Por Ben Belton, Dave Little y Simon Bush
Durante las últimas tres décadas, la industria de la acuicultura mundial ha pasado de la oscuridad a convertirse en una fuente fundamental de alimentos para millones de personas. En 1990, solo 13% del consumo mundial de pescados y mariscos provenía de cultivo; en el 2014, la acuicultura proporcionaba más de la mitad del pescado consumido directamente por los seres humanos.
El auge ha hecho que las especies en cultivo como camarón, tilapia y pangasius, importado de países como Tailandia, China y Vietnam, sean cada vez más comunes en los supermercados europeos y norteamericanos. Como resultado, muchas investigaciones en acuicultura han enfatizado la producción para la exportación.
Este enfoque ha llevado a los estudiosos a preguntarse si la acuicultura contribuye a la seguridad alimentaria de las personas más pobres en los países productores. Muchos han concluido que no. Mientras tanto, los defensores de la industria con frecuencia enfatizan el potencial de las granjas de pequeña escala, principalmente para el cultivo de peces para el consumo doméstico, para alimentar a los pobres. Se dice que las granjas de este tipo representan entre el 70 y 80% de la producción mundial de la acuicultura.
Nuestra investigación muestra que ambas perspectivas están totalmente desfasadas de los avances actuales. De hecho, la gran mayoría de los peces de cultivo son consumidos en los mismos países en desarrollo donde han sido producidos, y es ampliamente accesibles a los consumidores pobres en estos mercados. La mayor parte de esto proviene de una nueva clase dinámica de granjas comerciales de pequeña y mediana escala, cuya existencia rara vez se reconoce. Para entender el potencial de la acuicultura para alimentar al mundo, los investigadores y los consumidores necesitan apreciar cuán dinámica es esta industria.
El pescado de cultivo es una fuente de alimento fundamental
El pescado es una fuente rica de vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales y proteínas de alta calidad. JUega un rol particularmente importante en las dietas de miles de millones de consumidores de países de bajos y medianos ingresos. Muchas de estas personas son pobres, están desnutridas y no pueden permitirse alimentos alternativos ricos en nutrientes como frutas, huevos y carne.
A lo largo de la historia de la humanidad, la mayor parte de pescado consumido por las personas era capturada en los océanos, ríos y lagos. Pero la cantidad total de pescado cosechado de estas fuentes alcanzó su pico a mediados de los años 90 debido a la sobrepesca y degradación ambiental. La demanda por pescados y mariscos ha continuado incrementándose desde ese momento, debido a que la urbanización y los ingresos promedio han aumentado a nivel mundial. La acuicultura está llenando el vacío.
Énfasis exagerado en las exportaciones
La investigación académica sobre la acuicultura se ha concentrado predominantemente en el comercio internacional de especies como el camarón, el salmón y el pangasius vietnamita. Estas tres especies representan menos del 10% de la producción mundial de cultivo, pero son el foco de atención de la mayoría de las publicaciones de ciencia social sobre la acuicultura. Este sesgo refleja las prioridades y las preocupaciones de los países desarrollados que financian la investigación, así como de las organizaciones de la sociedad que trabajan para promover la producción acuícola sostenible a través del comercio internacional.
Debido a que suponen que este pequeño grupo de especies comercializadas internacionalmente es representativo de la acuicultura mundial, muchos estudiosos creen que el pescado cultivado en las naciones en desarrollo se exporta principalmente a los países ricos. La literatura también sugiere que los piscicultores encuentran más rentable el cultivo de especies con un alto valor en el mercado, generando pocos beneficios para los consumidores más pobres.
Verificando los números
En un reciente análisis de la producción y comercio de pescado, nosotros usamos los datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para mostrar que la importancia del comercio mundial en los pescados y mariscos de cultivo han sido muy exagerados. Nosotros analizamos la producción y exportación de pescado de cultivo del año 2011 para los 10 más importantes países en desarrollo productores acuícolas, que en conjunto representan el 87% de la producción mundial de la acuicultura y la mitad de la población humana mundial.
Nuestro análisis muestra que el comercio de exportación de estos países es relativamente insignificante. De hecho, encontramos que el 89% del pescado cultivado en estos países permanece en sus mercados domésticos.
La acuicultura es pro-pobre
Pero, ¿El pescado llega a los pobres? Para responder a esta pregunta, reunimos varias fuentes de información sobre los precios del pescado y el consumo de pescado en estos 10 países. Surgió un modelo consistente: donde la cantidad de pescado de cultivo creció sustancialmente, el precio real del pescado, ajustado por la inflación, ha caído significativamente, y la cantidad de pescado consumido por los consumidores pobres a aumentado.
Por ejemplo, en Bangladesh, uno de los países más pobres en Asia, el mercado del pescado de cultivo creció 25 veces en tres décadas hasta superar las dos millones de toneladas en el 2015. Este crecimiento causó que el precio real del pescado de cultivo cayera un 9% desde el 2000 al 2010, al mismo tiempo que el pescado silvestre se ha vuelto más escaso y más caro. El consumo de pescado por parte de los hogares más pobres, quienes son particularmente sensibles a los cambios en los precios de los alimentos, aumentó rápidamente durante este período, para compensar una disminución en la cantidad de pescado silvestre consumido.
Estas tendencias implican que la expansión de la piscicultura es buena para los pobres. Los hogares de bajos ingresos en los países donde estudiamos comerían hoy menos pescado de cualquier clase, silvestre o de cultivo, sino fuera por el crecimiento de la acuicultura.
Una revolución silenciosa
Entonces, ¿Quién está produciendo este pescado, y cómo? La “Revolución Silenciosa” en el abastecimiento de pescado de cultivo no ha sido impulsado por los agronegocios corporativos ni por pequeñas granjas. Por el contrario, la mayor parte del crecimiento de la acuicultura durante las últimas tres décadas provino de un segmento dinámico y cada vez más sofisticado de granjas comerciales de tamaño pequeño y mediano, y la gran cantidad de empresas que las respaldan mediante el abastecimiento de insumos tales como piensos, logística y otros servicios.
En lugar de concentrarse en la producción de especies caras para los mercados de exportación o los clientes domésticos ricos, estos héroes anónimos se han centrado en el cultivo de peces asequibles como la carpa. Donde estas especies son producidas en grandes cantidades, se han vuelto asequibles para un gran número de consumidores de bajos y medianos ingresos cerca de casa.
Esta transformación aún no se ha consolidado en muchos países en desarrollo, particularmente en África, donde el acceso a pescado de bajo costo podría mejorar en gran medida la seguridad alimentaria. Al aprender del ejemplo de las naciones donde el suministro de pescado de cultivo ha crecido, los gobiernos y las organizaciones de ayuda pueden realizar inversiones mejor enfocadas en infraestructura, instituciones, políticas y tecnologías para expandir el impacto de la revolución silenciosa de la acuicultura.
Contacto:
Ben Belton
Assistant Professor of International Development, Michigan State University
https://theconversation.com/profiles/ben-belton-437338
Dave Little
Professor of Aquatic Resources Development, University of Stirling
https://theconversation.com/profiles/dave-little-443003
Simon Bush
Professor and Chair of Environmental Policy, Wageningen University
https://theconversation.com/profiles/simon-bush-443002
Fuente: The Conversation https://theconversation.com
Traducción: AquaHoy