Bogotá, Colombia (@Aunapcolombia).- Con los resultados obtenidos el año pasado de la investigación en la especie mero guasa con el fin de criarla en cautiverio, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) y el Centro de Investigación Educación y Recreación (Ceiner), se logró uno de los mayores hitos a nivel mundial en acuicultura marina con la reproducción y producción de alevinos de mero guasa en el Caribe Colombiano.
De esta manera la Aunap continuará con su trabajo de lograr que muchas especies que son de la actividad pesquera pasen a las jaulas. Aunque pareciera sencillo, no lo es tanto, en la medidas que las investigaciones con el mero guasa (Ephinephelus itajara) demandaron no menos de 20 años.
Estas se hicieron en el Oceanario de las Islas del Rosario (Cartagena), mientras que en los laboratorios del Ceiner se reprodujo y se obtuvieron larvas y alevinos por primera vez en la historia de la investigación piscícola mundial, donde participaron científicos del Ceiner y la Aunap (Bahía Málaga y Estación Repelón).
Ahora, esta no es la única investigación pues desde hace más de 30 años se han relacionado trabajos con el potencial de algunas especies nativas para la acuicultura.
Esto se hace necesario, porque la contaminación de los cuerpos de agua, la sobrepesca y la alteración del hábitat de las especies ha ocasionado la desaparición de estas o la pérdida de su calidad como alimento.
Así, la Aunap ha desarrollado investigaciones con especies nativas de interés comercial como el bocachico, capaz, doncella, pataló, blanquillo, bagre, dorada, pirarucú, arawana, especies ornamentales, pargo, tamborero y chame, entre otras, donde se estudia su comportamiento para lograr establecer si pueden incluirse en la actividad acuícola con fines comerciales.
Las estaciones Repelón y Gigante, de la Aunap, son dos de las abanderadas en los temas de reproducción en cautiverio del bocahico, y en convenio con la Corporación Universitaria de la Costa (CUC) y otros aliados estratégicos, con mayores adelantos tecnológicos en el tema, se logró que se transfirieran algunas de las tecnologías de producción de especies nativas, por la Universidad de Córdoba a la estación de Repelón, para optimizar los protocolos de reproducción y aumentar la supervivencia de las larvas y alevinos.
Por ejemplo, el bagre rayado del Magdalena, es una especie que tiene alta demanda y aceptación en el mercado y con la cual se ha trabajado en la criopreservación de material seminal, en busca de desarrollar técnicas para conservar estos recursos genéticos y tenerlos a disposición en los casos de reproducción inducida de la especie.
“La tecnología de extraer y crioconservar el materia seminal de las especies nativas en laboratorios, es aprender a conservarlo como material genético y tenerlo a disposición para cuando se hagan reproducciones de la especie y se tenga dificultad de disponer de semen suficiente y de manera oportuna”, indicó Gustavo Salazar, profesional especializado de la Aunap.
Con la dorada del Magdalena se han tenido avances significativos, pues se trata de una especie potencial y hay disponibilidad de alevinos y ya se está cultivando en jaulas flotantes en la ciénaga de Zapatosa.
Una de las especies nativas de la que se sabe que tiene una mayor proyección para la acuicultura es el Pirarucú, con el cual se han adelantado trabajos desde hace más de 20 años en los departamentos de Caquetá y Amazonas, donde ya existen cultivos de la especie.
Sin embargo, no son masivos, ya que la especie no produce muchos alevinos y tener reproductores maduros sexualmente puede requerir de cuatro o más años; adicionalmente, por su gran tamaño requieren de amplios espacios para mantenerse y reproducirse.
“En la estación de Gigante (Huila) se realizó una investigación del comportamiento del Pirarucú en cautiverio, dando cumplimiento a las medidas de bioseguridad existentes, para que se tuvieran como referencia estos resultados y en caso de que se llegara a autorizar su cultivo en otras cuencas del país (donde ya se han hecho solicitudes), exista algún antecedente al respecto”, precisó Salazar.
Desde las regiones existe gran demanda por la investigación de especies nativas, las cuales se analizan al interior de la Aunap y se decide sobre cuales destinar esfuerzos técnicos y presupuestales para fines de cultivo, conservación o destinación a programas de repoblamiento.