mayormente. “Sin embargo, en la Región de Los Lagos, bajo este escenario de cambio climático, se mantendrían las condiciones ambientales propicias para esta especie y así, se continúe desarrollando su acuicultura”, explicó.
Los resultados de este estudio sugieren que, bajo el escenario de cambio climático proyectado para 2040-2050, las condiciones ambientales en la zona donde actualmente se desarrolla la mitilicultura en Chile podrían mantenerse relativamente estables. “Sin embargo, estos resultados deben interpretarse con cautela, ya que dependen de modelaciones basadas en variables específicas y no consideran todos los factores que podrían influir en el futuro de la industria”, agregó.
Respecto a la relevancia de la temática, además de su importancia económica, también posee una trascendencia ecológica. “A estos organismos se les llaman ingenieros ecosistémicos, ya que crean ambientes para otras especies, como algas, caracoles, lapas o peces. Además, los choritos pueden ser un alimento alternativo a futuro, de bajo costo, enorme valor nutritivo y con una huella de carbono e hídrica menor que todas las otras fuentes de proteína terrestres”, comentó.
Adaptación a un clima cambiante
El estudio enfatiza la necesidad de estrategias de adaptación proactivas para mitigar los impactos del cambio climático en la acuicultura de mejillones. Esto incluye reubicar las operaciones de acuicultura a latitudes más altas, donde se proyecta que se expandirán los hábitats adecuados, y desarrollar planes de gestión específicos para cada región para mejorar la resiliencia.
Los avances tecnológicos, como la cría selectiva y las prácticas de acuicultura mejoradas, serán esenciales para garantizar la sostenibilidad de la cría de mejillones en un clima cambiante. Los responsables de las políticas y las partes interesadas de la industria también deben priorizar la planificación espacial para minimizar las perturbaciones a las comunidades costeras y los suministros de alimentos.
Conclusión
El cambio climático está transformando el futuro de la acuicultura de mejillones, con implicaciones significativas para la seguridad alimentaria mundial y las economías costeras. El estudio liderado por Torres proporciona información valiosa sobre cómo el aumento de las temperaturas y las condiciones cambiantes del océano están obligando a los hábitats de los mejillones a desplazarse hacia los polos, lo que crea tanto desafíos como oportunidades para la industria.
Los resultados del estudio muestran que las especies de choritos importantes para la acuicultura están respondiendo de manera distinta al cambio climático. Mientras que el cambio climático está desplazando hábitats de choritos hacia los polos en muchas partes del mundo, en Chile las condiciones para la gran mayoría de la industria mitilicultora seguirán siendo adecuadas. “Estar preparados y adaptarnos a estos cambios es clave para garantizar la sostenibilidad de la acuicultura y la seguridad alimentaria”, finalizó Felipe Torres.
A medida que el mundo se enfrenta al doble desafío de alimentar a una población en crecimiento y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las prácticas de acuicultura sostenibles serán más importantes que nunca. Al comprender y adaptarnos a los impactos del cambio climático, podemos garantizar la viabilidad continua del cultivo de mejillones y sus contribuciones a la seguridad alimentaria mundial.
Contacto
Felipe I. Torres
Programa de Doctorado en Ciencias Mención Biodiversidad y Biorecursos, Universidad Católica de la Santísima Concepción
Concepción, Chile.
Email: ftorres@doctorado.ucsc.cl
Referencia (acceso abierto)
Torres, F. I., Lara, C., Sillero, N., & Broitman, B. R. (2025). Climate-induced habitat shifts of farmed mussel species. Aquaculture, 602, 742304. https://doi.org/10.1016/j.aquaculture.2025.742304