Por: Miguel Sepúlveda
Seaweed Consultant
e-mail: seaweedconsulting@gmail.com
RESUMEN
- 1 RESUMEN
- 2 SUMMARY
- 3 INTRODUCCIÓN
- 4 FACTIBILIDAD LEGAL PARA EVALUAR PROYECTOS DE CULTIVOS CON KAPPAPHYCUS
- 5 HISTORICO Y ASPECTOS LEGALES DE LOS CULTIVOS DE Kappaphycus EN AMÉRICA LATINA:
- 6 PREMISAS BÁSICAS PARA EL ESCALAMIENTO DE LOS CULTIVOS DE ALGAS KAPPAPHYCUS EN AMÉRICA LATINA:
- 7 CONCLUSIONES
- 8 REFERENCIAS BIBIOGRÁFICAS
- 9 Entradas relacionadas:
En las últimas décadas ha aumentado el número de introducciones de Kappaphycus en América Latina con fines de cultivo comercial debido en gran medida al aumento de las comunidades costeras que buscan medios de subsistencia combinado con una fuerte expansión de las industrias de carragenina con demanda mundial de 5%/año. Sin embargo, los gobiernos locales están preocupados por el impacto que los cultivos de Kappaphycus puedan tener en el ecosistema y están sugiriendo procedimientos de monitoreo ambiental. Aún así, el cultivo comercial de esta especie solo debería ocurrir si se llevan a cabo investigaciones que indican que la ubicación es apropiada, un programa de desarrollo del cultivo bien diseñado y financiado, con un plan de manejo, mercado garantizado y que los cultivos no serán abandonados posteriormente. Actualmente en varios países de América Latina están siendo desarrollados proyectos con inversión privada para la producción de Kappaphycus en conjunto con las comunidades costeras de forma sostenible, reemplazando actividades extractivas. En relación con la factibilidad legal del cultivo de Kappaphycus en América Latina, es importante que los países establezcan marcos normativos que logren un equilibrio dinámico entre la producción comercial de esta especie y el desarrollo socioeconómico, incluyendo la protección del medio ambiente marino.
SUMMARY
In recent decades, there has been an increase in the number of Kappaphycus introductions in Latin America for commercial cultivation purposes, largely due to the increase in coastal communities seeking livelihoods, combined with a strong expansion of carrageenan industries with a global demand of 5%/year. However, local governments are concerned about the impact that Kappaphycus cultivation may have on the ecosystem and are suggesting environmental monitoring procedures. Even so, commercial cultivation of this species should only occur if research is carried out that indicates that the location is appropriate, a well-designed and funded crop development program with a management plan, a guaranteed market and that the crops will not be abandoned afterwards. Currently, in several Latin American countries, projects are being developed with private investment to produce Kappaphycus in conjunction with coastal communities in a sustainable manner, replacing extractive activities. Regarding the legal feasibility of Kappaphycus cultivation in Latin America, countries must establish regulatory frameworks that achieve a dynamic balance between the commercial production of this species and socioeconomic development, including the protection of the marine environment.
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de la industria productora de ficocoloides para consumo humano y otros usos, han incrementado la explotación de las algas que se encuentran en estado natural, y también su cultivo a gran escala (Berger, 2020; FAO, 2020). Entre las especies cultivadas con mayor éxito en el mundo están los géneros Eucheuma y Kappaphycus (Gigartinales, Rhodophyta), que son de distribución tropical, con doce especies conocidas a nivel mundial, se destacan por la facilidad de su cultivo y son fuentes de materia prima para usos alimenticios, farmacéuticos, cosmetológicos y agrícolas (Neish et al. 2017). Sin embargo, Kappaphycus no es un alga endémica o nativa de ningún país en América Latina, pero ha sido introducida en países como Brasil, Venezuela, Ecuador, Colombia, Panamá, México, Belice y Cuba que cuentan con características ambientales adecuadas para su cultivo que permiten obtener en poco tiempo abundantes cosechas a partir de siembras iniciales de baja biomasa.
FACTIBILIDAD LEGAL PARA EVALUAR PROYECTOS DE CULTIVOS CON KAPPAPHYCUS
Para el desarrollo de los proyectos de cultivo con Kappaphycus deben ser analizados los reglamentos, normativas o marcos legales vigentes del país interesado, consultando las entidades de regulación ambiental, para así determinar cuáles son las normas vigentes y restricciones, antes de emprender. En general, se solicita un estudio de impacto ambiental contemplando una descripción de las características físicas y socioeconómicas de la zona o sector en donde se va a desarrollar el cultivo, una descripción detallada del proyecto, posibles impactos ambientales y sus acciones de mitigación. Un plan de manejo ambiental también debe ser presentado estableciendo acciones de seguimiento, monitoreo y de contingencia. Después de cumplir estos requisitos, la entidad ambiental otorga al beneficiario la licencia ambiental de instalación y operación para la ejecución del proyecto sujeta al cumplimiento de algunos requisitos que la misma establezca.
HISTORICO Y ASPECTOS LEGALES DE LOS CULTIVOS DE Kappaphycus EN AMÉRICA LATINA:
BRASIL
En Brasil, en el año 1995, un clon con 0,5 gramos de Kappaphycus alvarezii fue traído desde Japón para cultivo in vitro en laboratorio y luego llevado al mar, Playa do Itaguá (Ubatuba – SP), por Edison de Paula (Paula y Pereira 1998) para cultivo experimental. Posteriormente, en 1998, la empresa “Seaweed Consulting” introdujo en Río de Janeiro (Isla Grande) otro clon (20 kilos) de K.alvarezii traído de Venezuela (“Islas Coche”) por el Biólogo marino Miguel Sepúlveda suministrado por el Dr. Raúl Rincones de la empresa “BIOTECMAR. C.A” con Certificado Fitosanitario del gobierno venezolano para estudios de ecología, cultivo experimental y piloto (Sepúlveda, 2022). A su llegada a Brasil, las algas fueron puestas en cuarentena en el Laboratorio de Camarones Marinos de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y cultivadas in vitro por el profesor Dr. Roberto Derner, del laboratorio de algas de esa institución. En 2001, luego de una fase de cultivo experimental de tres años, la empresa “Seaweed Consulting” logró implementar el primer cultivo comercial de Kappaphycus en la región de la Bahía de Isla Grande – Río de Janeiro con la aprobación del IBAMA – Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Sepúlveda, 2022).
A través del Instituto de Investigaciones del Jardín Botánico de Río de Janeiro, y la Universidad del Estado de Río de Janeiro, se desarrolló un proyecto de monitoreo ambiental de Kappaphycus y en 2008 la especie fue considerada inofensiva para el medio ambiente, lo que posibilitó su cultivo comercial bajo la Ley de “INSTRUCCIÓN NORMATIVA de 2008 (IBAMA, 2008) que permitió su cultivo entre la región del litoral de la Baía de Sepetiba (Rio de Janeiro) hasta la Isla Bela – São Paulo (Castelar et al., 2009), y más recientemente la Ley “INSTRUCCIÓN NORMATIVA de 2020 – IBAMA” que permite también el estado de Santa Catarina a cultivar tras años de investigación.
Los marcos legales más importantes según la INSTRUCCIÓN NORMATIVA de 2020 – IBAMA, establecidos para personas natural o jurídica con fines de producción comercial son:
- Realizar monitoreo en el borde costero – playas y costas – circundantes al proyecto;
- Presentar un informe de monitoreo ambiental anual a la institución que otorga las licencias ambientales;
- El cultivo de Kappaphycus alvarezii sólo está permitido en ambientes con sustratos no consolidados y donde no haya presencia de bancos naturales de otros organismos fotosintéticos;En bahías abiertas la tasa máxima de ocupación de superficie permitida es del 10% del área total y cerradas (incluyendo estuarios) del 5%;Instalación de los cultivos a 50 metros de costas rocosas y 200 metros de la línea media de bajamar en las playas;
- La liberación del cultivo de Kappaphycus fuera del área establecida en el Art. 1 sólo se permitirá después de estudios y análisis de riesgo sobre su potencial de invasión en la región, para comprobar su viabilidad ambiental.

La producción de Kappaphycus entre 2021/2023 en el estado de Rio de Janeiro fue de aproximadamente 800 toneladas (t) frescas y para el estado de Santa Catarina de 402 t frescas (Sepúlveda 2024, comunicación personal).
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VENEZUELA
Con respecto a las experiencias de cultivo de macroalgas en Venezuela, en el año 1996 fueron introducidos desde Filipinas implantes de Kappaphycus alvarezii y Eucheuma denticulatum en la costa norte de la península de Araya e isla de Coche (Rincones y Rubio 1999). El proyecto contó con total apoyo gubernamental, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y la Fundación Desarrollo, Innovación y Capacitación Rural. Ambas especies se adaptaron a las condiciones locales y fueron cultivadas comercialmente luego de una fase experimental de dos años, exportando cerca de 150 TM de algas secas a plantas procesadoras en Dinamarca, Francia y Chile entre los años 1999-2001 (Rincones y Rubio 1999, Rincones 2000, Smith y Rincones 2006).
Los marcos legales más importantes según el Ministerio del Poder Popular de Pesca y Acuicultura establecidos para persona natural o jurídica con fines de producción comercial son (GACETA OFICIAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, 2023):
- Queda prohibida la realización de actividades de cultivo de algas en espacios sensibles ambientalmente (caladeros de pesca, comunidades coralinas, de fanerógamas marinas, manglares, playas arenosas con fines recreativos, zonas turísticas, rutas de navegación, embalses);
- El cultivo de algas se realizará en zonas abiertas (marinas, estuarinas y continentales);
- Zonas abiertas: Unidades de producción: Pequeña escala (menores o iguales a 1 ha); Mediana escala: (mayor a 1 ha y menor a 30 ha); Gran escala: (de 30 ha y hasta 60 ha);
- Zonas confinadas: Pequeña escala (menores o iguales a 1 ha); Mediana escala: (mayor a 1 ha y menor a 30 ha); Gran escala: (de 30 ha y hasta 50 ha);
- El Ministerio del Poder Popular promoverá para los cultivos de pequeña y mediana escala asistencia técnica y su financiamiento;
- Para la autorización para cultivo con fines comerciales, deben presentar proyecto ante el ministerio en cual será evaluado para otorgamiento del visto bueno técnico;
- Acreditación Técnica del estudio del impacto ambiental y sociocultural;
La producción de la macroalga Kappaphycus comercializada entre 2022/2023 en Venezuela fue de aproximadamente 1.237 t frescas (Ministerio del Poder Popular de Pesca y Acuicultura, 2023).
ECUADOR
En Ecuador, Kappaphycus fue introducida en 2011 por la empresa brasileña “Seaweed Consulting”, en asociación con la empresa “ECUAALGAS S.A”, las algas se cultivaron en camaroneras con resultados positivos indicando su potencial para la producción en escala comercial. En 2014 una concesión de cultivo de 10 hectáreas (ha) en el mar fue otorgada para la COOPERATIVA DE PRODUCCIÓN PESQUERA ARTESANAL DE SANTA ROSA por el Viceministerio de Acuacultura y Pesca del MAGAP (Acuerdo Ministerial 449-2014) a través de un estudio de impacto ambiental en conjunto con el INSTITUTO NACIONAL DE PESCA (Neish,2017; Sepúlveda, 2014).
El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca – MAGAP, emitió el “Instructivo para el Ordenamiento, Control de Concesiones y Fomento de las Actividades de Maricultura en el Ecuador” (MAGAP, 2015, 2016,2017), el cual describe los requisitos a cumplir para solicitar autorización y concesión marina, normativa legal vigente. El ejercicio de toda actividad acuícola mediante autorización de concesiones marinas se encuentra regulado por la Ley Orgánica para el Desarrollo de la Acuicultura y la Pesca (LODAP, 2020). La producción de la macroalga Kappaphycus por la COOPERATIVA DE PRODUCCIÓN PESQUERA ARTESANAL DE SANTA ROSA entre 2021/2023 fue de aproximadamente 106 t frescas y hasta el momento son la única entidad que tiene autorización del gobierno para cultivar y comercializar (Cooperativa Santa Rosa 2024, comunicación personal).

COLOMBIA
Implantes vegetativos de Kappaphycus fueron introducidos en Colombia desde Cuba a finales de la década de los 90 para evaluar su potencial como fuente de carragenina. Se realizaron ensayos en jaulas flotantes en el Centro de Investigación, Educación y Recreación-CEINER (Islas del Rosario, Cartagena) y en el Acuario Mundo Marino de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Santa Marta (Magdalena). Algunos años después, en el Cabo de la Vela, La Guajira, (Rincones y Gallo, 2004) cultivaron Kappaphycus, proyecto con excelentes perspectivas, pero que no tuvo continuidad debido a problemas con los requerimientos legales para la producción de esta especie en aguas colombianas.
CUBA
Si bien la introducción y cultivo de Kappaphycus ha sido exitoso en el año 2000, hasta la fecha no ha habido producción a punto de poder exportar e interés por parte de empresas locales o extranjeras en invertir en la actividad y las agencias gubernamentales tampoco se han mostrado interesadas en promover la actividad (Serpa-Madrigal, 1997). El marco legal de la política ambiental cubana que regula el aprovechamiento y manejo sostenible de los recursos pesqueros contenidos en el medio marino es el Ministerio de la Industria Pesquera, en coordinación con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y demás órganos y organismos competentes (GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA DE CUBA, 1997).
PANAMÁ
Entre 1998 y 1999, juveniles de Kappaphycus, originalmente procedentes de Venezuela, fueron introducidos en Panamá con fines experimentales en la Provincia de Colón. A partir de 2002, la empresa “Gracilarias de Panamá” realizó estudios para verificar el potencial de cultivo en las zonas costeras. Los resultados demostraron que el cultivo de Kappaphycus produjo suficiente materia prima para exportación y expectativas para los habitantes locales de bajos recursos. Se demostró también que esta especie no tenía impacto en el ambiente y un promedio de crecimiento diario cercano al 4%, incrementándose hasta el 9% durante la estación seca. El ejercicio de toda actividad acuícola mediante autorización de concesiones marinas se encuentra regulado por la Autoridad de los Recursos de Panamá (ARAP). La solicitud para la instalación
Cultivo de Kappaphycus, también debe ser presentado ante el Ministerio de Ambiente de la República de Panamá, junto con un estudio de Impacto Ambiental Categoría II, que atiende a los lineamientos establecidos en el Decreto Ejecutivo No. 1 de 1 de marzo de 2023. La empresa “Algas Panameñas S.A”. creada en 2023, apuesta al desarrollo del proyecto “Granjas de Algas Marinas en la Laguna de Chiriquí”, que busca incursionar en la producción de Kappaphycus para su comercio al exterior. Este proyecto se desarrollará en la primera fase con un Plan Piloto en un área de diez (10) hectáreas, donde se instalarán las primeras estructuras de cultivo. El avance a las siguientes fases se producirá, según sea el éxito de esta primera fase, esperando completar 1.000 estructuras flotantes de cultivo de 225 m2. No existen datos estadísticos sobre la producción de Kappaphycus en los últimos años proporcionados por el gobierno panameño.
MEXICO
Kappaphycus fue introducido en México en 1999 con cepas proporcionadas por Edison José de Paula (Muñoz et al., 2004). Las algas se mantuvieron en cuarentena durante 3 años en el laboratorio de investigación del Cinvestav-Unidad Mérida – México. Se utilizó el protocolo de cuarentena considerando el Código Oficial Mexicano NOM-011-PESC-1993 propuesto para la introducción de eucheumatoides comerciales por Ask et al. (2003). No existen datos estadísticos sobre la producción de Kappaphycus en los últimos años proporcionados por el gobierno mexicano. En la actualidad, la acuacultura se rige por la LGPAS, publicada en 2007, cuyos objetivos son promover, mejorar, ordenar y regular la actividad pesquera y acuícola a través de la SADER y la CONAPESCA. La solicitud de una concesión es otorgada por la SADER que lleva a cabo las actividades acuícolas comerciales, donde se deben cumplir los requisitos formales previstos en la LGPAS. El título de la concesión tiene una duración mínima de cinco años y máxima de 50 años, prorrogables por un plazo igual sujeta a la presentación de un dictamen cada cinco años ante el INAPESCA. Una de las causales de revocación del título de concesión es la afectación al ecosistema o que se ponga en riesgo inminente, con base en un dictamen emitido por la autoridad. Las actividades de cultivo y la introducción y la repoblación de especies en cuerpos de agua de jurisdicción federal requieren la obtención de un permiso con una duración de hasta cinco años y la afectación al ecosistema es causa de revocación (Vázquez-Vera y Chávez-Carreño, 2022).
PREMISAS BÁSICAS PARA EL ESCALAMIENTO DE LOS CULTIVOS DE ALGAS KAPPAPHYCUS EN AMÉRICA LATINA:
Para que el escalamiento de los cultivos de algas Kappaphycus en América Latina tenga éxito son necesarias las siguientes premisas:
- Soporte y apoyo gubernamental, incluyendo el otorgamiento de permisos y licencias necesarias para el desarrollo de la actividad;
- Disponibilidad de los recursos económicos necesarios para la operación del programa hasta alcanzar volúmenes comerciales;
- Diseño, gerencia y ejecución competente y responsable del proyecto para las labores de campo;
- La selección apropiada de áreas de cultivo para el establecimiento de las granjas marinas;
- Identificación de las principales limitantes que tienen los productores para ingresar al proyecto (capital de inversión para los cultivos, capacitación y asistencia técnica y organización empresarial);
- Disponibilidad de suficientes semillas (implantes de algas) que se adapten a las condiciones ecológicas y ambientales locales, así como a los sistemas de cultivo a emplear;
- Asistencia técnica y socio-empresarial permanente, desde la instalación de los cultivos marinos hasta su fase comercial, incluyendo el acompañamiento posterior que garantice la producción sostenida de materia prima y genere ingresos suficientes para satisfacer las demandas y necesidades socioeconómicas de los productores;
- Garantizar la comercialización a los productores con precios justos y competitivos a través de contratos de compra y venta a largo plazo con mercado seguro y confiable.
CONCLUSIONES
A pesar del éxito de los cultivos de Kappaphycus en algunos países de América Latina, los gobiernos han invertido muy poco en investigación que pueda comprobar su capacidad de dispersión en el ambiente de forma negativa o positiva para ampliar la producción de esta especie. Todavía tenemos 13 países como: Costa Rica, El Salvador, Jamaica, Haití, República Dominicana, Guatemala, Granada entre otros, con potencial para probar Kappaphycus a nivel experimental y piloto, con un “Protocolo de Monitoreo Ambiental”, permitiendo así orientar la expansión de los cultivos en estos países a través de formación de investigadores para trabajar en esta actividad en acciones de manejo, extensión y conservación. El monitoreo ambiental del alga Kappaphycus es una nueva línea de trabajo que está surgiendo en América Latina, debido a la creciente implementación de los cultivos que están siendo desarrollados mediante un programa de gestión ambiental estableciendo subsidios para la planificación y expansión de la actividad. Actualmente en varios países de América Latina están siendo desarrollados proyectos con inversión privada para a producción de Kappaphycus en conjunto con las comunidades costeras de forma sostenible, reemplazando actividades extractivas. Es incuestionable que esta actividad genera empleo e ingresos para estas comunidades, sin embargo, para que el cultivo sea comercialmente viable en cualquier zona, es necesario contar con un poder comprador permanente para los recursos producidos. De igual forma, es fundamental una disponibilidad de biomasa de cultivo suficiente y su perduración en el tiempo para mantener en continuo funcionamiento de las plantas procesadoras de Kappaphycus.
REFERENCIAS BIBIOGRÁFICAS
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Editor de la revista digital AquaHoy. Biólogo Acuicultor titulado por la Universidad Nacional del Santa (UNS) y Máster en Gestión de la Ciencia y la Innovación por la Universidad Politécnica de Valencia, con diplomados en Innovación Empresarial y Gestión de la Innovación. Posee amplia experiencia en el sector acuícola y pesquero, habiendo liderado la Unidad de Innovación en Pesca del Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA). Ha sido consultor senior en vigilancia tecnológica, formulador y asesor de proyectos de innovación, y docente en la UNS. Es miembro del Colegio de Biólogos del Perú y ha sido reconocido por la World Aquaculture Society (WAS) en 2016 por su aporte a la acuicultura.