Por Amapola Nava
Guadalajara, México (Agencia Informativa Conacyt).- Se calcula que en la Tierra existen entre 15 y 100 millones de especies, de las cuales solo dos millones han sido descubiertas. A pesar de lo que podría pensarse, hoy en día se siguen descubriendo especies nunca antes vistas. Pero en contraste con esta gran biodiversidad, el planeta atraviesa por un serio problema de extinción.
De aquí la importancia del libro Los peces dulceacuícolas en México en peligro de extinción, presentado en la trigésima edición de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL). El coordinador de la obra, Gerardo Ceballos, considera que en ella se trata el que podría ser el único problema ambiental irreversible: la desaparición de las especies.
Lourdes Martínez, coordinadora del libro, recuerda que en México ya se han perdido 26 especies de peces, de las cuales 14 eran endémicas del país, es decir, no se encontraban en ninguna otra parte del mundo.
Para dar a conocer esta problemática y encontrar estrategias de acción desde la ciudadanía y la política pública, Los peces dulceacuícolas en México en peligro de extinción reúne las reseñas tanto de especies extintas como de especies en peligro de extinción, todas con su fotografía o ilustración. Además presenta las iniciativas de conservación existentes y sugiere nuevas formas de manejar y preservar el recurso.
Este libro, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), es la culminación de más de diez años de trabajo, que involucró la colaboración de decenas de especialistas en México y el extranjero.
Extinción de especies
Para Gerardo Ceballos, el ambiental es el problema más grande que ha enfrentado la humanidad en los últimos tiempos. En cuanto a la extinción, todas las regiones del planeta enfrentan una pérdida de especies.
El investigador hace énfasis en que este es un problema que afecta al ser humano, pero al mismo tiempo es una catástrofe ocasionada por nuestra especie, y comenta que uno de sus estudios, publicado en la revista Science, concluye que las especies que actualmente se encuentran en peligro de extinción hubieran tardado 10 mil años más en desaparecer sin la presencia del ser humano.
Lourdes Martínez explica que los cuerpos de agua dulce no son ajenos a esta problemática y que México enfrenta serios problemas de contaminación, degradación de ríos, desvío de cauces, invasión de especies exóticas y sobreexplotación del recurso líquido, que ha puesto a las especies en una situación de vulnerabilidad o incluso las ha llevado a la extinción, como es el caso del cachorrito enano de Potosí, que en el 2014 se convirtió en la última especie extinta en el país.
“En México tenemos una diversidad maravillosa de peces dulceacuícolas, es importante recuperar nuestros cuerpos de agua dulce, no solo para proteger el agua sino para conservar toda la diversidad que allí habita”, considera Lourdes Martínez.
Estrategias de conservación
Para Gerardo Ceballos, su tarea con este libro no termina en la publicación, su verdadero objetivo es que llegue a modificar la política pública del país y a la población en general.
“Vamos a usar este libro para hacer dos cosas: la primera, hacer una estrategia nacional para la conservación de peces en México y, por otro lado, hacer ciencia ciudadana, pues muchas de estas especies pueden salvarse con una inversión de 20, 30 o 40 mil pesos, y queremos involucrar a las personas de la comunidad en la conservación de sus especies”, detalla el investigador.
Los científicos recalcan que muchas de las especies de peces dulceacuícolas sufren peligro por ser endémicas y encontrarse viviendo incluso en un único manantial. Pero lo que puede ser un problema, al mismo tiempo facilita su conservación.
Dieron el ejemplo de una reserva en el Estado de México que solo requirió una inversión de 50 mil pesos y está asegurando la conservación de especies a largo plazo. Además, consideran que involucrar a las comunidades en la conservación de las especies que habitan su región ha sido una de las mejores estrategias para una verdadera conservación.
“Por ejemplo, en Chapala, Jalisco, existe una especie de lamprea, endémica del lago, que estuvo considerada extinta por varios años, pero que después encontramos en unos canales de riego. Lo que hicimos fue convencer a los dueños de estos canales que no los sequen, que los trabajen y así asegurar que el pez viva. Muchas de las historias en este libro son así”, explica Gerardo Ceballos.
Considera que también, desde las ciudades, pueden tomarse acciones para el cuidado de las especies, y que utilizar las redes sociales como Facebook o Twitter pueden ayudar a dar a conocer las especies y las acciones de protección al ambiente, además de posibilitar la recaudación de fondos para la conservación.
Para los autores del libro, el momento de actuar es ahora y son optimistas al comentar que México, a pesar de sus problemas económicos y sociales, sigue avanzando en materia de conservación. Y recuerdan la recuperación del lobo mexicano —del cual se liberarán 10 ejemplares el día de hoy—, la tortuga lora o golfina y los flamencos.