Lugo, España.- Un equipo de científicos publicó una revisión científica que ofrece una perspectiva objetiva del conocimiento actual sobre los impactos de las macroalgas y sus polisacáridos en el microbioma humano.
La microbiota del intestino humano juega un rol importante en varios procesos metabólicos y en las enfermedades humanas. Varios factores de la dieta, incluido carbohidratos complejos, como los polisacáridos, proveen abundantes nutrientes y sustratos para el metabolismos microbiano en el intestino.
En la actualidad, las principales fuentes de carbohidratos complejos destinados al consumo humano son las plantas terrestres. Sin embargo, debido a las limitaciones en la producción en tierra, los investigadores están empezando a explorar otras fuentes de carbohidratos complejos. Las macroalgas marinas se presentan como una interesante opción debido a su rápido crecimiento y que no requieren terrenos de cultivo, agua dulce o fertilizantes.
Las macroalgas marinas vienen siendo consumidas por las poblaciones del Asia desde hace siglos, apareciendo en libros de recetas tradicionales en muchos países. Adicionalmente, su consumo humano en los países occidentales viene incrementándose en las últimas décadas debido a su asociación con mejoras en la salud humana.
Algunos beneficios de su consumo incluyen una menor incidencia de cánceres, disminución de la presión sanguínea y el azúcar en la sangre, y actividades antivirales, anti-inflamatorias, inmunomoduladores o neuroprotectores. El mecanismo vinculado propuesto para explicar la prevención de esas enfermedades mediante el consumo de macroalgas implica la presencia de diversos compuestos bioactivos que mejoran la salud.
La potencial actividad anti-obesidad derivado del consumo de macroalgas puede incluir una amplia variedad de mecanismos y alteraciones en el metabolismo de los lípidos, la supresión de la inflamación, supresión de la diferenciación del adipocito y retraso en el vaciado gástrico.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela publicaron una revisión científica que ofrece una perspectiva objetiva del conocimiento actual que rodea los impactos de las macroalgas y sus polisacáridos derivados sobre el microbioma humano y la necesidad de mayores investigaciones.
Polisacáridos de macroalgas
Los polisacáridos dietéticos no digeribles atraen atención como ingredientes funcionales de los alimentos por sus beneficios para la salud. Los polisacáridos en la dieta humana tiene su orígen en las paredes celulares de los vegetales terrestres, mientras que otras fuentes, como las macroalgas, están menos representadas.
Diversos estudios indican que los polisacáridos y oligosacáridos derivados de las macroalgas pueden modular el metabolismo intestinal, incluido la fermentación, inhibiendo la adhesión de los patógenos, y potencialmente tratan la enfermedad inflamatoria intestinal.
Algunos polisacáridos de las macroalgas han mostrado actividad anticoagulante, antitumoral, anti-inflamatoria, anti-viral, anti-hiperlipidemia o anti-oxidante. Otras investigaciones se han concentrado en su uso como prebióticos para limitar la ocurrencia de enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer.
Metabolitos secundarios de las algas
Además de los polisacáridos, las macroalgas también contienen otros compuestos bioactivos, denominados como metabolitos secundarios con actividad de antioxidantes. Entre estos, los policétidos (como florotaninos), los isoprenoides (como terpenos, carotenoides y esteroides), los alcaloides y los shkimates (como flavonoides) son los principales grupos de metabolitos secundarios que se encuentran en las algas. Comparado con las otras algas, las macroalgas rojas son fuentes ricas de estos metabolitos secundarios. {mprestriction ids=»*»}
Referencia (abierto):
Lopez-Santamarina, Aroa; Miranda, Jose M.; Mondragon, Alicia C.; Lamas, Alexandre; Cardelle-Cobas, Alejandra; Franco, Carlos M.; Cepeda, Alberto. 2020. «Potential Use of Marine Seaweeds as Prebiotics: A Review.» Molecules 25, no. 4: 1004. https://doi.org/10.3390/molecules25041004
https://www.mdpi.com/1420-3049/25/4/1004/htm {/mprestriction}