La Paz, México (Agencia Informativa Conacyt).- Un estudio realizado en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) sobre la reproducción del calamar gigante (Dosidicus gigas) indica que el cefalópodo tiene más de un estadio reproductivo en su vida porque, hasta ahora, se consideraba solo un evento y la posterior muerte del espécimen.
El responsable de la investigación, el biólogo marino Alejandro Tomás Hernández Muñoz, comentó que existen artículos que sugerían la posibilidad de múltiples eventos reproductivos de la especie, pero ningún investigador había enfocado sus esfuerzos en comprobar científicamente esta conjetura.
“Estos cefalópodos se consideraban semélparos, lo que significa que solo tenían un evento reproductivo durante toda su vida; sin embargo, hay ciertas pruebas que a lo largo de la investigación descartan esa hipótesis. Hay unas células que se llaman folículos postovulatorios, esas células son indicadores de desoves previos que se encontraron y registraron en diferentes estadios en el calamar capturado aún con vida”, explicó Hernández Muñoz.
Datos de la investigación indicaron que las muestras de calamar gigante registraron un desarrollo ovárico asincrónico, una presencia simultánea de ovocitos en distintas etapas de desarrollo de los especímenes, los cuales les permiten reproducirse en múltiples ocasiones.
La población de calamar gigante se distribuye sobre el Océano Pacífico y registra características de variabilidad interanual; cuando las condiciones climáticas y ambientales cambian, la población se traslada a otras zonas del océano en busca de alimento. De igual forma, es altamente explotable, por tal motivo este descubrimiento es de suma importancia para integrar mejores prácticas en la pesca comercial de la especie.
Durante los trabajos de investigación se recolectaron cien especímenes de calamar gigante: 66 hembras y 44 machos, capturados en el recorrido de un crucero de investigación por la costa del Pacífico Occidental de la Península de California y otro más que surcó el Golfo de California, ambos en 2012.
Todos los organismos fueron procesados en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) con la ayuda de la doctora Carmen Rodríguez, responsable del Laboratorio de Histología de dicha institución. Las muestras proporcionaron las bases para disertar las características biológicas de los especímenes, recopilar sus tejidos y analizar características morfológicas e histológicas para confirmar si, anterior a su captura, habían desovado.