Canadá.- Una nueva herramienta de detección desarrollada por investigadores de la University of British Columbia (UBC) brinda a las empresas de productos hidrobiológicos la capacidad de identificar los mayores riesgos de trabajo forzado en sus cadenas de suministro.
Destinado a ser usados por compradores, vendedores y comerciantes de pescado y mariscos, la herramienta de detección se desarrolló usando un método único que combina los datos de derechos humanos de las instituciones de las Naciones Unidas, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y empresas de productos hidrobiológicos, junto con entrevistas con trabajadores de embarcaciones pesqueras y en las plantas de procesamiento.
La herramienta luego fue usada por 18 empresas para examinar 118 productos comerciales de pescados y mariscos, identificando áreas donde las condiciones de trabajo cumplieron con los principios mínimos, eran desconocidas o inadecuadas. Ellos fueron capaces de hacerlo mediante el empleo de la tecnologías que ya venían usando para gestionar la producción y la seguridad del alimento a lo largo de la cadena de suministro.
“El sector pesquero tiene una de las cadenas de suministro más complejas del mundo y utiliza tecnología sofisticada para rastrear las condiciones de seguridad del alimento” dijo la autora principal Katrina Nakamura, directora de la Sustainability Incubator con sede en Hawaii, que realizó las investigación como parte de su investigación doctoral en la UBC. “Nos preguntamos si la tecnología también podría utilizarse para recopilar datos sobre las condiciones de trabajo. Nuestro informe muestra que la idea se cumple. Las empresas en nuestro estudio pudieron ver, por primera vez, donde las condiciones cumplían los principios mínimos, eran desconocidas o inadecuadas”.
El sector de productos hidrobiológicos es uno de los empleadores más grande en el mundo, con hasta un 70% de su producción de exportación proveniente de países en desarrollo. En el 2016, se informó del trabajo forzado generalizado en la industria pesquera en 47 países, y se registró una significativa incidencia de trabajo infantil y trabajo infantil forzado en los principales países productores como Indonesia, Tailandia, Vietnam, Filipinas y Perú.
Los co-autores Patima Tungpuchayakul y Sompong Srakaew, de Labour Rights Promotion Network en Tailandia, realizaron entrevistas a los trabajadores de la industria pesquera. “Ellos conocen mejor lo que está sucediendo, las buenas prácticas y los desafíos” dijo Tungpuchayakul, quien repatrió a casi 3000 pescadores varados en las remotas islas de Indonesia como trabajadores permanentes en el 2014. “Tienen la capacidad de mejorar las cosas y ayudar a otros, y deben ser alentados a ser parte del diálogo. Reconocer sus habilidades y su valor es la solución”.
La herramienta de evaluación tiene el potencial de ayudar a los proveedores a responder a la creciente demanda del consumidor por productos éticos. “Nuestros hallazgos también muestran que la debida diligencia de los derechos humanos pueden ser incluidos en las flotas pesqueras y los programas de certificación para la sostenibilidad de los pescados y mariscos” destacó Nakamura. “Los consumidores pueden, y deben, esperar que la industria defienda los derechos de los trabajadores a recibir un pago adecuado”.
Referencia:
Katrina Nakamura et al, Seeing slavery in seafood supply chains, Science Advances (2018). DOI: 10.1126/sciadv.1701833 http://advances.sciencemag.org/content/4/7/e1701833