Palmira, Colombia.- A estas conclusiones llegó la investigadora Nelly Yaneth Velasco Posada en su tesis de la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, después de evaluar diferentes fuentes de carbono en sistemas biofloc para la producción de juveniles de tilapia roja.
El sistema biofloc es un mecanismo para aprovechar residuos como la materia orgánica y los compuestos nitrogenados (tóxicos para el animal), que son producto del desperdicio de comida suministrada a los peces, combinado con sus excreciones. El reciclaje ocurre por la formación controlada de microorganismos (bacterias y microalgas, entre otros), que transforman los elementos contaminantes en un suplemento alimenticio para los animales.
Para la formación controlada de microorganismos especializados (bacterias heterótrofas) que se encarguen de asimilar el nitrógeno en el biofloc es necesario que exista una relación elevada de carbono-nitrógeno en el agua de los peces. Por cada parte de nitrógeno deberían existir entre 15 y 20 partes de carbono, por lo cual se adiciona melaza y almidón de maíz o de yuca, fuentes de carbono que suplen la necesidad de las bacterias para desarrollarse.
El estudio, respaldado por los directores de tesis, Sandra Clemencia Pardo y Carlos Alberto Jaramillo, responde a problemáticas ambientales en los municipios pesqueros del Cesar, donde el volumen de pescados es menor por la contaminación de ríos como consecuencia del vertimiento de aguas residuales sin tratamiento y el cambio climático que modifica los regímenes de lluvias y el equilibrio hídrico.
Aunque algunas instituciones sugieren la piscicultura para contrarrestar la alta demanda en carne de pescado, esta actividad con el método convencional también tiene unos riesgos asociados con la producción de materia orgánica que finalmente contamina los cuerpos de agua. Por eso, la tecnología biofloc permite una productividad elevada con el uso racional de recursos y un impacto ambiental mínimo.
Fuentes de carbono
La investigación, realizada en el Laboratorio de Modelación Animal de la UNAL Sede Medellín, evalúo –en términos de productividad, calidad del agua y estimulación de la formación de flóculos o partículas microbianas– las fuentes de carbono (melaza y almidón de maíz o de yuca) y la producción de juveniles de tilapia roja, especie caracterizada por su eficiencia reproductiva y por ser una fuente de producción de proteína a bajo costo.
Para los piscicultores de tilapia roja es fundamental saber qué fuente de carbono aplicar al sistema biofloc, porque en esa medida tendrán mayores ganancias en productividad a un menor costo.
En una relación de carbono-nitrógeno de 15:1 para los tres tratamientos, se requieren: 656 g de almidón de maíz por kilogramo de alimento; 658 g de almidón de yuca por kg, y 532 g de melaza por kg. En cifras de 2018, el kg de melaza cuesta 900 pesos, el de almidón de yuca 2.857 pesos y el de almidón de maíz 2.151 pesos.
Con respecto al peso de los animales cultivados en el sistema biofloc, los resultados mostraron que el almidón de maíz produjo 5,7 kg de biomasa de juveniles de tilapia roja por m3 a un precio de 15.610 pesos; el almidón de yuca subió a 6,4 kg/m³ a 14.206 pesos, mientras que la melaza alcanzó 8,1 kg/m³ a 10.474 pesos.
La conclusión de la investigadora Velasco es que “la elección de la fuente de carbono puede estar basada tanto en su costo como en su disponibilidad en la región”. Por lo tanto, “el costo/beneficio del almidón de yuca y el de maíz limita su uso en la práctica, por lo que es necesario encontrar otras fuentes alternativas ricas en carbono de bajo costo”.
Más allá de la elección de fuentes de carbono –que por supuesto es conveniente–, es perentorio que los productores se adapten al uso de la tecnología biofloc.
Por la implementación de este sistema se logran disminuir los costos de alimentación en más del 25 %, pues en los sistemas convencionales de piscicultura solo del 20 al 30 % del alimento balanceado es aprovechado por los peces; lo demás, unido a las excreciones del animal, llegarán a los cuerpos de agua como descargas residuales de las actividades acuícolas, lo que no ocurre con la tecnología biofloc.
“El alimento balanceado en la producción piscícola puede representar entre 50 y 70 % de los costos de producción”, así que es importante evitar su desperdicio, advierte la investigadora.
Fuente: Agencias de Noticias UN