Por: Milthon Lujan Monja.
En muchos lugares, aun siguen considerando a la acuicultura como una actividad que genera importantes impactos ambientales negativos. Sin embargo, consideramos que esta tendencia esta cambiando, debido a que el incremento de la demanda por alimentos de origen acuático (seafoods) sustentables esta impulsando cambios importantes en las actividades acuícolas de todo el mundo.
Recientemente, la cadena de alimentos Whole Foods (líder mundial en el comercio minorista de alimentos naturales y orgánicos) anunció que sólo comercializará alimentos de origen acuático que procedan de fuentes certificadas como sustentables. Este tipo de iniciativas ya ha sido anunciada por otras cadenas de supermercados, lo que configura un nuevo escenario en el comercio de los productos acuícolas para los productores acuícolas.
Cada día se incrementa el interés de los consumidores sobre la procedencia de los alimentos que consumen, y por ende, eligen los alimentos que proceden de fuentes sustentables. Por otro lado, la mayor parte de las pesquerías se encuentran sobreexplotadas y en riesgo, lo que impulsa a la búsqueda de nuevas fuentes de alimentos de origen acuático. La acuicultura emerge como una actividad que puede suplir esta mayor demanda, pero las actividades acuícolas deben adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores.
Indudablemente se han hecho importantes avances en las prácticas acuícolas para volverlas más amigables con el medio ambiente, debido principalmente a las tendencias que se observan en el mercado. En este sentido, este nuevo escenario pone la valla más alta para los productores acuícolas y por consiguiente configura un nuevo enfoque en el desarrollo y gestión de los sistemas acuícolas.
Existen algunos estándares de certificación por terceras partes y cada vez son más las empresas acuícolas que están aplicando a estas certificaciones. Indudablemente, aplicar a certificar significa realizar inversiones para mejorar; sin embargo, los beneficios a obtener también son considerables.